Vida de un murmurador de Daniel Escoto (Ciudad de México,1983) es un libro inclasificable que se nutre de 200 relatos breves que escapan de teatros barrocos, caravanas, boudoirs libertinos, del Egipto griego, de la España negra o de la vieja Roma, en un viaje por el tiempo.
En entrevista con MILENIO, el autor reveló los secretos del libro publicado por Editorial Librosampleados.
—¿Cómo defines tu libro?
Es una reunión de 200 relatos breves que también podrían ser nombrados fragmentos o episodios. Todos están escritos desde una voz en primera persona, una voz distinta para cada uno de los relatos, y digamos que lo que comienza siendo un ejercicio de imaginación histórica, se convierte en voces que hablan de diferentes escenarios, de siglos que pasan aleatoriamente frente a nuestros ojos, que pueden ser desde los griegos, en el helenismo, hasta las profundidades de Mesopotamia, pasando por las invasiones napoleónicas. Y hay un último momento con escenarios dentro de la ciencia ficción con estos mundos de utopías.
—¿Las murmuraciones son el eje de los relatos?
Sí, esa manera de hablar es conspirar, susurrar, fraguar, y son temas muy plurales. Es una especie de mosaico de inquietudes humanas donde a veces se habla de poder, pero también de la vida cotidiana, pasiones juveniles o familiares, intrigas cortesanas. No hay, por lo menos en apariencia, un tema rector sino es una especie de polifonía de temas altos y bajos.
—¿Es un libro que se compone desde lo coral?
Todos son murmuradores de a pie, todos podríamos ser ellos a los pies de la gran historia. Lo veo como un libro polifónico, son vocecitas que no necesariamente hablan al unísono, son voces distintas con algunas afinidades y es un libro que puede leerse salteado también.
—¿Experimentas al escribir?
Yo creo que sí, es un género que toma esa tradición de las vidas medievales, como vidas pequeñas, imaginarias, que a Borges también le gustan. Es como una colección, una especie de bestiario de vidas en apariencia pequeñas con la pulsión por contar una historia grande o pequeña desde su propio punto de vista, un juglar que dice “sepan ustedes señoras y señores que… ”
—¿El teatro está muy presente en tu obra?
El primero y el último de estos fragmentos tienen que ver con esta teatralidad, otra manera de contar, y aquí el ejercicio se vuelve de muchas dimensiones porque estás hablando desde la oralidad de lo que está ocurriendo en escena. Es algo visual pero también tiene la interacción de lo escénico. Es sensorial y una interrelación de los sentidos que me interesa mucho. Quizá tenga que ver con este doble filo que tengo de historiador del arte, donde la educación es saber ver imágenes y hablar de ellas e interactuar. Es un poco la intención de los relatos, que los escuches, los palpes y los goces.
—¿Algunos de tus murmullos podrían ser tuits?
Yo creo que leemos a golpe de imagen. Toda la estética de lo fragmentario y episódico tiene la referencia al mundo, a la sensibilidad moderna. De las ultramodernidades, creo que vivimos tiempos en los que somos muy fragmentarios y al mismo tiempo somos de “novelas río” que no terminan nunca. Creo que estamos en esos dos extremos en la actualidad.
—¿Lograste lo que querías con este libro?
No estoy seguro que haya tenido un objetivo tan claro al escribirlo, pero me gustaría decir que sí. Se acerca a lo que me imaginé con estos murmuradores en distintos escenarios a través del tiempo.
—¿Qué viene para ti?
Me interesa lo fragmentario, la viñeta y la miniatura me siguen persiguiendo, pero también me llama la ficción histórica o, como la llamo yo, “imaginación histórica”. Esas posibilidades de aquello que imaginamos que fue la historia, y me gusta mucho este ejercicio de expandirlo a la ficción.
Daniel Escoto es escritor, historiador del arte e investigador de la cultura popular. Fue becario de Jóvenes Creadores FONCA en 2013-2014. Es autor de las novelas ‘La gran broma de Babel’ (Ediciones Periféricas, 2022) y ‘Mujer de pieles infinitas’ (Ediciones B, 2012).
Contenido obtenido de: El Milenio