Conocí a Nahui Olin cuando buscaba a mujeres poetas de la primera mitad del siglo XX mexicano que mostraran signos de libertad. Recorrí varios territorios líricos y encontré letras que me revelaron la historia de este inmenso México desde la experiencia de las mujeres; historias narradas desde un yo sin premura de premios y sin miedo a la censura. El siglo XX está plagado de mujeres escritoras, ellas fueron hacedoras de otras formas de escritura; algunas obviaron el canon y escribieron por el placer de hacerlo; tal vez otras escribieron por sobrevivencia y otras porque Dios se los pedía.[1]

Carmen Mondragón Valseca se me presentó como Nahui Olin; sus poemas sobresalían entre el cúmulo de textos que acompañaban mi búsqueda; parecía que todo en ella era cautivador y, sin embargo, su autenticidad me resultaba tan inquietante que no podía acercarme a ella. En el fondo de mí había un anhelo desesperante por separar la clásica conjunción entre genialidad y locura; temía que en Nahui otra vez aquella sentencia se repitiera, estaba cansada de leer las interpretaciones que se hacen de la escritura de las mujeres como una muestra de ingenio, pero sobre todo de extravagancia, perturbación y frenesí.

Nahui Olin no estaba loca; tal vez el único apelativo, convertido casi en diagnóstico, que fue otorgado a la poeta fue el de ninfómana. El significado más simple y corto de esta palabra es: deseo exagerado o exacerbado en una mujer. En la primera mitad del siglo XX, la ninfomanía ya había pasado de ser una preocupación de la ginecología para serlo de la psiquiatría; las enfermedades “propias” de las mujeres siguieron siendo tema de interés para especialidades médicas como la psiquiatría y la neurología, que optaron por responsabilizar al útero como el principal generador de malestar. La desmedida apetencia de Nahui la convirtió en una artista sin restricción para la creación, de ahí que Nahui sea recordada como poeta, pintora, maestra y modelo.

Es atractiva la idea de asociar la genialidad de una mujer con una demencia creativa, mas no es ya atrayente pensar que exista una marca en la experiencia libre de las mujeres, y que ésta sea la de la locura. Los escritos que Nahui Olin heredó a la literatura mexicana son muestra de una inteligencia insuperable; una radiografía de un pensamiento libre que no concebía ser regulado; una ruta que sirvió de estímulo y guía a escritoras posteriores y que, de una u otra manera, es motivo de inspiración para mujeres en la contemporaneidad mexicana y latinoamericana.

Hoy 23 de enero del 2022 se cumplen 44 años de la muerte de Nahui, muerte de la que es mejor no hablar para no tener que enfrentar preguntas que remitan a los efectos que tuvo y tiene la censura social, la indiferencia y el castigo a una mujer que, antes de pensar en desafiar las reglas sociales, fue ella misma. Sobrepasando la incomodidad en la que nos puede dejar esta idea, hoy recuerdo el impulso renovador que Nahui Olin dio a la literatura en México. La transformación que ella misma emprendió fue una alteración raizal al lugar social y cultural de las mujeres en este país. La vida de Nahui fue una materialización de lo que serán las principales transformaciones de mediados y finales de siglo XX en el ámbito de la vida femenina. El cuerpo como principal escenario de su creación remite a una relación sin culpa frente al deseo, deseo irrefrenable no concebido como patológico sino como posibilidad creativa y modo de vida.

En 1922, con 28 años, Nahui Olin dio vida al poemario Óptica cerebral. Poemas dinámicos, poemario de una profundidad invaluable; en él, Nahui logra transmitir el misterio que, para ella, rodea a la “fuerza equilibrada”, como ella llama a la inteligencia; la hondura se percibe constantemente en el poemario, al dejar ver rabia cuando evoca la palabra sabiduría; la concibe como una “modalidad humana” que pretende precisar y que impide la fluidez que tiene el cosmos y los seres. En Óptica cerebral…hay una expresión amplia y sincera de Nahui Olin. Este es un poemario que dio mucho de qué hablar y que sigue siendo un texto de gran lucidez poética.

