Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria 2025

La literatura, una forma de memoria y de reparar el alma de los pueblos: Gioconda Belli.

Para la escritora nicaragüense Gioconda Belli (1948), la obra de Carlos Fuentes posee la convicción de que “la literatura puede ser una forma de memoria y también una manera de reparar el alma de los pueblos.” Así lo aseguró hoy al recibir el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2025, que otorgan la Universidad Nacional Autónoma de México y la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

En su discurso, Belli destacó: “Dedico este premio a mi Nicaragua, a su gente y a sus presos políticos y exiliados. La fuerza de la poesía y la literatura –que han sido luz y altura en ese pequeño país de poetas– seguirá cantando sus luchas por la libertad, con fe en que la palabra continuará narrando el fin de los tiranos”.

Agradeció a la vida que, acotó, le ha servido un banquete de experiencias intensas, tanto amargas como dulces. Dio gracias a la literatura y a las palabras que nos han legado a los seres humanos un lenguaje para decir la belleza y apelar a las emociones que revelan los abismos y las alturas de la condición humana. “Un lenguaje íntimo, pero que nos hace reconocernos y sumergirnos en la corriente de historias y vivencias que nos han construido como especie”.

Belli recibió el reconocimiento, uno de los más importantes en idioma español, de manos del rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas y de la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza.

“A nombre de toda la comunidad universitaria, le expreso nuestra más profunda admiración y respeto a Gioconda Belli. Gracias por enriquecer nuestro idioma como territorio de libertad, equidad y justicia. Su obra confirma que la literatura es una fuente insustituible e inagotable de esperanza”, dijo el Rector en la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes.

Acompañado por la periodista y viuda del escritor Carlos Fuentes, Silvia Lemus; y de la escritora e integrante del jurado, Natalia Toledo Paz, el Rector también señaló que la obra de la galardonada nos recuerda que el acto de escribir demanda deseo y rebeldía para alcanzar la emancipación. “Reconocerla es rendir honores a las escritoras que han creado un pulso ético y sensible, capaz de acercarse a lo inenarrable e imaginar nuevos modos de cohabitar”.

El Rector también remarcó que la vida de Belli ha implicado abrazar el compromiso y sus tensiones. En Nicaragua, eligió la revolución con autodeterminación y deber moral. Buscó justicia frente a la desigualdad, atravesó la guerra y la pérdida, y comprendió que defender un ideal implica asumir riesgos. Conoció el entusiasmo colectivo y su fractura cuando el poder se vuelve dogma y surge la necesidad de disentir.

Foto: Benjamín Chaires.

Asimismo, afirmó que la Universidad Nacional Autónoma de México ha sido, a lo largo de su centenaria historia, bastión de las palabras. En ella se les resguarda, estudia, enriquece y divulga.

En su oportunidad, la secretaria Claudia Curiel manifestó que la poesía arrojó a Gioconda Belli al universo de la palabra; que en su primer poemario, sin tapujos, insolente y sensual se expresó agradecida y orgullosa de que Dios la haya hecho mujer.

Su obra fue multipremiada y era la primera vez que en Nicaragua una joven escritora abordaba el erotismo, el feminismo y el placer sexual. En sus novelas, agregó, condena la violencia patriarcal y habla del despertar espiritual de las mujeres de América Latina.

Previamente, Silvia Lemus dio la bienvenida a la ceremonia y subrayó que el galardón a Gioconda Belli es por su gran obra poética, que se mantiene en diálogo con el legado de Carlos Fuentes, pues ambos acompañaron las luchas de sus sociedades por la democracia, la justicia y la igualdad.

Los dos, también, tienen una conexión por su responsabilidad intelectual que los llevó a participar en la vida pública de sus naciones. Además, en la obra de ambos autores las mujeres son la piedra angular sobre la que giran sus historias.

A su vez, Natalia Toledo expuso que el jurado le entregó el premio a la también novelista nicaragüense por su capacidad de renovar la poesía hispanoamericana y la fuerza de su diálogo entre la sociedad, la historia y la literatura. “Lo que escribe tiene fuerza y aliento, dialoga en su cabeza pero también con los otros. Las páginas que ha escrito guardan la memoria”.

Belli es décima persona en ganar el Premio. En ediciones anteriores se reconoció a Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Eduardo Lizalde, Luis Goytisolo, Luisa Valenzuela, Diamela Eltit, Margo Glantz, Elena Poniatowska y Luis García Montero.

Semblanza

Nació en Managua, Nicaragua, el 9 de diciembre de 1948. Es poeta, novelista y fue revolucionaria nicaragüense del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Por su oposición a la dictadura de Anastasio Somoza tuvo que exiliarse entre 1975 y 1979 en Costa Rica y México.

Sus poemas aparecieron por primera vez en el semanario cultural La Prensa Literaria. Su libro Sobre la grama le valió en 1972 el premio de poesía Mariano Fiallos Gil de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. En 1978 obtuvo el Premio Casa de las Américas con el libro de poesía Línea de fuego.

