Por: Julián Vásquez
Enrique Bátiz, célebre director de orquesta mexicano, a los 81 años. Fundador de la OFM, dejó un legado musical incomparable en México y el mundo.
El mundo de la música clásica en México está de luto. Este domingo 30 de marzo, falleció a los 82 años Enrique Bátiz Campbell, uno de los directores de orquesta más influyentes en la historia del país.
La noticia fue confirmada por el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Octavio Castillo Acosta, institución donde Bátiz fungía como director artístico de la Orquesta Sinfónica de la UAEH. Organismos como El instituto Nacional de bellas Arte y Literatura (INBAL) se unieron a la pérdida.
Una vida dedicada a la música
Bátiz nació en la Ciudad de México en 1942 y desde muy pequeño mostró un talento excepcional para la música. A los cinco años ofreció su primera presentación de piano en público y a los 18 ganó el premio de las Juventudes Musicales de México para Jóvenes Artistas. Se formó en prestigiosas instituciones como la Juilliard School de Nueva York y perfeccionó su técnica en Polonia.
En 1971 fundó la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), una de las agrupaciones más importantes del país, la cual dirigió por más de tres décadas, llevando su música a escenarios de Europa, Asia y América. También dirigió la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y fue director huésped de la Royal Philharmonic Orchestra de Londres.
Su legado musical incluye más de 100 grabaciones, entre ellas sinfonías completas de Beethoven y Chaikovski, además de piezas de compositores mexicanos como Revueltas, Moncayo y Chávez. En 2018, debido a problemas de salud relacionados con el Parkinson, se retiró de la dirección orquestal.
El fallecimiento de Enrique Bátiz marca el fin de una era en la música sinfónica de México. Su legado perdurará en cada interpretación y en las generaciones de músicos que formó e inspiró.