Ricardo Corzo Ramírez
Andrés Aguilar y Portilla
Como se sabe, desde el alemanismo y los subsecuentes sexenios, el comportamiento del poder político, se tornó en un camino sinuoso. Los sucesos del 68 irrumpieron la relativa estabilidad que mantenía al régimen priista, más tarde, la transición democrática, enmarcada dentro del reformismo, abrió las posibilidades de una restructuración de las fuerzas políticas; y, sobre todo, desde los gobiernos de De la Madrid y de Salinas; se abrieron las puertas del país al neoliberalismo y la llegada de una generación tecnocrática menos nacionalista. La integración del país, a la globalización, como se recordará, coincidió con irrupción de nuevas demandas para el ejercicio del poder en México. Las regiones de refugio y el lado obscuro de la modernización urbana nuevamente empañaron la imagen del México moderno y su gobernanza.
A partir del año 2000, la alternancia de los poderes, como hemos sido testigos, ha llevado a rupturas, reacomodos y continuidades dentro del sistema político. Si bien estos cambios, fortalecieron la cultura política participativa; también la gobernanza se ha visto impactada, por el incremento de fuerzas extralegales y sus actores: los migrantes y los narcotraficantes, principalmente. Entre la legalidad y la legitimidad, la vida pública y social del país, sigue siendo trastocada. Dentro de la lucha de intereses y expectativas, el comportamiento y el discurso político revelan las tendencias en pugna y persistentes, por ello es significativo; que en el actual sexenio, las confrontaciones se hallan ahondado. Sin lugar a dudas, la llegada del Movimiento de Regeneración Nacional al poder, ha implicado una serie de reajustes en las percepciones y decisiones políticas en todos los niveles.
Con la argumentación basada en el antineoliberalismo, la recuperación del intervencionismo del sector público en la economía y, sobre todo, el deslinde con el pasado inmediato; el neopopulismo del régimen y sus desplantes restauradores, ha contribuido a que nuevamente, se cuestionen los intereses y, se interesen en saber, quiénes son las fuerzas políticas que gobiernan al país. Tomándose en cuenta, el rol hegemónico que desempeñan para la gobernabilidad y la gobernanza, las fuerzas armadas, los organismos internacionales y los mass media. Sobre todo, a raíz de la epidemia del Covid 19. Lo que sin lugar a dudas, provocó un clima de tensiones e incertidumbres, tanto internas como externas y múltiples denuncias de ineficacias en las políticas públicas.
En este escenario, a nuestro criterio, se editó la obra “¿Quién manda en México?”[1] en el año 2023; misma que retomó, de cierta manera, las preocupaciones ya expresadas por Miguel Basáñez Ebergenyi, en su multicitada obra “La lucha por la hegemonía”,[2] publicada en 1981. Quién mejor que él para analizar la composición y sustento de la clase política. Este analista, sin lugar a dudas, es un estudioso y político polifacético, quien nació en Tuxpan, Veracruz el 24 de octubre de 1947. Cuya trayectoria intelectual y participación en el quehacer público, le permiten comprender el ABC de la administración pública y el comportamiento de sus actores. En particular, el de las élites y su capacidad de adaptabilidad a las controversias a través de las circunstancias y tiempos. La recreación que ha hecho del pensamiento de Antonio Gramsci, sigue siendo, para Basáñez una hoja de ruta; para comprender el entramado y las determinantes dialécticas, que participan en las diferentes coyunturas y estructuras del poder hegemónico.
Su obra además demuestra la sólida capacidad intelectual que adquirió tanto en instituciones nacionales como extranjeras. De ahí que su fidelidad al Estado de Derecho, como la mejor opción para recrear la democracia, y el uso de contar con pruebas rigurosas; así como las encuestas y los datos duros de las estadísticas y los testimonios; son elementos categóricos para adentrarse y debatir sobre el devenir de la vida social. Gracias a sus estudios en la UNAM y sus aprendizajes en la Universidad de Warwick y en la London School of Economics, en Inglaterra; es que podemos afirmar que su participación activa en la vida política y diplomática de México, en sus distintos momentos, lo avalan como un intelectual, cuya obra nos exige su lectura y comprensión crítica.
Sobre su último libro ¿Quién manda en México? Conviene tener muy en cuenta lo dicho por el doctor Lorenzo Meyer, quien expresa en la contraportada de éste:
“Este ambicioso análisis sobre la naturaleza y dinámica de la fuerza política en México contemporáneo, presenta al lector la estructura del marco en que se desenvuelven los actores involucrados del Estado moderno, para luego centrarse en el caso específico de nuestro país. Dichos participantes fueron seleccionados para el estudio, en razón de su poder dentro del sistema político. El objetivo de la obra es examinar y explicar los componentes de los tres grandes sectores que dan forma al sistema político mexicano: público, privado y social. La esencia del enfoque es la identificación, caracterización y modus operandi de las instituciones formales e informales que conforman cada sector para, finalmente, centrar la atención en sus respectivas élites, sus líderes, sus intereses, sus acuerdos, sus acciones y sus resultados, con una propuesta novedosa de cinco círculos de poder: diamante, platino, oro, plata y bronce. En definitiva, esta dinámica puede resumirse en el choque entre los defensores del statu quo y quienes impulsan el cambio, además del juego de sus respectivas alas moderadas. El autor, con la ayuda de una buena cantidad de datos cuantitativos y cualitativos, ofrece un panorama sobre las peculiaridades de la lucha por el poder y lo específico del caso mexicano. La obra concuerda bien con la definición de política que formulara Harold D. Lasswell: “quién consigue qué, cómo y cuándo.
