de cómo fue la llegada de Ernesto Cardenal al nuevo Solentiname

Recibes el alba nueva y el nuevo atardecer de manos de los pintores primitivistas de Solentiname.

dirás tu nombre
y algunos embrollados no sabrán de ti
te parecerá al principio
como en las terminales llenas de gente
donde nadie quiere saber de nadie
y nadie sabe de ninguno

es un aeropuerto extraño
dónde nunca has estado
pero del cual sabes algo
y reconoces algo
y luego sabes
que lo sabes
sonrisa en ristre
y que has llegado

y en el tumulto de los que esperan
a los recientes
empiezas a ver algún rostro conocido
y recuerdas vagamente y poco a poco
se enciende tu memoria
y sabes
que has llegado

se ilumina también tu rostro
y los brazos se te alargan
dispuestos al abrazo
para aquéllos
que ahora sabes que te esperan
en el lugar que les prometiste
los que fueron tus hermanos de tierra
de amaneceres de cantos y de lucha
los que nutriste de esperanzas en la vida
y en la vida después de la vida
a la que ahora llegas

ya estarán por ahí la comadre Natalia y el compadre Justo
y Pablo Leal -la lengua recuperada-
y Gabuardi tu compañero de clase al que quemaron vivo
y Adolfo Báez Bone
que mataron y no dijeron donde enterraron su cuerpo
-pero desde entonces todo el territorio nacional es tu sepulcro, sentenciaste-
y todos los mártires de abril del 54
que no supieron de ti
pero que ahora saben
que estás entre los vivos de aquella vida
a la que ahora llegas

y se te acerca Joaquín Pasos
ya sin sus males
con sus versos en los labios
para ofrendarlos
a ti
y saberte de viva voz
de poeta a poeta

recibes el alba nueva y el nuevo atardecer
de manos de los pintores
primitivistas de Solentiname
sus manos abiertas son como paletas
de colores dadivosos
atravesados por un nuevo don

y en medio de tanta gente
cantan los gallos
y hay un nuevo sol en el paraíso
de tanto tiempo prometido
al que ahora llegas

y asoma su cara linda
sin maquillaje
una muchacha de nombre Marilyn Monroe
que recibió gracias a ti
contestación del cielo
cuando en la mayor desesperación llamó por teléfono sin saber a dónde
-sola como un astronauta ante la noche espacial, dijiste-
y al fin te conoce
ahora que has llegado
a esta tierra prometida

y ahora son cientos
y van miles
y no hay cuenta de tantos que saben
que has llegado

sea buena tu estancia en esa tierra
Ernesto
será un nuevo Solentiname
sideral o celestial
archipiélago de nuevas esperanzas
para ti y los tuyos
-como aquél que creaste a punta de puro sueño y anhelo solidario-
por donde sigas más de cerca el camino
al dios en que creciste
con quien tanto querías a tantos
y con quien esparciste la semilla que sembraste
en el corazón de los hombres

vayan tus sueños nuevamente
por tus huellas
a despedir fronteras
a cercenar hechizos
a hacer revolución y conciencia
a combatir tiranos
a levantar oprimidos

vayan tus versos
de nuevo
a transformar otros mundos
que por acá nos queda siempre
Solentiname
inscrito
en la ardua geografía de nuestro empeño
y en el mucho porvenir de nuestra historia

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