Con sus obras, cinco grandes artistas enriquece el Jardín Escultórico del MAM

Se suman Pareja, de Joy Laville; Milenio, de Federico Silva; Crisálida, de Manuel Felguérez; Túnel plegado, de Alberto Castro Leñero, y Homenaje a7 (corazón sangrante), de Fernando González Gortázar

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Museo de Arte Moderno (MAM), refrendan su compromiso por el fomento, la protección y difusión del patrimonio artístico del país al incorporar al Jardín Escultórico cinco nuevas obras: Homenaje a7 (corazón sangrante), de Fernando González Gortázar; Crisálida, de Manuel Felguérez; Túnel plegado, de Alberto Castro Leñero; Milenio, de Federico Silva, y Pareja, de Joy Laville.

Al dar a conocer la integración de las cinco esculturas, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, afirmó, ante familiares, amigos y representantes de los escultores y artistas plásticos, que estas cinco piezas se incorporan al patrimonio artístico del pueblo de México, resguardadas, por supuesto, por uno de los recintos más importantes: el Museo de Arte Moderno.

La titular del Inbal consideró un honor estar en este magnífico Jardín para cobijar y dar la bienvenida a Homenaje a7 (corazón sangrante)CrisálidaTúnel plegadoMilenio y Pareja, cinco piezas de artistas fundamentales del arte moderno mexicano.

A la ceremonia asistieron Narda González, hija de Fernando González Gortázar; de Heberto Guzmán Gómez, coleccionista privado quien se refirió a la obra de Manuel Felguérez; Alberto Castro Leñero y Esther González Tovar, esposa de Federico Silva, así como la subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble, Dolores Martínez Orralde; la coordinadora nacional de Artes Visuales, Lluvia Sepúlveda Jiménez, y de la directora del MAM, Natalia Pollak.

Al dirigir unas palabras a Narda González, agradeció el “cumplir ese sueño de que una escultura de tu padre -Fernando González Gortázar- pudiera estar aquí. No solo contribuyó a la escultura, sino a la a las artes visuales de México, a la arquitectura y a otras disciplinas en las que siempre se implicó de una manera muy generosa.  Y reiteró: Gracias por hacer posible que esta pieza se incorpore al patrimonio artístico del pueblo de México.

Posteriormente, comentó que Crisálida es un tributo también a quienes acompañaron -a Manuel Felguérez- en su vida creativa. Celebro en verdad que este homenaje se le brinde como una manera de recordar lo fructífero que fue su trabajo, pero además el compromiso que hizo con toda una generación con la cual acompañó un cambio en prácticamente toda la estética del arte mexicano; fue capaz de irrumpir en esta búsqueda al crear otro escenario para el arte mexicano, más allá de las obras del nacionalismo… y hacer un arte abstracto, para hacer un arte que en verdad construya desde otras figuras, pasando por el arte cinético.

Mencionó que con la familia Castro Leñero “nos une un compromiso”, el cual se adquirió en el Museo de Arte Moderno. “Hicimos un compromiso con toda la generación que incluye, por supuesto a Irma Palacios, para que la generación de los Castro Leñero estuviese representada, porque sabemos que el lenguaje que construye es uno que además permite retar el propio espacio público y convertirlo en un lugar de diálogo, de encuentro, de conversación, pero también de juego”.

La directora general dijo que “tener una obra de Federico Silva representa un acto de justicia cultural, porque en verdad la obra del maestro tenía que estar aquí… Además, habla de este tránsito de milenio en relación con su propio tiempo. Es un privilegio y quiero agradecerle a Esther el trabajo, el compromiso y lo que hace para mantener la obra del maestro Silva como parte vital del escenario artístico de México…, porque se trata de un artista universal”.

Por último, mencionó que el Jardín Escultórico tiene su propia dinámica, su propia personalidad e incluso su propio recorrido; pues se puede visitar solo el Jardín, el cual fue recuperado gracias al programa Chapultepec. Naturaleza y Cultura, “donde dialogamos desde el Gobierno federal con el de la Ciudad de México”.

En su momento, Natalia Pollak, directora del MAM, señaló que actualmente este espacio al aire libre cuenta con 85 esculturas de los más destacados artistas de los siglos XX y XXI. “Hoy celebramos la incorporación de cinco esculturas y con ello podemos ofrecer un panorama más amplio que permita apreciar una gran gama de variedad de discursos escultóricos y lenguajes plásticos de gran fuerza de expresión”.

Después de agradecer la incorporación de su escultura al Jardín Escultórico, Alberto Castro Leñero, artista visual, destacó que el proceso de elaboración de esta se dio a partir de diversas circunstancias. “Es una escultura de gran formato, realizada tridimensionalmente, siendo la pieza principal de la exposición de pintura y escultura Espacios radiantes que presenté en 2022 y 2023 en el Museo de la Ciudad de México”.