Entre 1982 y 1987 publicó tres libros de poesía: Truenos y arco iris, Amor insurrecto y De la costilla de Eva. En 1987 publicó El Taller de las mariposas, un cuento para niños con el que obtuvo el Premio Luchs (Lucha) del Semanario alemán Die Zeit en 1992.

Asimismo, en 1988, publicó su primera novela La mujer habitada, que obtuvo el Premio de los Bibliotecarios, Editores y Libreros de Alemania a la Novela Política del Año en 1989. Ese año la autora recibió también el Premio Anna Seghers.

En 2001, apareció su libro El país bajo mi piel, un testimonio de sus años en el sandinismo. Su novela El pergamino de la seducción le mereció en 2005 el Premio Pluma de Plata en la Feria del Libro de Bilbao, España. En 2006 con su poemario Fuego soy apartado y espada puesta lejos ganó el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla en su 28 edición. Su novela El infinito en la palma de la mano, fue merecedora del Premio Biblioteca Breve de Novela 2008 de la editorial Seix Barral y del Premio Sor Juana Inés de la Cruz de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Su novela El país de las mujeres obtuvo el Premio Hispanoamericano de Novela La Otra Orilla 2010.

La novela Las fiebres de la memoria fue finalista del Premio Bienas de Novela Mario Vargas Llosa 2018. En 2020, el poemario El pez rojo que nada en el pecho ganó el Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma. Dos años después, se publicó su libro de ensayos Luciérnagas. El año pasado salió a la luz su novela Un silencio lleno de murmullos.

Su ruptura con el régimen de Daniel Ortega provocó que se le despojara de su nacionalidad nicaragüense. En 2024 aceptó la nacionalidad española y, un año después, la chilena.

El discurso completo de aceptación puede leerse en: https://t.ly/XpOEc

(*CON INFORMACIÓN DE LA SECRETARÍA DE CULTURA DEL GOBIERNO FEDERAL)

Textos seleccionados por la autora para formar parte de la plaquette editada por la UNAM, que celebra el otorgamiento del galardón

Cuando floreció la risa

En la selva siempre húmeda del trópico, donde viven árboles acogedores, refugio de orquídeas y trepadoras, un buen día Enea y Alia bajaron desde la copa de la ceiba y se dieron cuenta de que eran el primer hombre y la primera mujer.

Darse cuenta de que el uno era diferente de la otra les dio risa. Ella extendió su mano sobre la de él y dijo:

—Mi mano es más pequeña que la tuya. El posó su mano sobre la cintura de ella y dijo:

—Tu cintura tiene el perfil curvo de la luna y tus pies se parecen a los peces del río. Alia rio.

—Mira que tú eres todo cuadrado, pero tu pecho es ancho como el horizonte y fuerte como la tierra que nos alberga.

Enea rio.

—Y tú eres redonda y suave, y siento que lees el más profundo de mis pensamientos.

Ella se sintió contenta de tenerlo a su lado y tuvo el impulso de tocarlo y hacerle cosquillas. Metió la mano bajo su brazo, la abrió y rascó allí como si quisiera encontrar un agujero.

Él se desternilló de risa y le hizo cosquillas a ella.

Después Alia tomó una rama y se la pasó por el centro de la espalda. Enea no paraba de reírse. Tanto se rio que cayó al suelo.

Alia tampoco podía contener el jolgorio de sus carcajadas.

El bosque jamás había oído a nadie reírse, y los escuchó embelesado.

El río pensó: “La risa del hombre y de la mujer es como el ruido que hago yo cuando salto sobre las rocas”.

El viento se maravilló de que la risa de la mujer y del hombre se pareciera al sonido que él hacía al correr a través del follaje.

Enea y Alia seguían atacados de risa.

“¿Qué podré hacer para reírme como ellos?”, pensó un roble que crecía muy cerca. “Yo también quiero una alegría que el aire lleve por todas partes.”

El joven roble estiró con fuerza una de sus ramas y tocó la espalda de Alia, cerró los ojos para sentir su risa y le pareció que todos los pájaros cantaban dentro de ella.

Esa noche el árbol sintió que su corteza le hacía cosquillas. Soñó que reía con una felicidad fragante y liviana.

Al día siguiente, Enea y Alia amanecieron cubiertos de pétalos. Ella se alzó del sueño, miró el árbol, despertó a Enea y dijo:

—Mira, Enea, cómo se ríe ese árbol. ¡Mira cómo florece a carcajadas!

(De Cuando floreció la risa,
Cuadernos del Zorro Rojo, 2016.)

América en el idioma de la memoria

IV

He oído la lengua de mis antepasados en sueños.

En sueños he escuchado sus gritos.

El crujir de sus genitales,

el dolor de los partos mestizos,

de los hijos de las violaciones.

Ya no pudimos nombrar a los niños

con nombres de flores, de cactos,

de árboles, de constelaciones.

Aprendimos a contar el tiempo con

sus medidas

y llamamos a los días con sus nombres

extraños.

(De Apogeo, Anamá Ediciones Centroamericanas,
1977 / Colección Visor de Poesía, 1998.)

Editorial Praxis
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Revista de Cultura y Medio Ambiente.
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