Jesús de Veracruz

Educador, historiador, economista, administrador público, abogado, legislador, teórico político Jesús Reyes Heroles es uno de los más consistentes estadistas e intelectuales mexicanos. Hombre de ideas y de acción, hizo aportaciones fundamentales de la positiva evolución pacífica de nuestro sistema de gobierno para superar la guerra sucia de los años 70, bajar a los inconformes de los cerros y abrirles espacio en el Congreso, hacia una confrontación civilizada, que significó el comienzo en 1977 de la Reforma Política que él vislumbraba como uno tarea de varios sexenios, no de un solo.

Logró hacerlo porque contó con la confianza y el claro apoyo del Presidente José López Portillo en ese empeño y porque entendió que el más amplio número de mexicanos tendría que exponer sus puntos de vista atentos al interés nacional, más que el de los partidos. Las reuniones se efectuaron en el salón Benito Juárez de la Secretaría de Gobernación, de la que él sería titular dos años más.

La Reforma fue sostenida penosamente por las obstinadas resistencias externas e internas, dado que no se trataba de una manera disimulada de entregar el poder, sino de alentar el desarrollo democrático desde adentro, no después de comenzar por la periferia en los sindicatos y todas las organizaciones que en general eran copia y no causa del estilo de gobernar cuidando las apariencias republicanas pero manteniendo el real control absoluto.

Miguel López Azuara con Jesús Reyes Heroles

Toda su vida el hombre cuyo centenario se cumple este año se había preparado para esa faena. Nacido en Tuxpan, Veracruz el 3 de abril de 1921, entonces don Jesús sólo pudo estudiar allí la primaria. Pero sus padres, el español don Jesús y doña Juana, mexicana hija de español, se cambiaron sucesivamente a Tampico y Ciudad Victoria, en Tamaulipas, y a San Luis Potosí, para que su hijo Jesús pudiera continuar sus estudios en el Instituto Autónomo Científico y Literario. En 1939 ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México y comenzó a trabajar como auxiliar en la secretaría particular del presidente del PRM, el general Heriberto Jara, ex gobernador de Veracruz.

Recibido de abogado en 1944, con su tesis Tendencias actuales del Estado, que le mereció una mención honorífica, hace en 1945 cursos de posgrado en las universidades de Buenos Aires y La Plata y en el Colegio Libre de Estudios Superiores de Buenos Aires, en Argentina. Asiste a la Conferencia Latinoamericana de la Organización Internacional del Trabajo y al año siguiente es presidente sustituto del grupo especial de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.

De 1946 a 1963 es profesor de Teoría General del Estado en la Facultad de Derecho de la UNAM. También había sido, de 1948 a 1952 profesor de Economía en la Escuela Superior de Comercio y Administración del Instituto Politécnico Nacional y secretario general del Instituto Mexicano del Libro.

Esta fue la plataforma de lanzamiento de una vida que durante poco más de 60 años parecía cada vez más dotada de energía, curiosidad e interés por buscar las fuentes generadoras de las ideas y el conocimiento y su desarrollo para esparcirlo permanentemente con intensa vocación de maestro en aulas, conferencias, libros, discursos, artículos y conversaciones armado siempre con café, un vaso de Tehuacán y cigarros, puro o pipa, más privadamente. Su propia vida pública era esencialmente una enseñanza ejemplar, seguida por los menos.

En 1961 la Universidad Nacional Autónoma de México editó los tres tomos de El Liberalismo Mexicano, cuya segunda edición, de poco más de 1600 páginas, el Fondo de Cultura Económica hizo en 1974.  

El liberalismo mexicano, sustentado en el federalismo, la división e independencia de los poderes, las elecciones libres y la libertad de pensamiento y de prensa, fue rastreado de principio a fin por Reyes Heroles, con el resultado de conocerlo y comprenderlo a fondo frente a los conservadores, que excluidos de la historia se mantenían subrepticiamente.

Escribió:

 “La libertad se forma de libertades. El liberalismo tiene por móvil y fin la libertad; por consiguiente, precisar las libertades del liberalismo mexicano es comprender su más íntimo y verdadero sentido”.

Dentro de las libertades liberales, la decisiva es la libertad de conciencia o pensamiento, de la cual derivan la libertad de expresión, hablada o escrita, y la libertad de cultos.

En un texto de belleza literaria, don Jesús recorre los conceptos de soberanía, legitimidad, derecho de la nación para constituirse en libertad y proclamar el sufragio universal, el voto de todos, y derechos políticos individuales.

Los liberales mexicanos, a más de dejarnos las libertades y sus instituciones, nos enseñaron, y no es ese su menor mérito, cómo conseguirlas y defenderlas. Supieron tener la prudente flexibilidad y decisión que les permitió en todo momento saber hasta dónde podían llegar.

