José Luis Rivas (Tuxpan, 1950) publicó el libro Poesía completa de T. S. Eliot en 1990 y ganó el Premio Xavier Villaurrutia por su trabajo, sin embargo no quedó satisfecho y 34 años después vuelve con una nueva aproximación.
T. S. Eliot. Poesía reunida / The Complete Poems (1909-1967) fue editado por la Universidad Veracruzana y la Universidad Autónoma Metropolitana en una versión bilingüe muy ambiciosa.
“Es la segunda intentona que hago pues no quedé satisfecho y he emprendido otra antología a ver qué suerte tiene porque el poder de T. S. Eliot (1888-1965) es múltiple. Él es considerado el poeta con el que se inicia la modernidad en la literatura inglesa, pero la verdad es que fue un nuevo prototipo de escritura el que se dio con La tierra baldía (1922), su libro más sonado”, dijo Rivas a MILENIO.
“Escribí un libro de cuentos bajo el nombre de Tierra nativa (1982), que es de alguna manera un homenaje y una derivación de La tierra baldía. Muchos de los procedimientos (de Eliot) los seguí, pero otros no porque yo incluyo varios pasajes en prosa que no están en esa obra”.
Para el especialista, Thomas Stearns Eliot, mejor conocido como T. S., influyó en la poesía nacional.
“T. S. Eliot fue una influencia considerable en los poetas mexicanos, como Octavio Paz, Bernardo Ortiz de Montellano o Gilberto Owen. Fue un entronque muy robusto con su poesía, dio pie para que se intentaran otras cosas, es decir, el salto a la modernidad (en la poesía de nuestro país)”.
Especialista en genios
José Luis Rivas es poeta y traductor. Autor de una docena de libros de poesía con premios como el Nacional de Poesía Carlos Pellicer, el Nacional de Poesía Aguascalientes, el Xavier Villaurrutia y el Nacional de Ciencias y Artes. Ha traducido la obra completa de T. S. Eliot, Arthur Rimbaud y Saint-John Perse, así como algunas obras de Jules Supervielle, Ezra Pound, Aimé Cesaire y Derek Walcott, entre varios más.
Rivas dice que T.S. Eliot se valió de una infinidad de recursos para escribir, y que hay una superposición de versos en La tierra baldía y en otros poemas en los que entran de manera intertextual trozos de poemas de Charles Baudelaire, Dante Alighieri y un sinnúmero de poetas. De esta forma desarrolló una obra muy consistente, sólida y llena, sobre todo, de efectos: una mezcla de palabras comunes con cultas para crear un efecto de choque.
Volver a T. S. Eliot, también considerado uno de los críticos más profundos de la literatura inglesa, le permitió ver cosas nuevas al poeta y traductor mexicano.
“Fue una experiencia bastante aleccionadora, han transcurrido muchos años, le he dado vueltas considerables a sus poemas y me siento ahora un poco más satisfecho respecto a la traducción anterior”.
Nuevo proyecto
Jose Luis Rivas parece incansable y ya trabaja en la traducción completa de la obra de otro monstruo de la poesía, Saint-John Perse (1887-1975).
“Es un proyecto bastante ambicioso y espero terminar en unos tres meses. Fue un poeta de habla francesa nacido en la Isla de Guadalupe, donde su padre tenía unas plantaciones muy grandes, sin embargo, por la erupción de un volcán en una isla cercana se mudó a Francia y ahí se desarrolló”.
“Saint-John Perse era dueño de una enorme cultura como la de T. S. Eliot. Tenía una formación sólida; un religioso que era el más grande conocedor de la botánica en el Caribe fue su maestro, recibía clases de equitación, de marinería, que amplió en el Liceo de Francia, y fue admitido en el plano diplomático durante muchos años. Cuando empezó a publicar decidió cambiar su nombre, de Alexis Léger al seudónimo con el que se hizo muy famoso”.
¿Piensa que la labor de un traductor está bien valorada?
Creo que empieza a serlo. El valor de la traducción es importante, creo que las obras extranjeras las conocemos gracias a la traducción. Las obras en otros idiomas llegan a nosotros precisamente por el esfuerzo y a través de los traductores.
Contenido obtenido de: El Milenio