Cristales de tiempo: Lectura de una sustituta

En sentida honra y admiración a Elena Garro Carolina Narváez M. Grupo de Investigación Escritos de Mujeres IISUE-UNAM

Conozco el recorrido investigativo y emocional que ha hecho Patricia Rosas Lopategui para sacar casi de las sombras a escritoras mexicanas que son indispensables para pensar la literatura mexicana y latinoamericana del siglo XX y de hoy.

Qué decir de dos grandes mujeres, Patricia y Elena, dos cómplices que han tejido el camino en confianza la una hacia la otra. La primera, pareciera un ángel protector, uno que se ha puesto a la vera de Elena.  La poeta le encomendó esta inmensa proeza de apoyarla en romper el silencio impuesto y andar por todo el universo.

Como historiadora interesada en el pasado de las mujeres y como editora de escritos de mujeres, agradezco el trabajo riguroso, amoroso y respetuoso realizado por Patricia Rosas Lopategui en la recuperación de la obra de Elena Garro. La intención de restituir la labor literaria de esta escritora y las notables influencias que significaron para la literatura latinoamericana es una urgencia que nos debemos y en la que seguimos en deuda con la genealogía del pensamiento de las mujeres.

Elena Garro, 11 diciembre de 1916, Puebla – 22 agosto de 1998, Cuernavaca

Hoy tenemos la oportunidad de acercarnos a una faceta más de esta prolífica escritora, el mundo versificado y profundo de la poesía de la grande Elena Garro. Cristales de tiempo es un poemario de hondura, uno desde donde podemos acercarnos al México del siglo XX, pero también a los recorridos oníricos y filosóficos de Elena, a sus rutas vitales más intensas y sensibles.

Patricia Rosas Lopategui nos invitó a conmemorar el centenario del nacimiento de Elena Garro en el año 2016 con el libro de poemas titulado Cristales del tiempo.

Hoy queremos divulgar la edición presentada por la editorial La Moderna en el 2018, con la que se pretende acercar a los y las lectoras españolas a otra faceta preciosa de Elena Garro, la poética. Con este libro disponemos del regalo inmenso de conocer la poesía escrita por Elena en la década de los años 50 y 60 del siglo XX, al mismo tiempo que, nos acercamos a una intimidad abisal en la que Elena nos envuelve con sus misterios, su forma de mirar, de percibir la ausencia, el recuerdo, el exilio.

Elena Garro, conocida poco en el Estado Español y casi desconocida para otros territorios de Europa, es una de las mejores escritoras de habla hispana. Es distinguida por su amplia trayectoria en el mundo de la escritura pues fue periodista, dramaturga, guionista, novelista y cuentista. En España, especialmente, se conoce su magnífico libro Recuerdos del Porvenir, uno de los más célebres y una de las obras cumbre de la literatura universal. Hoy vale la pena detenerse en la memoria de Elena, en la exquisita poeta que también fue. Este pequeño escrito intenta honrarla y acercar a quienes aún no han tenido el gusto de conocerla.

Suele estremecerme que, tanto en espacios académicos como en espacios de charlas, talleres o formaciones en escritura, la latinoamericana que reconocen, nombran y admiran sea Clarice Lispector. La grande Clarice, sin lugar a dudas, pero ¿Qué ha pasado para que una de nuestras raizales escritoras, creadora del realismo mágico haya pasado inadvertida por estos territorios? Antes de este desconocimiento nos enfrentamos al que hay, incluso en México, ya no hacia su escritura sino hacía la excelsa mujer que fue, hacía lo trascendental de su creatividad literaria.

Nunca sobrará decir que, Elena Garro escribió Los recuerdos del porvenir 14 años antes de que Gabriel García Márquez diera al mundo Cien años de soledad, novela que, si me permiten decirlo, fue inspiración de aquel mundo que rodeó al premio nobel, pero que también bebió de otras escrituras, imágenes y representaciones. Al respecto, nos dirá el periodista y escritor español Javier Peña en su podcast “Grandes infelices”: ¿Quién no piensa en Macondo cuando descubre el personaje de Dorotea, quien desde que los zapatistas le quemaron la casa, se le queman los fríjoles cuando cocina? Y otro detalle que es difícil pasar por alto en el libro Recuerdos del porvenir, Elena dice “En vano cruzaban los jardines nubes de mariposas amarillas, nadie agradecía sus apariciones repentinas”. Elena incluyó mariposas amarillas en Ixtepec, pueblo donde se desarrolla la novela, 14 años antes de que Gabriel García Márquez lo hiciese en Cien años de soledad. Y entonces, siempre me pregunto ¿Qué habría pasado si hombres como Gabriel García Márquez hubiesen reconocido que sus influencias, también, surgieron de aquellas inspiraciones literarias dejadas por mujeres? ¿Qué pasaría si la Wikipedia reconociera, lo que tampoco reconoció García Márquez, y es que una de sus influencias literarias fue Elena Garro? Imagínense tan solo ¿qué efecto tendría sumar a las influencias del escritor colombiano, además de Faulkner y Joyce el nombre de Garro?

