José Martí residió en México entre 1875-1876, de los 22 a los 23 años de edad. Llegó desde España, donde había sufrido el exilio forzado, pena impuesta por el gobierno colonial español, en castigo por su actividad independentista.

El dos de marzo de 1875 ingresa en la redacción del diario Revista Universal, donde escribe sus editoriales, las variedades y gacetillas. Utilizó el seudónimo de Orestes en la sección El Boletín parlamentario. Trabajó en esta publicación de política y literatura hasta 1876.

Es en México donde desarrolló sus ideas estéticas. Se inició aquí la forja del concepto martiano de una América nuestra, con personalidad y pensar propios. Sus colaboraciones para la Revista Universal es testimonio de esa evolución de quien sería después el Apóstol de Cuba.

Sus padres y hermanas lo acompañan en México, viven en extrema pobreza, da vergüenza a veces reproducir el contexto familiar. Murió su hermana Mariana Matilde en enero de ese mismo año, no superó una complicación de salud debido a la altura de la ciudad.

Con el apoyo del abogado Manuel Mercado [Michoacán, Enero 28 de 1838 – Junio 9, 1909] aprende a vivir en México. Poco a poco va conociendo la ciudad, las iglesias, sus paseos, plazas, calles. Su círculo social se ensancha; el joven Martí cómo buen orador ya se ha puesto en contacto con sus paisanos entre ellos a Pedro Santacilia. Una tarde fue presentado por Santacilia al coronel Vicente Villada, director de la Revista Universal, Diario de Política, Literatura y Comercio, situado en el número 13 de la calle de San Francisco, frente a la plazuela del Guardiola. A Villada el nombre de Martí le era conocido, pues ya habían abogado por él Antenor Lescano y Mercado; Aquella tarde el cubano en sus bolsillos llevaba sus primeros versos escritos en México, provocado por el lacerante dolor que le ocasiona la muerte de Ana Martí publicó el 7 de marzo, con los cuales hace su presentación en la prensa mexicana.


Mis padres duermen… Mis padres duermen Mi hermana ha muerto. Es hora de pensar. Pensar espanta, Cuando se tiene el alma en la garganta


Fue la Revista Universal núcleo literario de México, con la realidad mexicana, con los hombres de la reforma, y el pensamiento liberal mexicano empezó a vincularse de inmediato, así lo describe Alfonso Herrera Franyutti en su libro: ‘Martí fue bien acogido en la Revista, y de inmediato se puso a trabajar, sorprendiendo a todos por la prodigalidad y cultura, que le permiten abarcar los más diversos temas: teatro, literatura, política, el problema indígena, los conflictos con los Estados Unidos, Cuba, las ambiciones no calladas del clero, las huelgas obreras y los temas económicos sobre proteccionismo y libre cambio. Nada escaparía a su pluma polifacética. Martí será en México, desde entonces, “un mexicano más” -escribe Andrés Iduarte-. “Cuba le dio la vida y el alma. España algunos instrumentos de trabajo en sus universidades, México la práctica y la profesión de periodista.” (Andrés Iduarte: Martí escritor, La Habana, 1951, p. 13.)

El legado de Martí en seis frases históricas - 19.05.2018, Sputnik Mundo

Su pluma fue ocupando las páginas de la Revista, donde se hizo casi indispensable, por lo que en mayo le fue encomendada la redacción de los boletines editoriales, pasa a formar parte del cuerpo de redactores y a partir de aquel momento no tiene descanso, ocupándose de diferentes puestos, gacetillero, editorialista, cronista parlamentario, cronista teatral, crítico de arte, etc., “Era el primero que llegaba y el último que salía. Si faltaba un editorial, él lo elaboraba, lo mismo que un boletín o un entrefilet” como afirma Guillermo Prieto, si hubieran faltado anuncios, Martí los hubiera de seguro emprendido con éxito.

El 7 de mayo aparece el primero de dichos boletines, relacionado con las celebraciones del “Cinco de Mayo”, y “Las fiestas de Tlalpan” bajo el pseudónimo de Oreste dónde publica un texto fundacional para la gran patria latinoamericana, vigente hasta nuestros días:

La cuestión de México como la cuestión de Cuba, dependen en gran parte en los Estados Unidos de la imponente y tenaz voluntad de un número no pequeño ni despreciable de afortunados agiotistas, que son los dueños naturales de un país en que todo se sacrifica al logro de una riqueza material. En: Revista Universal, México, 29 de mayo de 1875

Los investigadores de la vida y obra del Maestro no han logrado descifrar porque los boletines cesaron inexplicablemente el mes de noviembre de ese año. El último aparecido con su firma se publicó el 30 de noviembre de 1875, pero con toda intención y cómo si se tratara de una despedida se publicó con su nombre y apellido.

Fue ese y no otro momento en su vida dónde se consolida cómo crítico de arte, visita la Exposición Nacional que se inaugura el 1 de diciembre, y también a la Academia de San Carlos. Sobre la primera escribe cinco artículos titulados “Una ojeada a la Exposición” que abarcan entre el 5 de diciembre y el 26 de enero de 1876 y “Una visita a la exposición de Bellas Artes”, sobre la que escribió cuatro artículos del 25 de diciembre del 75, al 7 de enero de 1876.

Los pintores mexicanos no le olvidan. -Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, es un mural realizado por Diego Rivera en 1947 dónde el artista se representa como un niño paseando en la Alameda Central acompañado de aproximadamente más de 100 personajes emblemáticos de 400 años de la historia de México, entre ellos José Martí. Dimensiones 4.80 x 15metros. Museo Mural Diego Rivera, Secretaría de Cultura del Gobierno de México

Todo triunfo de algún cubano le enorgullecía celebra desde sus páginas al violinista cubano José White a su paso por México o cómo podemos apreciar en su último poema fechado en agosto 1876 y publicado en la Revista Universal “A Rosario Acuña, poetisa cubana, autora del drama Rienzi el Tribuno canto a España y amor a Cuba”.

El entonces presidente Sebastián Lerdo de Tejada le ofrece un cargo público, el puesto de Secretario del Gobierno del Estado de Puebla. Pero Martí declina, agradecido a pesar de sus necesidades económicas.

Ya nada puede detenerle. Irá a radicar a Guatemala, pero antes necesita ir a Cuba para dejarle cuna a su familia. Abandona México, ya no serán las páginas de la Revista Universal el legado escrito de su pensamiento hasta nuestros días y que este artículo ha pretendido no pasar por alto.

Fue una mañana tranquila que zarpa de Veracruz rumbo a la isla de Cuba el 2 de enero de 1877. A partir de entonces le seguiremos leyendo en el epistolario de más de 135 cartas intercambiadas con el mexicano Manuel Mercado a quien nombró -Mi hermano queridísimo- en su última misiva inconclusa fechada en Dos Ríos en el oriente de Cuba el 18 de mayo de 1895, un día antes de su muerte.

José Camilo López Valls Ciudad de México. Marzo 3, 2023

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