Múltiples ritos y costumbres del mundo prehispánico siguen presentes en la actualidad, los Voladores de Papantla son muestra de ello, ritual que cuenta con influencia totonaca y tiene más de 700 años.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la ceremonia ritual de los Voladores de Papantla está relacionada con la fertilidad y la naturaleza. Dicho baile se asocia a los totonacas de Veracruz, de ahí su nombre.
Dicho ritual se remonta al 1,300 d.C., de acuerdo con el sitio web del Gobierno de México, una leyenda señala que en la región totonaca se presentaron fuertes sequías, fue entonces que un viejo sabio, con el objetivo de tener alguna solución, encomendó a cuatro jóvenes un viejo cortar el árbol más alto para pedir a los dioses fuertes lluvias para que se “devolviera la fertilidad a su tierra”.
De acuerdo con Héctor Manuel Enríquez Andrade, investigador de la Dirección de Lingüística del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), relata en su libro Las danzas totonacas de origen prehispánico en Papantla, que en la antigüedad eran los adultos mayores quienes podían detectar quién en su comunidad contaba el don de un danzante.
El investigador señala que dicha responsabilidad es de los caporales en la actualidad, son quienes se encuentran en la cima del palo de la danza. Estos personajes identifican a un potencial danzante al ver a los niños que manifiestan una predisposición especial. Incluso se detalla que dicho don se ha manifestado a través de los sueños.
Enríquez señala que todo aquel que quiera ser un danzante, requiere de una gran preparación debido al peligro que representa dicha danza. El compromiso no sólo es físico, pues un compromiso también lo hay con las comunidades y los santos patronos.
En Papantla, los danzantes conservan un estatus particular, marcado principalmente por los ritos funerarios y la creencia de un destino privilegiado después de la muerte, donde estarán junto con quienes desempeñaron otros oficios sagrados; un lugar donde hay fiesta constante.
La danza de los Voladores de Papantla
El atuendo en este ritual, además de contar con adornos de chaquira y espiguilla, tiene un color rojo que simboliza “la sangre de los danzantes muertos y la calidez del astro rey”.
Al iniciar la danza, el caporal se levanta en la cima del mástil, lugar en el que señala los cuatro puntos cardinales mientras da giros de 360 grados, posteriormente toca melodías con una flauta y un tambor en honor del sol.
Es así que cuatro jóvenes descienden de un tronco de 18 a 40 metros de alto de un árbol recién cortado en el bosque tras haber implorado el perdón del dios de la montaña. Al lanzarse al vacío, se encuentran atados por cuerdas y éstos giran imitando el vuelo de los pájaros mientras la cuerda se desenrolla.
Cuando los voladores descienden, van formando la pirámide del Tajín en trece vueltas, que multiplicado por cuatro simboliza las 52 semanas del año totonaca.Explica el sitio web del Gobierno de México
¿Sólo hay Voladores de Papantla?
De acuerdo con la UNESCO y con el texto Herencia Ancestral: ceremonia de los Voladores de Papantla de la UNAM, dicho ritual también es realizado por múltiples grupos étnicos como los:
- Teenek
- Nahuas
- Nañhus
- Mayas
Incluso en Centroamérica se realiza este centenario ritual.
Finalmente, la danza de los Voladores de Papantla forma parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
Contenido obtenido de: El Sol de México