Por su parte, Narda González aseguró que el MAM es uno de sus museos favoritos que visitaba continuamente, y la escultura de su padre, que decidió donar junto con su hermana, después de la muerte de su padre, es una de las que más le ha gustado. “Estoy muy agradecida y contenta que una obra de mi papá este en este maravilloso jardín”. 

En su momento, María Esther González Tovar, viuda del artista Federico Silva, dijo que el arte de México contiene la historia y la grandeza de nuestro país, y los artistas tienen la responsabilidad de expresar esta historia; mientras que Heberto Guzmán Gómez, coleccionista, afirmó que la cultura enriquece y forma, y en el caso de Manuel Felguérez tenía el propósito de responder a cada acción. “Le escuché decir que el no creaba a partir de sus emociones, pero puedo afirmar sin temor a equivocarme que era un ser humano muy afectuoso y apasionado”.   

El Jardín Escultórico es un espacio público para recorrer y conocer la obra de los artistas más destacados del siglo XX y XXI en México, en una superficie de 17, 500 m2. Tanto por el conjunto de obras que reúne, como por la integración de estas con el paisaje, el Jardín es uno de los más relevantes de América Latina. En él se reconoce la diversidad de propuestas, soluciones formales y posturas que se han dado dentro del campo de la escultura en nuestro país, la variedad de técnicas y materiales utilizados y la pluralidad de artistas, nacionales y extranjeros que han animado el diálogo sobre esta disciplina artística.

Durante 2023 y 2024 el acervo de 78 esculturas se ha enriquecido con cinco obras más, gracias a la generosidad de coleccionistas, artistas y sus propias familias, quienes han legado al pueblo de México obras significativas para comprender la escultura moderna y contemporánea, a través de las figuras de donación directa y comodato.

Túnel plegado se incorporó gracias a la generosa donación directa del propio artista, Alberto Castro Leñero. La obra de 2022 fue pensada para estar ubicada en el espacio público, ya que en ella el artista continúa su exploración de esculturas transitables, pensadas no solo como obras en diálogo con los públicos, también como piezas que introducen una carga orgánica e intimista, las cuales, antes de ser un objeto, son una vivencia y presencia.

Pareja, de los contados trabajos escultóricos de Joy Laville, fue donada de manera directa por Trevor Rowe, hijo de la artista. Realizada en los años noventa, es una obra en bronce, concebida originalmente para ser exhibida en el espacio público.

La escultura Homenaje a7 (corazón sangrante), de Fernando González Gortázar, también se incorpora a las obras del Jardín gracias a la donación directa de Narda y Maitana González Silva, hijas del arquitecto. La obra formó parte de la exposición retrospectiva del artista en el MAM, Resumen del fuego, realizada en 2014.

Uno de los autores más relevantes en el desarrollo de la escultura moderna y contemporánea fue Federico Silva, cuya propuesta plástica es apreciada por el público a través de Milenio, escultura que resume varios de sus temas y soluciones formales y que es representativa de su producción en piedra, en la cual estableció un diálogo con las cosmovisiones prehispánicas. La obra se incorporó a manera de comodato con María Esther González Tovar de Silva.

Crisálida, realizada por Manuel Felguérez en 2014, se suma al Jardín Escultórico por medio de un comodato del coleccionista e ingeniero Heberto Guzmán. La pieza parte de la deconstrucción y reensamblaje de un Volkswagen Sedán. Felguérez transformó esta maquinaria a partir de desmembrar y liberar las piezas metálicas de su color y funcionalidad para destacar la pureza y solidez de las líneas cromadas y la irregularidad y asimetría de sus formas.

En el marco del proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultura del Gobierno de México, el Jardín Escultórico fue objeto de una intervención integral para garantizar la conservación del patrimonio artístico y el disfrute de los públicos. Se restauraron 35 esculturas con apoyo del equipo del Centro Nacional de Conservación y Registro de Patrimonio Artístico Mueble del Inbal, se rediseñaron las bases de concreto de las obras y se implementó un sistema de iluminación especializado en obras escultóricas.

El Jardín Escultórico se encuentra emplazado en el Museo de Arte Moderno. El público puede acceder a él desde la entrada peatonal, recorrerlo de manera libre y reservar su entrada al MAM para otra ocasión. Se ubica en Paseo de la Reforma esquina Gandhi, s/n, Primera sección Bosque de Chapultepec.

Editorial Praxis
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Revista de Cultura y Medio Ambiente.
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