Cuando aún las fronteras no estaban definidas aparece el vidrio en los orígenes mismos de la civilización, en Egipto y Mesopotamia; pero su empleo en la arquitectura debió esperar mucho tiempo. Las ventanas eran desconocidas, no sólo en las culturas antes mencionadas, sino que también en Grecia y Roma edificios tan importantes como el Partenón de Atenas o el Panteón de Roma debían iluminar su interior mediante una abertura en el techo, por la que entraba no sólo el sol, sino también la lluvia.
El vitral llego a México muy tímidamente a fines del siglo XVIII y en el siglo XIX tuvo un resurgimiento gracias al art noveau.
En fuentes consultadas se afirma que durante el Virreinato el vitral pierde fuerza pues las pinturas murales desplazan lo desplazan y en el Barroco todo el interés se centró en el retablo siendo imposible desviar la atención a las ventanas.
Se considera que a finales del siglo XVIII se crean los primeros vitrales en México, en la capilla domestica del convento jesuita de Tepotzotlán. Así fue que mientras que occidente se olvida del vitral en México estaba en pleno surgimiento pero limitado solo a temas religiosos. En las últimas décadas del siglo XIX y primeras del siglo XX florece como expresión de buen gusto. En 1900 había ya muchos talleres de maestros europeos que emigraron a México, su ejemplo más claro son los vitrales en el castillo de Chapultepec, los del edificio que ocupa hoy el palacio de hierro, así como el plafón del teatro del Museo de Bellas Artes.
Cosmovitral se considera el más grande del mundo y está en el jardín botánico de Toluca, México. Comprende un área de más de 3,500 metros cuadrados y en el interior presume de una hermosa arquitectura. Se construyó en 1909.
Entre los meses de marzo, abril y mayo de 1976 el joven artista Gallardo llega a México para ocuparse del proyecto diseñado por el pintor Mariano Rodríguez y el arquitecto Fernando Salinas para la nueva sede de la embajada cubana.
Su obra comienza a difundirse en varios circuitos internacionales. En enero de 1979 gana el concurso convocado por el Ministerio de Cultura de Cuba para realizar un vitral en el salón de recepciones del Consejo de Estado, conocido también como Palacio de la Revolución.
En 1997, el Comisionado del Instituto Nacional de Migración de la Secretaría de Gobernación lo invita a realizar un vitral con el tema de la Migración, para ser instalado de modo permanente en sus instalaciones.
En entrevista exclusiva el Mtro. Gallardo nos comenta: “Encargo que asumí plenamente. Concluyendo el diseño del proyecto el 10 de julio de ese año 1997. El proyecto terminado lo entregué personalmente al Comisionado, en calidad de donación para el Instituto Nacional de Migración, a nombre del pueblo de Cuba al pueblo de México”.
Se realizó en tres meses bajo su dirección artística en los talleres del gremio de los vitralistas del sur de la ciudad de México. La obra quedó conformada por tres mil piezas de vidrios transparente multicolor. Se construyó a una escala de 4 x 7 metros.
El jueves 22 de octubre de 1998 fue inaugurado el Vitral Universal; México: el abrazo eterno durante la Semana Nacional sobre la Migración en el auditorio de dicho Instituto.
El pintor y muralista Mario Gallardo Muñoz (La Habana, 1937) reside en México; recientemente fue condecorado con la medalla Alejo Carpentier que otorga el gobierno de Cuba a las personalidades relevantes de la cultura. Ha sido invitado a participar como delgado a la IV Conferencia La Nación y la Emigración, 18 y 19 de noviembre de 2023 en La Habana.