Guelaguetza Magisterial y Popular, espacio de reflexión y protesta

La Guelaguetza Magisterial y Popular cumple 17 años, tiempo en el que se ha convertido en una verdadera fiesta del pueblo, un espacio de reflexión, protesta y exigencia hacia el gobierno en turno, un espacio del y para el pueblo, en el que cualquiera puede acceder sin la necesidad de pagar un boleto, una fiesta que rechaza el mercantilismo del gobierno del estado para la máxima fiesta de los oaxaqueños, señaló la secretaria General de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de  los Trabajadores de la Educación (CNTE) Yenny Pérez Martínez.

Ante cientos de asistentes, tanto locales como turistas nacionales y extranjeros, que se dieron cita en el estadio del Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO) se fueron presentado una a una las 15 delegaciones participantes, entre vítores y gritos de apoyo, la bienvenida al recinto fue dada por Pérez Martínez en su lengua originaria, el ayuuk, quien tras bendecir con mezcal el escenario, recordó que esta Guelaguetza surge de la protesta.

Y es que, su origen se remonta al año 2006 y la represión que el magisterio y el pueblo oaxaqueño sufrieron a manos del ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz (2004 – 2006), de ahí que este sea un espacio de protesta, pero también de defensa de los derechos humanos, laborales, la defensa de los recursos naturales, la cultura y las lenguas indígenas.

Añadió que la lucha magisterial aún tiene varios pendientes, como lo es la abrogación total de la reforma educativa impuesta por Enrique Peña Nieto y que no se quitará el dedo del renglón, pero aunado a esto, también hay temas de suma importancia como en castigo a los responsables del fallido desalojo de Asunción Nochixtlán que dejó 6 civiles asesinados por las balas de policías.

A su vez, afirmó que la Guelaguetza Magisterial y Popular es una verdadera fiesta del pueblo, en la que se busca la hermandad y el compartir la cultura de los pueblos originarios con los cientos de asistentes, no como ocurre en la Guelaguetza oficial que encabeza el gobernador, Salomón Jara y en la que se prioriza el mercantilismo a las tradiciones.

Y es que insistió, en este espacio pueden acceder todas aquellas personas que lo deseen sin tener que pagar un boleto, mientras que en la Guelaguetza oficial, los palcos A y B son destinados a quienes puedan pagar un boleto y a la clase política, por lo que afirmó que en estadio del ITO hay una verdadera “compartencia”, pues todos colaboran para poder llevar a cabo esta festividad.

Contenido obtenido de: La Jornada

Editorial Praxis
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Revista de Cultura y Medio Ambiente.
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