Mi otra mama, la andaluza Carmen, dice que lo que está en la luz no necesita candil. Elena Garro es una muestra de ello: reverbera, se refleja en toda la superficie sus letras que son ella misma descomponen sin guerra cualquier seña presumida de patriarcado. Deja al descubierto en su poesía todo cuanto en la vida oprime a una mujer, así como muestra sincera y abiertamente lo que sostiene su escritura.

Elena Garro fue una gran lectora, conocedora de filosofía, de historia y de poesía. Una poeta libre y una gran versificadora. Desde ahí observó el canon literario de la época, cundido de hombres y de reglas. En una entrevista dirá: “Yo leía a los escritores, pero los escritores no me leían a mi” … Mientras los escritores contemporáneos hombres divagaban dejándose seducir por el poder, ella como observadora detallada, escribía sobre la brecha inmensa que separaba su mundo interior y el mundo exterior, brecha que solo era zanjada en la integración poética y en su exquisito manejo de la lírica. Este ir y venir de su interioridad hacia el mundo externo le ofreció la originalidad que la caracteriza, la validación de su mundo interno fue una pieza clave en la puesta en marcha de su proyecto como poeta.

Elena Garro tiene en sus raíces la poesía, una poética que captura el dialogo interior, ese que pervive en lo invisible, el que ocurre internamente. Fue una arrojada que como otras poetas no tuvo duda en adentrarse en los abismos del inconsciente, hablando cara a cara con su sombra sin temor a dejarse atrapar.

La poesía de Elena Garro es forma y fondo al mismo tiempo, tiene una cadencia rítmica inesperada, silencios inmensos pese a que se halle una coma de por medio. Parece que el ritmo incluyera el silencio, lo cual no deja de ser una rareza atrayente para quienes la leemos. Sus versos salen de la naturaleza, brotan de ahí una y otra vez, es esta la que da medida a sus poemas. Con esto es importante decir que amó a los poetas románticos alemanes, de ahí bebió, del apasionamiento de la noche, y de la intención del retorno al espíritu originario. Por ello, es natural toparse en su poesía con el simbolismo, con una especie de territorio onírico que fácilmente salta hacía lugares que acercan a esta sensación que solo puede ofrecer lo mágico. Estos saltos organizan sus poemas; la intuición, la mirada y su sensibilidad, parecen adquirir una dimensión política que solo puede entenderse desde la intimidad profunda que nos ofrece la poeta en cada uno de sus versos, compilados magistralmente en el libro Cristales de tiempo.

Su gusto por la noche es casi tan insistente como lo es el recuerdo, la memoria, la mirada de niña, la recapitulación sin nunca acabar de la herencia, lo genealógico, lo que jamás se borra ni te roban. Evocaciones que incluyen el camino que hace el cuerpo y la mente para llegar a esa viva y a la vez reconstruida imagen del pasado.  Porque la poesía, como dijo María Zambrano, será ya para siempre memoria, aunque invente.

La poesía de Elena Garro es en parte una forma de amar a quien amó, de estar a su lado, de saberse enamorada de las cercanías únicas, de aquellas auténticas de reproducir y producir una y otra vez su intimidad. María Zambrano en su ensayo titulado “Apuntes sobre el tiempo y la poesía” en el libro Hacía un saber sobre el alma, nos recuerda que poeta es quien, devorado por la nostalgia de la realidad, pero a la misma vez ávido de realidad desea como nada la intimidad con todas sus formas posibles

Quiero con este intento de diálogo, compartir un poco de la poesía de Elena Garro, simplemente un guiño que les entusiasme a conocer su obra y a darle un lugar en la historia de la escritura latinoamericana. Quienes nos movemos en el ámbito de la genealogía del pensamiento de las mujeres, sabemos la importancia de la obra de Elena Garro, pero sobre todo sabemos que no hay tiempo que perder en esta carrera incansable de que la voz de nuestras escritoras adquiera la dimensión con la que nació, la de la trascendencia y la grandeza.

