La primera vez que Hernán Cortés escuchó a Moctezuma

En sus “Cartas de relación”, el conquistador relata su encuentro, que desmiente la versión de que el Tlatoani lo vio como un dios

De los más de 300 documentos que se conocen del conquistador Hernán Cortés (1485-1547), Las Cartas de Relación —que aún se pueden adquirir en la clásica doble columna de la editorial Porrúa—, son una de las fuentes más relevantes, ya que han proporcionado valiosa información sobre su personalidad, así como de los detalles de la forma en que supuestamente sucedió la campaña bajo su mando, que comenzó en Santiago de Cuba, en noviembre de 1518, y concluyó con la caída de México Tenochtitlan, el 13 de agosto de 1521.

En la segunda de ellas, fechada el 30 octubre de 1520 y dirigida al rey Carlos V, su “muy alto y poderoso, y muy católico Príncipe, invictísimo Emperador”, Cortés refiere a varios de los hechos más relevantes de su aventura, partiendo de los acontecimientos que sucedieron después de la fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz y el desarme de los barcos que tuvo que llevar a cabo para evitar la subordinación de sus tropas, hasta su llegada y posterior invasión del Imperio Mexica.

De estos sucesos, todos interesantísimos por la riqueza que describen, hay uno que llama la atención y es aquel que refiere a la primera vez que, hasta donde podemos saber, Cortés pudo escuchar al gran Tlatoani, Moctezuma Xocoyotzin, de quien tanto había oído y que conoció poco antes sin poder tocarlo, cuando el español, ignorante de los tratos mexicas intentó abrazarlo.

Se trata de un pasaje que contradice esa idea popular de que Moctezuma vio en Cortés la imagen viva del dios Quetzalcóatl, porque —según cuenta el conquistador— éste lo reconoció como un ser humano subordinado a un hombre más poderoso, el Rey Carlos V, al que, sin oposición, los mexicas rendirían lealtad porque estaba escrito en sus profecías que un día iba a llegar un poderoso gobernante del lugar donde nace el sol. Un encuentro que, según parece, también sirvió al Tlatoani como intento de calmar el ambiente político y militar ante las amenazas de insubordinación de sus tributarios, entre ellos los Tlaxcaltecas.

Todos estos detalles, aunque baladís para algunos nos demuestran que Moctezuma no fue tal cual un ser ingenuo, sino que tuvo que estar dispuesto a dialogar y hasta negociar.

Contenido obtenido de: El Sol de México

Print Friendly, PDF & Email