Hoy, en el año 2022, Óptica cerebral. Poemas dinámicos cumple 100 años de su escritura, motivo que convoca a su remembranza y a la exaltación de un texto genuino, cargado de ideas que remiten al deseo de una existencia libre y de una creación artística sin restricciones. La libertad es notoria en el poemario. Nahui no ofrece una estructura clásica en la escritura; por el contrario, mezcla sin ninguna timidez la prosa y el verso. Para Nahui “Somos un imposible y llevamos dentro una tormenta, una descarga eléctrica, destinada a poner nuevas fuerzas en movimiento”.[2] El poemario Óptica cerebral…está repleto de colores, de imágenes que remiten al cosmos y a los elementos; ideas que pasan por la naturaleza de la luz y el comportamiento del sol y que usa para significar lo humano “Las ondas rojas del éter que se suceden rápidamente, provocadas por un electrón, son comparables a las inquietudes espirituales, que irradian luz en el éter que rodea nuestro sol -nuestro espíritu-…”[3]

La figura de la insaciabilidad es rotunda en el texto que encabeza este poemario. Insaciable es una palabra atribuida a Nahui Olin por su comportamiento; bajo este trazo o característica se borra el amplio espectro en el que la poeta se concibe como una mujer insaciable. Su principal insaciabilidad tiene que ver con el conocimiento, al cual le debe gran parte de su deseo y de su inquietud permanente. Nahui Olin ofrece en el poema “Insaciable sed” la explicación del lugar que ocupa el deseo y su cuerpo en la creación, siendo este un mediador entre la poeta y la realidad: “…Mi espíritu y mi cuerpo tienen siempre loca sed/ de esos mundos nuevos/ que voy creando sin cesar,/ y de las cosas/ y de los elementos, / y de los seres,/ que tienen siempre nuevas fases/ bajo la influencia/ de mi espíritu y mi cuerpo que tienen siempre loca sed/ inagotable sed, de inquietud creadora/ que juega con los mundos nuevos/ que voy creando sin cesar…”[4]

Portada del poemario Óptica Cerebral. Poemas dinámicos
México: Ediciones México Moderno, 1922.
Portada de Gerardo Murillo , Dr. Atl
Impreso, 242 x 19.5 cm.
Colección particular.

Nahui Olin pintaba en sus poemas y narraba historias en sus pinturas. Mucho antes de que Óptica cerebral… saliera a la luz, ella ya exploraba la creación pictórica, hacía caricatura y xilografía. Nahui, al igual que otras personas en el movimiento literario de la vanguardia, fue catalogada como importante para el movimiento de arte naíf, pese a que no es posible catalogarla del todo dentro de esta tendencia. Nahui fue una artista que mantuvo estrecho vínculo con la realidad, usando en sus creaciones temas que para el momento rondaban el escenario mexicano y mundial. La artista participó activamente de aquella ebullición cultural que conmocionó a México en la década de los veinte.

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Maria del Carmen Mondragón Valseca
La plática, ca. 1917.

En 1922, año de Óptica Cerebral. Poemas dinámicos, Nahui enfrentó dolores y transformaciones vitales importantes. Decidió separarse definitivamente del hombre que había sido su compañero sentimental desde 1913, Manuel Rodríguez Lozano, para dar vía a un nuevo amor que será, durante casi 4 años, un interlocutor, tanto en la escritura como en la creación pictórica: Gerardo Murillo, conocido como el Dr. Atl. A él debe ella el nombre en nautl de Nahui Olin, símbolo de fuerza y renovación que irradia luz y movimiento. Así mismo, en 1922, la poeta enfrenta la pérdida de su padre, Manuel Mondragón, con quien tuvo una estrecha y especial relación, e inaugura un tiempo fructífero de escritura al seguir publicando otras obras. Posteriormente aparecen: Câlinement je suis dedans (Tierna soy en el interior) escrita en 1923, Á dix ans sur mon pupitre (A 10 años en mi pupitre)en 1924, Nahui Olin en 1927 y Energía cósmica en 1937.

La presencia de Nahui Olin es necesaria para la literatura mexicana y latinoamericana, como también lo es para la genealogía del pensamiento libre de las mujeres; Nahui parece renovarse cada vez que es leída, vuelve a recordarnos la importancia de la libertad creativa anclada en el deseo y el desmonte de cualquier marco que restrinja la imaginación. Hoy 23 de enero del 2022, recordamos y traemos a Nahui nuevamente como la mujer libre que fue, como aquella a la “ …que ningún cáncer ha podido mermar la independencia de su espíritu y que a pesar de luchar contra multiplicadas barreras que mil poderes les imponen, más que el hombre a quien le han glorificado su espíritu y facilitado sus vicios -con esas multiplicadas barreras que mil poderes les imponen- y desarmadas, con débil carne de invernadero, luchan y lucharán con la omnipotencia de su espíritu que se impondrá por la sola conciencia de su libertad -bajo yugos o fuera de ellos…”[7]

Este es un tiempo para que Carmen Mondragón Valseca – Nahui Olin regrese al recuerdo y, así, estremezca a los y las escritoras en la actualidad; un tiempo en el que sus textos merecen ser conocidos, reeditados y puestos a disposición del público. Sin duda alguna, quienes no la conocen merecen tener tan brillante regalo.