Debido a la alta concentración del dominio político y económico que históricamente ha caracterizado a México, el enfoque elitista elegido por Miguel Basáñez, a fin de conducir al lector por los laberintos del poder, resulta práctico pero directo, para seleccionar y examinar las variables con mayor potencial explicativo y concluir con los cinco grandes problemas a resolver en esta coyuntura: crimen organizado, transición jurídica, corrupción, empleo informas y desapego a la ley” .[3]
Desde una perspectiva bibliográfica, la obra del doctor Basáñez con una mirada fractal específica, enriquece la que también nos han ofrecido a título particular, algunos textos, por citar ejemplos a Laurens Ballard Perry con su libro “Juárez and Díaz. Machine Politics in Mexico”, un trabajo traducido bajo el título “Juárez y Díaz. Continuidad y ruptura en la política mexica” (UNAM, 1966); a Luis Medina Peña, que dentro de sus textos destacó el titulado “Invención del sistema político mexicano: forma de gobierno y gobernabilidad en México en el siglo XIX” y “El siglo del sufragio: de la reelección a la alternancia” o “La transición mexicana”. Así como los estudios de la obra de Roderic Ai Camp, de los cuales, tanto Basáñez como Ricardo Corzo, con respecto a ¿quién manda en México? coinciden en la importancia que tienen para el estudio de las elites políticas en México: Politics in Mexico” (1993); “Élites del poder” (2006), “Mexico´s Mandarins” (2002); “Intelectuals and the stated in twentieth century Mexico” (1985), entre otros.
Sirvan estas líneas, que ahora se transcriben en la revista PRAXIS para exhortar a la lectura de un libro que interrelaciona ampliamente la nueva composición de los sectores público, privado y social, dentro de “círculos diamante, platino, oro, plata y bronce”, dado el peso e influencia que tienen para la dominación y ejercicio del poder. En el cual se detallan, los sexenios de expresidentes: Salinas, Cedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto, y el aún vigente sexenio de López Obrador. Dentro del contexto de las estrategias internacionales y los planteamientos que se fueron construyendo a partir de los acuerdos de Breton Woods (1944-1971); la Escuela de Chicago y el Consenso de Washington (1971-1989), el Consenso de Cornwall, como reacción a la crisis inmobiliaria del 2008; El Orden jurídico y el impacto en los países en los momentos cruciales de México. Como lo señala detalladamente el autor en la página 55, han ocurrido y son fuente de grande influencia en los ámbitos político-económico en los pasados cincuenta años.
De igual modo “…la construcción de las fuerzas progresistas, en las que figuraban las agrupaciones de izquierda, el movimiento estudiantil de 1968; la reforma política de Reyes Heroles (1977); la revolución ciudadana frente al sismo de 1985; la corriente democratizadora de Cárdenas, Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez (1987); el fraude de la elección de 1988; la creación del IFE (1990); la insurgencia ciudadana de los 90´s; la rebelión zapatista en 1994; el triunfo del PRD en la ciudad de México 1999; el intento fallido del desafuero de AMLO (2005); el triunfo electoral dudoso de 2006; la conformación de Morena (2014) y, finalmente, la elección y triunfo de Morena en el 2018. Desde la década de los setentas hasta el 2018 se dio una serie de movimientos, reformas y sucesos que de muchas maneras impactaron en todos los ámbitos del tejido social.
Dentro de este mare magnum de acontecimientos, el doctor tuxpeño Basáñez observa atinadamente que “Salinas y López Obrador, ambos han sido desarticuladores de instituciones, sólo que en sentido opuesto”. El primero desarmó el andamiaje del Estado nacionalista (Cordera y Tello, 1981) y, el segundo, lo intenta con el Estado globalista, una herencia de la etapa neoliberal. Ciertamente, como bien lo externa Basáñez E.: las circunstancias y los eventos son diferentes, el mundo pasó en unos cuantos siglos de teocracias a aristocracias, y en otros más, a democracias y tecnocracias; para estar hoy dividido al filo de plutocracias y autocracias.
Por último, debemos reconocer que lectura de ¿Quién manda en México? nos motivó tanto, como en su momento lo hizo, Pablo González Casanova con su obra “La Democracia en México” (1965). Ambos, de una u otra manera, son referentes obligados, para dar seguimiento sistemático y fundamentado a los cambios en la cultura y las mentalidades políticas prevalecientes.
Si bien, el país “…es hoy mucho más sofisticado, y los actores y mecanismos de mando, más dispersos, variados y plurales de lo que eran hace cuarenta años”.[4] Sigue siendo válida aquella caracterización que hizo de él, el escritor recientemente fallecido, José Agustín, sobre la tragicomedia mexicana de 1940 en adelante, donde el mitológico dios Jano continuó su reinado hasta el presente.
[1] Basáñez Ebergenyi, Miguel, ¿Quién manda en México? Edit. Ma-porrúa, 2023.
[2] “La Lucha por la hegemonía en México, 1968-1980”, edit. Siglo XXI, 1981.
[3] Op. Cit. ¿Quién manda en México?
[4] Basáñez E. Miguel, 2023, p.21.