El 25 de noviembre de 1956 soltó amarras del lugar conocido como “La Punta” de Santiago de la Peña, municipio de Tuxpan, Veracruz, el legendario yate “Granma”, partió por el río en medio del mayor silencio del mundo, en su interior 82 expedicionarios, destino la Revolución Cubana, el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista y la instauración del primer país socialista de América, justo frente a la mayor potencia imperialista del mundo, Estados Unidos.
Abordo de un yate de recreo de 12 personas, los 82 navegantes entre ellos Fidel Castro, Ernesto el “Che” Guevara, Camilo Cien Fuegos, Juan Almeida, Raúl Castro y el mexicano Guillén Zelaya.
La pequeña embarcación cubierta con naranjas en su exterior pasó frente al “Gran Hotel Pereda” y por la ciudad de Tuxpan, por el lugar donde atravesaba el afluente una balsa y por la zona de vigilancia del puerto hasta la desembocadura del río en el mar del Golfo de México, donde emocionados por la proeza que planeaban cantaron todos el Himno Nacional Cubano.
El “Granma” enfiló a la antilla mayor, la gestión del mexicano Antonio del Conde y Pontones había resultado, Fidel le había dicho que si le arreglaba el barco casi desmantelado en ese barco se iría a Cuba y que si salía, llegaría y si llegaba triunfaba, todo si el “Cuate Conde” no le fallaba con la compostura del yate y la gestión para partir con el capitán de puerto, el que desestimó el proyecto de viaje de “paseo” a Isla “Lobos” que le planteó del Conde, así, el “Granma” y Tuxpan con Antonio del Conde entraron a la historia de Cuba, Latinoamérica y el mundo.
“El Cuate” no le falló y Fidel llegó y triunfó, la promesa estaba cumplida.
Un documento desclasificado del archivo histórico de la Secretaria de Relaciones Exteriores del Gobierno Mexicano, muestra el parte oficial del Capitán de Puerto de Tuxpan en el 56 al gobierno federal sobre la desaparición de Tuxpan del yate “Granma”, la embarcación tenía tres días de haber llegado a la isla por la playa “Las Coloradas” (2 de diciembre), de donde remontarían la Sierra Maestra, la historia se escribía ya.
El Capitán de Puerto había boletinado la pérdida del barco a todas las capitanías portuarias del Golfo de México, pero solo la de Ciudad del Carmen, Campeche, reportó su avistamiento días antes.
Los aviones de Batista lo buscaron por las rutas previsibles, pero el proyecto de navegación de Fidel Castro funcionó, llegaron sin ser interceptados en su trayecto.
Dos años después, el 1 de enero de 1959 entró triunfante Fidel y la Revolución Cubana en la Habana, Batista huyó del país, la epopeya del “Granma” se consumaba.