La poesía de Elena Garro tiene algo de misterioso é indefinible, un acento rítmico que brilla donde la imagen aparece en todo su esplendor. Ella deja que el sentimiento se destaque con claridad, como si la materia o como si el modo de expresión desapareciera y quedara solo el espíritu libre, el sobresalto. Su modo de versificar da a su poesía el hechizo particular de la música, expresa no lo determinado y concreto que las palabras dicen, sino también lo vago, indeterminado y oculto que expresan la melodía y la armonía.

Con los poemas de Elena Garro nos adentramos en la rabia, en la terquedad, en la incomprensión de sí misma, en los amorosos movimientos que da la intuición cuando percibe el impulso de la autoprotección y la vivencia de la violencia patriarcal. “Me acuso” es un poema que se desenvuelve en esta orbita. Elena Garro, sentía la trascendencia de las letras y desplazando las señas de protagonismo, dio a sus poemas el sentido de trascendencia que tienen. Por ello el poema “A mi sustituta en el tiempo” es una señal de la clara convicción de su escritura. Sabía que nosotras, lectoras contemporáneas, recurriríamos a ella en búsqueda de señuelos Este poema lleva en sí la trascendencia y la seguridad que ella depositó en su escritura, pero, además es el hilo de fuego, el de la genealogía del pensamiento libre de las mujeres. Estos dos poemas, como gesto provocador, son solo un guiño para que aminoremos la distancia impuesta entre Elena Garro y el presente presente que configura un mundo falto de poesía, pero sobre todo convertido en inútil.

Bibliografía:

Elena Garro, Cristales de tiempo, Poemas de Elena Garro, edición, estudio preliminar y notas de Patricia Rosas Lopategui, Centenario del nacimiento de Elena Garro (1916-2016), Rosas Lopategui Publishing, Nuevo México, 2016.

Elena Garro, Cristales de tiempo, La Moderna, España, 2018.

Elena Garro, A mi sustituta en el tiempo, Gedisa, México, 2024.

Javier Peña, Blackie Books, Podcast, Grandes Infelices, Elena Garro, Episodio 21, Spotyfy, octubre 22 del 2024.

Carolina Narváez Martínez
Carolina Narváez Martínez
Nació en Cali, Colombia, en 1981. Se ha especializado en historia de las mujeres con un particular interés en la escritura de éstas y en las enfermedades catalogadas como “femeninas”. Maestra en Estudios de la Mujer de la UAM Xochimilco y doctora en Historia social de la medicina por la facultad de Medicina de la UNAM, desde el 2014 hace parte del grupo de Investigación Escritos de Mujeres IISUE-UNAM como coordinadora de investigación. Este grupo es una confluencia de historiadoras dedicadas al hallazgo de textos de mujeres entre los siglos XVI al XVIII que permanecen inéditos, con el objetivo de estudiarlos y editarlos para así llevarlos a un público cada vez más amplio. Actualmente se encuentra haciendo el posdoctorado en la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, con una investigación titulada “Reinterpretaciones del fenómeno místico y las señas de enfermedad. Nueva España siglo XVIII”. Es profesora de historia en la materia optativa “Metodología y teoría de la historia feminista” y hace parte del comité dictaminador de la Revista DUODA de la Universidad de Barcelona; además, colabora con el Centro Cultural Tejiendo Sororidades en su ciudad natal. Hace parte de la Asociación Civil mexicana Tres Güineas con la que se pretende apoyar proyectos de mujeres investigadoras en el campo de las artes y las humanidades. Como historiadora tiene artículos que han sido publicados entre los que se destacan: “Entonar los nervios. El caso del medicamento Cardui” en el libro Medicina y sociedad IISUE-UNAM en 2019, “Sentir la enfermedad en la escritura: traer un sentimiento mudo a la palabra” en la Revista Hercritica de la UNED-España en 2022 y “Nahui Olin: el cuerpo en el verso. La escritura libre de Carmen Mondragón Valseca” en Debate feminista en 2022. Dedica gran parte de su tiempo a la creación literaria y poética.
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