“Vivimos un crecimiento exponencial del uso de la fuerza extrema”: Mario Luis Fuentes

Las universidades públicas desempeñarán el papel central de transformar y dar cuenta de que sí tenemos un mejor horizonte.

Diana Saavedra, Gaceta UNAM

En la UNAM tenemos la gran base para construir, enfrentar y ofrecer nuevas respuestas a los problemas nacionales, externó el titular de la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas de esta casa de estudios, Mario Luis Fuentes Alcalá.

Eso es la Universidad: reflexión crítica, compromiso, deseo de no aceptar una realidad que calificamos de injusta e insostenible, expresó en la primera sesión del Seminario Permanente “Violencias, movilidades humanas y trata de personas”.

Las universidades públicas, abundó, desempeñarán el papel central de catalizar, transformar y dar cuenta de que sí tenemos un mejor horizonte; “ustedes, los jóvenes, serán los actores”, sostuvo ante estudiantes y académicos reunidos en la Unidad de Investigación Multidisciplinaria II de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán.

El extitular de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos agregó que “vivimos una expansión exponencial de las violencias y dentro de éstas la trata de personas es una de ellas. Consideró que ser universitario es también ser activista de las causas justas, aparte de dar clases, por ejemplo, es luchar por un México en el que se viva en paz y con justicia.

Por su parte, el director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM, Jacobo Dayán, destacó que las violencias son una forma de gestionar y controlar (mediante el adoctrinamiento o un medio disciplinante) territorio, recursos y mercados lícitos e ilícitos por parte de grupos delincuenciales y el Estado; los ciudadanos son una mercancía más.

Ante ese escenario, estimó, la sociedad debe resistir en colectividad, es decir, no como individuos aislados, sino como comunidad, priorizando los derechos humanos.

También indicó que el dilema de nuestro tiempo no necesariamente es ser de izquierda, derecha, neoliberalista, etcétera. El modelo educativo, explicó, nos enseña a ser útiles al mercado, o sea, se nos prepara para insertarnos en el mercado laboral. La pregunta es: ¿no deberíamos poner en primer lugar al ser humano? El objetivo debe ser que seamos ante todo buenas personas, con valores éticos, una brújula moral adecuada, con compromisos con la comunidad y el entorno, más que un buen médico, arquitecto o ingeniero.

Al abordar el tema “Caminar hacia la paz frente a las violencias y la trata de personas”, dijo que desde hace tiempo se ha sugerido que los mayores índices de violencia subieron por la guerra contra las drogas de Felipe Calderón ante unos cuantos grupos del crimen organizado. Y hemos llegado al punto de normalizarla, así como el horror generado por más de 400 grupos criminales, sin reconocer del todo que existen. “Pasamos de aceptar que los muertos son necesarios a negar el tema”.

Resaltó que en los últimos 18 años hay cerca de 600 mil homicidios vinculados con esos ilícitos; en cifras oficiales, 120 mil personas desaparecidas, pero hay un subregistro y hasta hace algunos años había más de 30 mil denuncias por tortura, además de una cifra desconocida de desplazamiento interno forzado, trata de personas, extorsión, secuestro, cobro de piso, despojo de tierra y territorio a comunidades indígenas.

Inclusive, mencionó, la trata es diferenciada en tres tipos: la primera y una de las más evidentes es la sexual, en la que la mayoría de víctimas de 10 a 25 años son mujeres. El segundo es la esclavitud, y el tercero, que cada vez cobra más visibilidad, el reclutamiento forzado, en el que estudiantes reportados como desaparecidos cuando iban a una entrevista de trabajo, posteriormente aparecen laborando para algún grupo criminal. ¿Cómo se les juzga a ellos? Estamos ante víctimas que se convirtieron en victimarios.

Ante esos escenarios, opinó, las universidades cumplen el papel de reflexión; de ahí que sea tiempo de que los jóvenes propongan soluciones, como lo hicieron otras generaciones en el pasado. Ejemplo de ello son los movimientos feministas, indigenistas, las madres buscadoras y otros colectivos.

Dimensiones globales

En tanto, Nora del Consuelo Goris Mayans, directora la FES Acatlán, aseguró que la trata de seres humanos es una de las grandes violaciones a los derechos de la sociedad, la cual ha adquirido dimensiones globales. Aunque ya se abolió la esclavitud, indicó, en realidad esto no se ha detenido; diariamente se escucha cómo niñas y niños son afectados.

Acotó que es importante que los jóvenes reflexionen sobre cuál es el papel de cada quien al ejercer una profesión, siempre centrándose en el humanismo y los valores.

Editorial Praxis
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Revista de Cultura y Medio Ambiente.
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