Imagine que va a dar un paseo; comienza a caminar y nota cientos o miles de pájaros volando sobre usted; los pájaros comienzan a unirse cada vez más y su vuelo de pronto se convierte en una masa líquida de color negro, moviéndose elegantemente al unísono, formando grandes figuras en el aire, convirtiéndolo a usted en un testigo del poder y el misterio del mundo natural. A este vuelo sublime se le llama una murmuración y los pájaros que lo llevan a cabo son los estorninos o Sturnus vulgaris.
En 1890 Eugene Schieffelin, ornitólogo amateur y empresario farmacéutico, liberó a 60 estorninos europeos en el Central Park de Nueva York. Scheiffelin era el director del consejo del American Acclimatization Society, el cual tenía como objetivo ayudar a intercambiar plantas y animales de una parte del mundo al otro. Este excéntrico personaje tenía como fin introducir en Estados Unidos cada una de las especies de pájaros mencionados en las obras de William Shakespeare: 64 en total. Shakespeare sólo mencionó a los estorninos una vez, en la obra Enrique IV, 1er acto, cuando Hotspur se rebela en contra del Rey. Hotspur quiere vengarse del soberano, así que en la tercera escena Shakespeare lo pone a fantasear sobre cómo torturar al Rey enseñando al estornino a repetir una y otra vez el nombre de su peor enemigo, Mortimer. En 1891 Schieffelin liberó 40 estorninos más en el mismo parque. Hoy se estima que existen 200 millones de descendientes en Estados Unidos. En el 2004 se calculó un aproximado de 310 millones de estorninos alrededor del mundo.

(Foto: Nottsexminor/Flickr)
Los estorninos están entre los pájaros cantores más numerosos del continente y tienen una mímica vocal impresionante, pueden aprender hasta 20 trinares diferentes de otros pájaros. Son fuertes y en ocasiones llegan a ser resentidos por su agresividad. Se ha descubierto que tienen sentido del gusto, pueden detectar sabores salados, dulces, cítricos y ácidos, pueden llegar a volar hasta 77 km / hora y además de todas estas características, la que los hace especiales es la sincronía que tienen al volar. Muy seguido estos pájaros participan en lo que se llama una murmuración. Generalmente este comportamiento es detonado por el acecho de un predador, el principal es el halcón peregrino, cuya velocidad solo es superada por un avión y los movimientos que la bandada realiza están basados en movimientos evasivos, el sonido que crea este vuelo es como el de las olas en el mar que vienen y van pero a un volumen impresionante, justo como el mismo vuelo.

La manera de volar de los estorninos ha causado gran curiosidad entre científicos, ornitólogos e investigadores. Una de las pistas que se han descubierto es que cada estornino tiende a copiar el modelo de vuelo de sus siete compañeros más cercanos. Si a esto le sumamos la velocidad a la que reaccionan, para volar y cambiar de dirección, la cual es siete veces más veloz que la de los pilotos de aviones, esto hace que su sincronía sea perfecta.

Las murmuraciones podrían compararse al ferromagnetismo, el cual es un fenómeno físico en el que se produce un ordenamiento magnético, donde los polos se alinean en una misma dirección y sentido.
En un ensayo publicado por la Universidad de Roma, liderado por Giorgi Parisi, se menciona que “desde bandadas de pájaros hasta escuelas de peces, los grupos de animales suelen reaccionar a perturbaciones ambientales como una sola mente…ante la presencia de una fuerte presión de predadores sobre el grupo, una respuesta colectiva resulta en una ventaja significativa para el mismo”. Dicho ensayo sugiere también que “la respuesta colectiva de grupos de animales se pude lograr a través de correlaciones del comportamiento a libre escala” dando como resultado que “cada animal tenga un rango de percepción más grande y efectivo que en una interacción individual”. Es por eso que el comportamiento de las bandadas funciona como un sistema crítico, el cual responde más a perturbaciones ambientales.
Este tipo de pájaro, aunque admirable por su capacidad de vuelo y sincronía, también se ha convertido en una plaga. Esta es una clara lección de cómo algo hecho con buenas intenciones, no siempre tiene el mejor resultado y puede ocasionar caos cuando la humanidad mete mano en la naturaleza. Desafortunadamente, los estorninos se distinguen también por ser los pájaros más costosos y nocivos para el continente americano.

Al pasar volando en bandadas hasta de un millón de pájaros, pueden devorar vastos campos de semillas y frutas, dejando a un lado el beneficio que puedan tener por comer insectos. En un solo día, una nube de estorninos puede devorar hasta 20 toneladas de papas. También están ligados a numerosas enfermedades, incluyendo histoplasmosis, la cual es peligrosa especialmente para las mujeres embarazadas, y la enfermedad Newcastle, la cual mata a las aves de corral. Los estorninos también amedrentan a diferentes especies nativas, como los zorzales y los pájaros carpinteros, sacándolos de sus nidos.

En 1960 un avión Lockheed Electra se desplomó después de solo unos segundos de haber despegado del aeropuerto Logan de Boston. Unos 10,000 estorninos habían volado directamente hacia las turbinas del avión, al perder poder los motores causaron que el avión se fuera hacia a la izquierda de picada y se estrellara en la bahía de Boston. Solo 10 personas de las 72 sobrevivieron a la tragedia. Cualquier pájaro en el lugar equivocado significa un gran peligro, pero los estorninos son los pájaros a los que los pilotos más les temen.Afortunadamente ahora los aeropuertos más concurridos del mundo utilizan drones voladores para mantener a las bandadas de pájaros fuera del espacio aéreo del aeropuerto y así evitar este tipo de accidentes.
Pero los estorninos también tienen quién los defienda: él famoso compositor Wolfgang Amadeus Mozart mantenía un estornino de mascota. Cuando éste murió, le escribió una elegía, que comenzaba con: “Un pequeño tonto, al cual aprecio mucho, yace aquí”… Si alguna vez visita el Central Park de Nueva York y quiere ver un estornino, diríjase al jardín Shakespeare, ése es su lugar favorito.