El curso mismo de la vida nacional obliga a definir una nueva  relación Estado-Iglesia, con sus articulaciones con una sociedad libre, y se pugnó por el principio democrático de la igualdad y el hacer laica la justicia, las luchas por las libertades, la de la conciencia fundamentalmente  y su consecuencia, la de cultos; la libertad derivada de enseñanza y, sobre todo, el conocimiento del poder de la Iglesia en toda su extensión y profundidad y la incompatibilidad que existe entre el sustento del Estado, con todas sus facultades y atribuciones, sin resolver previamente el problema de la concentración de los bienes en manos de la Iglesia.

La contemplación del problema en su totalidad va a llevar a la desamortización y a la nacionalización de los bienes de la Iglesia.

Durante esa época fue asesor del Presidente Adolfo Ruiz Cortines, quien como secretario de la Presidencia tenía a Enrique Rodríguez Cano; y jefe de estudios económicos de los Ferrocarriles Nacionales de México.

Petróleos Mexicanos

Como director general de Petróleos Mexicanos, en el gobierno del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, Reyes Heroles fundó el Instituto Mexicano del Petróleo, para fomentar su propia investigación científica y tecnológica en la materia, de la que dependía del extranjero. Su primer director fue el ingeniero Javier Barros Sierra, luego rector de la UNAM.

Veinte años antes, Pemex había tenido que firmar contratos-riesgo con empresas extranjeras, principalmente por la posible explotación del mar, contratos que suponían reembolsar a estas empresas el total de su inversión, sin límite de tiempo, y proporcionarles una compensación, que iba de 12 a 15 años, con el 15% del valor de la producción.

Derivados de tales contratos, había otros  que fijaban para la institución la obligación de vender el total o parte de su producción a las compañías extranjeras. Es decir, íbamos a estar peor que antes de la Expropiación Petrolera, dándoles el hidrocarburo y pagando su inversión.

El Presidente Díaz Ordaz decidió rescindir inmediatamente el más importante de esos contratos, que comprendían un área de explotación de 2,000 kilómetros cuadrados entre Sontecomapan, Veracruz, y Puerto Real, Campeche, y de 456 kilómetros cuadrados en Campeche, Tabasco, Veracruz y Nuevo León. Posteriormente se rescindieron tres contratos más.

En esa época Pemex inició la explotación petrolera marina, que tendría su pico más alto con el yacimiento descubierto casualmente diez años después por el pescador campechano Rudesindo Cantarel, al observar manchas de aceite sobre el agua, y cuyo nombre lleva.

Entonces nos dijeron que tendríamos que aprender a administrar la abundancia, después de siglos de estrecheces. La abundancia se destinó al Presupuesto, para no subir los impuestos a los más ricos. Cuando la abundancia se agotó, seguimos sin nada, pero enfurruñados.

La hora del PRI

En 1972, Reyes Heroles tomó posesión como presidente del comité ejecutivo nacional del PRI, el Partido Revolucionario Institucional, donde el entonces Presidente Luis Echeverría había hecho larga carrera burocrática.

Su llegada sacudió al partido, acostumbrado a los constantes periodos apacibles entre elecciones. El nuevo presidente recorrió el país, activó el trabajo de investigación y estudios económicos políticos y sociales y emprendió una dinámica sucesión de mensajes políticos, análisis de situaciones y tareas dirigidas a ajustar la maquinaria hasta tenerla a punto para cumplir sus metas, no confiados a la inercia de su permanencia en el poder.

En 1974 ocurrió un episodio revelador de su actitud en el PRI. En vísperas de la designación del candidato a gobernador de Veracruz, se inició un proceso que favorecía al subsecretario general de Gobierno, Manuel Carbonell de la Hoz, un obscuro personaje perseguido por la mala fama de su dureza, las represiones en el campo que se le atribuían y sus prácticas de espionaje político articuladas por la Dirección Federal de Seguridad, a cargo del capitán Fernando Gutiérrez Barrios.

En vista de que Carbonell nunca había figurado en la lista de aspirantes al gobierno, el diario Excélsior anotó una contradicción con la promesa del Presidente Echeverría de que la era de los “tapados” había concluido. Posteriormente, el mismo diario insistió en que el veracruzano que presidía el PRI debería pronunciarse sobre el particular.

Ese mismo día, Reyes Heroles dio al diario una noticia de ocho columnas: “Yo como veracruzano no he votado por él”. Y la candidatura se derrumbó.

Pero un enfurecido Presidente llamó a cuentas al presidente del PRI a Los Pinos:

–¿Qué pasó, Jesús?

–Nada, Luis, que el partido no puede ser marginado de esta manera. Viene el gobernador Rafael Murillo Vidal, que es mi amigo, te propone al candidato y tú le das luz verde para que lo saque, sin avisarme. Yo tengo informaciones que lo invalidan como candidato nuestro. No debe ser. Aquí traigo mi renuncia como presidente del partido.

