El Renacimiento del son jarocho y el Grupo Mono Blanco (1977-2000), vol. I (2022) es una coedición del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Veracruzana que narra la historia, recuperación y evolución de esta música en las últimas décadas.
“El resurgimiento del son jarocho es una labor que viene haciéndose desde hace muchos años y dentro de la comunidad adquirió el nombre de movimiento jaranero, que busca rescatar, dignificar, darle el valor y papel social que siempre ha tenido el son, el fandango, etcétera. Yo inscribo el libro en toda esta labor”, dice Agustín del Moral Tejeda, director de la editorial de la Universidad Veracruzana.
El autor del grueso volumen es el historiador Bernardo García Díaz y arranca en 1977 hasta su evolución en el año 2000. Incluye retratos sobre la presencia jaranera en México y el mundo.
“Es una labor que Bernardo llevó a cabo durante varios años y es un verdadero fresco porque no solo rescata la historia del son jarocho, también se centra en el surgimiento del grupo Mono Blanco, que fue un parteaguas, un grupo que fue dando pauta en el resurgimiento del género”, agregó.
Grupo Mono Blanco tuvo su origen en Ciudad de México en 1977 por iniciativa de Juan Nicanor Pascoe Pierce y los hermanos Gilberto Gutiérrez Silva y José Ángel Gutiérrez Vázquez, quienes comenzaron a ejecutar música de la región sotaventina de Veracruz, género que décadas antes estaba en riesgo de desaparecer.
“Ahora hay un movimiento en el resto del país, incluso en Estados Unidos y Europa. En el libro se habla de que hay grupos de son en España o Francia”.
“El libro se publicó el año pasado, sin embargo, por el gran valor que tiene lo estamos promoviendo y a cada feria del libro a la que vamos lo llevamos para que se difunda y los lectores lo conozcan”, dice Del Moral.
Secciones de una obra
“Este libro es muy importante, se pudo hacer gracias a un acuerdo de coedición entre la Secretaría de Cultura federal, la Universidad Veracruzana, la librería Mar Adentro (que está en el puerto de Veracruz), el INAH y el Museo de Historia de Ciudad Mendoza”, cuenta Del Moral.
En el libro, uno de los hermanos Gutiérrez Silva cuenta: “El surgimiento de Mono Blanco fue polémico, controversial; fue calando raspones porque nosotros empezamos a reivindicar que el son era mucho más que eso que se veía, que es una cultura muy grande, muy amplia con raíces milenarias. La filosofía de Mono Blanco se convirtió en algo más grande que el propio grupo; se convirtió en un movimiento que se propagó por toda la región, la nación e incluso más allá de la frontera”.
Un evento relevante que se presenta es el famoso Encuentro de Jaraneros y Decimeros de Tlacotalpan en 1979, una iniciativa de Radio Educación que ayudó a difundir el movimiento del son jarocho. Al año siguiente, Mono Blanco emprendió una gira de conciertos, pero al concluir, José Ángel Gutiérrez Vázquez decidió salir del grupo y en su lugar entró Andrés Vega, conocido como el güero, quien desgraciadamente falleció hace unos meses.
Mono Blanco se constituyó como asociación civil e impulsó la Casa de la Música Popular Veracruzana en el Centro Histórico de Veracruz, donde actualmente se imparten talleres de fandango.
En la sección “El fandango por todas partes” se presentan más de 250 fotografías que muestran la vitalidad del son jarocho, que se mantiene vigente en el mundo, con grupos en Japón, Estados Unidos, Finlandia, Francia y España. A escala nacional hay en Ciudad de México así como en fiestas de Cosamaloapan, Santiago Tuxtla, Acayucan, El Hato, Tlacotalpan y San Vicente, entre otros sitios.
Contenido obtenido de: El Milenio