[1] Autor no identificado, Nahui Olin (con dedicatoria a Gerardo Murillo, Dr. Atl), ca. 1919. Gelatina sobre bromuro, 33 x 24 cm, colección particular. Fotografía extraída del libro de la exposición Nahui Olin -La mirada infinita-, Museo Nacional de Arte, Ciudad de México, pág. 164, 2018.

[1] Para el caso mexicano Patricia Rosas Lopátegui publica el libro titulado Feminine Trangression -Transgresión femenina- (2010) bajo la editorial Floricanto. Esta investigación recoge a 15 escritoras mexicanas nacidas entre 1900 y 1946. Para más información: http://www.lopategui.com. Así mismo, la colombiana Carmiña Navia Velasco en el libro La narrativa femenina en Colombia, publicado en 2006 recoge algunas de las escritoras colombianas del siglo XIX y XX. Para más información: http://carminanaviavelasco.blogspot.com. El grupo de investigación Escritos de Mujeres IISUE-UNAM ha recuperado textos escritos por mujeres entre el siglo XVI al XVIII, algunos de estos escritos fueron producidos en el contacto con la Divinidad. Para mas información: https://mujeres.iisue.unam.mx/escritos/index.php/ediciones/.

[1] Patricia Rosas Lopátegui, Nahui Olin sin principio ni fin. Vida, obra y varia invenciónÓptica Cerebral. Poemas dinámicos, poema VII “Las generaciones en bestiales crímenes” en: Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, pág. 61, 2011.

[1] Ibidem., P.R Lopátegui, Nahui Olin sin principio ni fin…poema XVIII “Las ondas etéreas”, pág. 66.

[1] Ibidem., P.R Lopátegui, Nahui Olin sin principio ni fin…poema I “Insaciable sed”, pág. 56.

[1] Op. cit., Nahui Olin -La mirada infinita-…pág. 152, 2018.

[1] Ibidem., Nahui Olin -La mirada infinita-…pág. 111, 2018.

[1] Op.cit., P.R Lopátegui, Nahui Olin sin principio ni fin…poema XXIII “El cáncer que nos roba vida”, pág. 70.

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Carolina Narváez Martínez
Nació en Cali, Colombia, en 1981. Se ha especializado en historia de las mujeres con un particular interés en la escritura de éstas y en las enfermedades catalogadas como “femeninas”. Maestra en Estudios de la Mujer de la UAM Xochimilco y doctora en Historia social de la medicina por la facultad de Medicina de la UNAM, desde el 2014 hace parte del grupo de Investigación Escritos de Mujeres IISUE-UNAM como coordinadora de investigación. Este grupo es una confluencia de historiadoras dedicadas al hallazgo de textos de mujeres entre los siglos XVI al XVIII que permanecen inéditos, con el objetivo de estudiarlos y editarlos para así llevarlos a un público cada vez más amplio. Actualmente se encuentra haciendo el posdoctorado en la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, con una investigación titulada “Reinterpretaciones del fenómeno místico y las señas de enfermedad. Nueva España siglo XVIII”. Es profesora de historia en la materia optativa “Metodología y teoría de la historia feminista” y hace parte del comité dictaminador de la Revista DUODA de la Universidad de Barcelona; además, colabora con el Centro Cultural Tejiendo Sororidades en su ciudad natal. Hace parte de la Asociación Civil mexicana Tres Güineas con la que se pretende apoyar proyectos de mujeres investigadoras en el campo de las artes y las humanidades. Como historiadora tiene artículos que han sido publicados entre los que se destacan: “Entonar los nervios. El caso del medicamento Cardui” en el libro Medicina y sociedad IISUE-UNAM en 2019, “Sentir la enfermedad en la escritura: traer un sentimiento mudo a la palabra” en la Revista Hercritica de la UNED-España en 2022 y “Nahui Olin: el cuerpo en el verso. La escritura libre de Carmen Mondragón Valseca” en Debate feminista en 2022. Dedica gran parte de su tiempo a la creación literaria y poética.