La feria de la manzana de Temapache, Veracruz; es una de las festividades más antiguas de la Huasteca Veracruzana. Tiene un origen religioso y nace del proceso de encomiendas y mercedes dado a los conquistadores españoles para la evangelización, quienes acostumbraban a dedicar a uno o más santos, el territorio conquistado como parte de la culturización religiosa. Temapache, históricamente forma parte de esa culturalización, cuyos orígenes se remonta a la llegada de los Agustinos a la Nueva España en el año 1543; orden religiosa que con su arribo al nuevo continente, se estableció para difundir su doctrina evangelizadora, en Asunción Huauchinango y Santiago Pahuatlan. Esta congregación misionera para el año 1570, tenía un cura en Chicontepec que atendía a los poblados de Temapache y Tamiahua. Pero fueron las generaciones Agustinas que llegaron en 1598 y 1606, las que construyeron varias iglesias en esta región y fue, a partir de esa fecha, que comenzaron a residir clericós en San Juan Pantepec y Santiago Tamiagua a la cual perteneció Temapache a la llegada de los Agustinos. En el año 1610, los Agustinos dividieron la doctrina de Tamiahua y pusieron un cura en Santiago Tamiahua y otro en San Vicente Mártir Temapache. Para el año 1646, existían en Temapache dos santos de adoración, según nos cuenta en su diario el Obispo Juan de Palafox y Mendoza, en su visita que hizo el 7 de marzo del año 1646 a ese lugar. El Obispo que transitaba por la ruta de Chicontepec hacia Temapache nos narra:
Partí martes, 6 de marzo –1646-, a comer a una hacienda de un compadre del beneficiado y a dormir a otra bien desacomodada, habiendo caminado desde que entré en la sierra hasta que salí setenta y seis leguas de ásperas montañas, malos pasos y caminos al parecer inaccesibles, siempre entre neblinas y muchos precipicios, Dios sea bendito, sin que sucediese desgracia en la familia y con salud y alegría, y sin usar de los indios sino de las mulas.
Y el día siguiente, a 7, partiendo a las dos de la mañana, llegué a decir misa a Tamapache, lugar de indios mexicanos cuyo beneficiado es el licenciado Francisco Adame, de más de 34 años de edad, bien entendido y predicador en entrambas lenguas. El partido es muy bueno, bastantemente numeroso de indios, aunque las vejaciones de los alcaldes mayores los despueblan. La iglesia buena y el retablo; la invocación, de Santiago y San Vicente Mártir, por dos barrios de las invocaciones. Los indios, dóciles y que me cobraron mucho amor…

Es importante considerar que, debido al azote por las témporas de ciclones y el ataque de piratas a la zona costera de Tamiahua, tierra adentro Temapachi era un lugar más seguro, por lo que éste fue el motivo por el que se convirtió no solo en la cabecera de doctrina eclesiástica, sino también, en cabecera administrativa de los pueblos comarcanos (limítrofes) que pertenecían a la región a la Alcaldía Mayor de Guanchinango, en donde desde su llegada a América, se asentó la orden superior Agustina. Es muy posible que el cambio de la cabecera eclesiástica de Santiago Tamiagua a San Vicente Temapachi, hayan influido para que la parroquia de Temapache fuera dedicada a este santo para su adoración; pues el predominio de dicha invocación influyó significativamente en el santoral de toda la región, para que un gran número de comunidades, muchas de ellas originarias, tomaran a este santo como patrono de sus festividades; incluso para el nombre de localidades importantes como Santiago de la Peña, pues no debemos pasar por alto que para 1750, Temapachi como parte de la jurisdicción de la Alcaldia Mayor de Guauchinango, es la cabecera de tres pueblos comarcanos, que son: Tepezitla…, Tliguetlán… y Tabuco” (hoy Tuxpan); para esa época, vivan en Temapachi: 5 familias de españoles, 260 de mulatos y 366 de indios.
Por lo anterior, la feria de la manzana tiene sus orígenes en esta adoración religiosa a Santiago Apóstol, que se remonta a la llegada de los Agustinos, y es por lo tanto, un acontecimiento histórico cultural muy importante para la región, porque nos muestra: primero, el lado religioso de la doctrina establecida en Guauchinango, a la que durante muchos años perteneció este territorio y segundo, la conexión comercial a la Puebla de los Ángeles a la cual se integró esta región en el año 1786, adquiriendo Tuxpan, a partir de esa fecha una importancia significativa, que con el transcurso de los años atraería el poder político y religioso que antes le correspondió a Temapache.

Es importante observar que esta integración política y religiosa por casi un siglo a Puebla de los Ángeles, que terminó en 1853; trajo consigo la integración comercial y económica de toda la zona. Ese intercambio de los productos de esta región con otras partes de Puebla, se llevó a cabo por muchos años a través del transporte mular o caballar, siendo los arrieros los encargados de llevar y traer esos productos mercantiles. Por tradición oral, se comenta que cada 25 de julio en la entonces feria más importante de la región, religiosamente acudían estos comerciantes a vender sus mercancías, cargados principalmente de manzanas. Nicolas Cardenas Reyes, en su libro Tempach, memoria de un huasteco, apunta que para 1940, unos tres días antes del día de Santiago Apóstol, llegaban los arrieros con sus mulas cargadas de productos al pueblo -principalmente manzanas- desde Zacatlán y que había un gran júbilo en su villa natal de Temapache; porque la llegada de estos muleros, anunciaba el comienzo de la feria de la manzana.

Concluyo que la Feria de la manzana de Temapache, es un acontecimiento histórico cultural muy importante para la Huasteca Veracruzana, pues no podríamos entender la historia no solo de Álamo, sino también de Tuxpan antes Tabuco, de Tepetzintla y Tihuatlan, sin su cabecera de comarca civil y religiosa a la que pertenecieron. Por lo que Temapache fue, es y representa: “nuestra identidad regional”. VIVA TEMAPACHE. gomcorr@hotmail.com