–A mi no me vas a renunciar como Melchor Ocampo le hizo a Juárez.

–Claro que no, Luis, porque   no soy Melchor Ocampo ni tú eres Benito Juárez.

El candidato fue en esa ocasión Rafael Hernández Ochoa, secretario del Trabajo, originario de Vega de Alatorre.

El 23 de septiembre de 1975, Reyes Heroles dejó el PRI y tomó posesión como director general del IMSS, Instituto Mexicano del Seguro Social, ya había sido subdirector general técnico durante el gobierno del Presidente Adolfo López Mateos (1958-1964).

Esa es la subdirección más vasta y compleja del IMSS. Agrupa a las dependencias que constituyen la columna vertebral de la institución: afiliación, cobranza, prestaciones en dinero, vigencia de derechos y estadística.

O sea, el aseguramiento de cada ser productivo, el recuento individual de sus derechos, así como el otorgamiento de las prestaciones que sustituyen o compensan la pérdida del salario. Además, la responsabilidad de cuantificar los fenómenos y el desarrollo de una vasta institución, al igual que captar sus recursos económicos.

En suma, cuando quince años después llega a la dirección general, va muy bien pertrechado.

 La Reforma Política

Don Jesús fue diputado por Tuxpan en 1960, y como tal participa y defiende el proyecto de ley federal que establece los diputados de partido, para facilitar el acceso al poder de los opositores que no alcanzaban triunfos de mayoría.

Posteriormente, ya como secretario de Gobernación organiza una amplia consulta nacional para plantear la Reforma Política que finalmente hizo posible la alternancia en el poder con un Instituto Federal -Nacional ahora- para organizar con ciudadanos, no desde Gobernación, todo el proceso electoral y la educación política.

Las resistencias internas fueron más fuertes que las de los opositores.

¿Todavía nos falta? Seguramente, pero el avance es notable.

Educar es más barato

Finalmente, en l982 tomó posesión como Secretario de Educación Pública con el Presidente Miguel de la Madrid Hurtado, que había sido su alumno en la UNAM, y quién siempre se dirigía a él como Maestro.

En los poco más de dos años que allí estuvo, elevó al rango de licenciatura la educación normal, por lo cual se exige desde entonces el bachillerato para ejercerla; transformó las delegaciones de la SEP en Unidades de Servicios a desconcentrar; creo el Sistema Nacional de Investigadores, puso en marcha el Programa Nacional de Bibliotecas públicas, que en todo el sexenio pasaron de menos de 300 a más de 2,500, que era su meta, y editó decenas de millones de libros, directamente y asociado con editores privados, con series y colecciones como Lecturas Mexicanas, Cien de México, Cien del Mundo y para niños como el periódico mensual Tiempo de México y dibujos clásicos para iluminar, y Los Cuadernos de Orozco, libreta de bosquejos originales del pintor José Clemente Orozco, con motivo de su centenario, que atesoraba la renombrada crítica de arte Raquel Tibol. El diseño y la impecable edición estuvieron a cargo de Vicente Rojo, de la Imprenta Madero.

Falleció en Denver, Colorado, EUA, el 19 de marzo de 1985, dos semanas antes de cumplir 64 años.

Carlos Monsiváis dijo de don Jesús Reyes Heroles:

Tuvo un extraño destino, el de “un hombre profundamente inteligente, obsesionado con la importancia de las ideas en la vida de la República, que de hecho careció de interlocutores políticos y que fue muy oído y escasamente entendido, que fue muy admirado y apenas analizado”.

Con todo, influyó como pocos en la evolución correcta del sistema político que ahora tenemos.

Miguel López Azuara 16 de marzo de 2021. Tuxpan, Ver.

Miguel López Azuara
Miguel López Azuara
Nació el 6 de enero de 1934 en Túxpam, Veracruz. Entró en 1955 al periódico Excélsior donde fue reportero, columnista político, editor, jefe de Corresponsales y subdirector editorial. Fundador, columnista, jefe de información, jefe de redacción y consejero editorial y de administración de la revista Proceso. Fundador y consejero editorial del diario La Jornada. Director de Información y Difusión de la Secretaría de Relaciones Exteriores, con don Jorge Castañeda Sr. Director general de Notimex. Director general de Publicaciones y Bibliotecas de la Secretaría de Educación Pública, con don Jesús Reyes Heroles. Director de Comunicación Social del gobierno de Veracruz, con don Patricio Chirinos. Director de la revista Examen del Comité Ejecutivo Nacional del PRI; coordinador de comunicación social de la Cámara de Diputados; director de la Asociación de Editores de los Estados. Director de Información de la Presidencia de la República, con don Carlos Salinas de Gortari. Editorialista del periódico El Universal.
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