Nahle y la desconexión de los medios

El comportamiento de la gran mayoría del electorado es diferente al de hace una década, los patrones conductuales son otros, evolucionaron vertiginosamente y no así las estrategias del marketing que los perdedores de la contienda usaron.

Los resultados electorales del pasado 2 de junio, tomaron por sorpresa a un sector de clase económica alta y media, que en estudios demoscópicos se ubicaron en un solo 3% en la cúpula de una pirámide que en los últimos años se desconectó del 97% de la base social que integra mayoritariamente el pueblo (clase trabajadora), este segmento poblacional mayormente privilegiado, económica y culturalmente, se desarrolló en una micro burbuja, en la que flotaba ausente de la realidad del país (Miguel Basáñez). Este sector fue influenciado por información convertida en marketing, que les construía en sus líneas la realidad que querían ver, no la real.

Un sector que fue literalmente engañado por la lectura de los mass media, inmersos en el mercadeo de la información, en donde a ésta se le da forma, se le moldea como plastilina y se presenta como verdad absoluta.

Bajo la etiqueta de imparcial e independientes, muchos medios ocultan su posición política, llevando una carga emotiva que le da forma finalmente a la redacción de la información que trasmite.

Está claro que el medio periodístico, como el político, y muchas veces ni los mismos curas, tenemos nada de santidad, somos como escribió Adela Cortina, parte de un pueblo de demonios.

Una de los principales especialistas de ética en el mundo, escribió que los periodistas campeones en algún tiempo en el imaginario popular de la democracia, se han convertido hoy, dijo, en mafiosos dispuestos a chantajear, calumniar o vender una información de manera que destruya al adversario, aunque con él caigan también un buen número de inocentes y aunque se deteriore al máximo la vida pública.

La mentira dice Hannah Arendt, como la violencia, compromete la dignidad del ser humano y su actitud para la ciudadanía, porque ambas son coercitivas, y por consiguiente tienden a impedir la libertad.

Los medios de comunicación fueron precisamente los que realmente perdieron el día de la votación, sólo un sector mínimo de lectores se fue con los datos no correctos que de la realidad se le impusieron.

El comportamiento de la gran mayoría del electorado es diferente al de hace una década, los patrones conductuales son otros, evolucionaron vertiginosamente y no así las estrategias del marketing que los perdedores de la contienda usaron.

Desde el año 2000, politólogos como Vallespín, hablaban de la degradación de los procesos de comunicación, donde la información comercializada se convertía simplemente en mercancía, y donde la política tradicional perdía su esencia, para romper con lo correctamente establecido y recurrir al escándalo, pensando que su público sería más atraído como el perro de Baudelaire, por la porquería, que por el perfume.

Mass media creando historias noveladas hasta en capítulos, fabricando su propia realidad, para brindar un espectáculo que llenara las expectativas emocionales, para nada racionales, de su público que escuchaba lo que quería escuchar de acuerdo a los datos que se presentaban como la información que viene del latín, poner en forma.

Gonzalo Abril (Teoría General de la Información) suscribe que en las concepciones conspirativas donde algunos medios masivos de comunicación participan buscando modificar el comportamiento electoral de los receptores, estos actúan como si todo el público fuera “meros sujetos pasivos de la manipulación emisiva”, como si estuvieran ante una audiencia idiotizada.

Afirma que esto ocurre cuando el ecosistema cognitivo y semiótico informativo es vulnerado y reflejan solo la opinión de “algunos”, no de su totalidad.

Está práctica alude a otra dimensión del discurso informativo en lo que el “espectáculo” que se brinda, se apunta como algo que no obedece ya a la economía del saber, donde el deseo de ver esas interpretaciones, esa realidad fabricada buscando el goce de la expectación va contra toda lógica informativa, para situarse en la lógica de la economía del espectáculo, define Abril.

Todo esto en detrimento de la función esencial de los medios informativos, que es la de transmitir conocimiento.

Esta degradación no puede verse aisladamente, es parte los estertores de un sistema capitalista salvaje, donde el mercado se ha impuesto a través de entre otros factores el marketing orientando los impulsos emocionales hacia el consumo y la dominación, destruyendo ecosistemas naturales y humanos.

Encuestas de opinión pública de mayor reconocimiento por su metodología y profesionalismo como las de Alejandro Moreno del Financiero en sondeos previos a la elección, daban la victoria ya a Rocío Nahle de Morena desde días antes de la elección, pero como advierte Saramago, los de mayor ceguera son los que teniendo ojos no quieren ver la realidad.

Una aventura política no pudo contra todo un movimiento social representado en MORENA, Nahle no fue solo una candidata, fue la representante en Veracruz de todo un movimiento social y revolucionario, abanderando al pueblo, esto fue evidente.

Un movimiento que, en esencia, de origen busca la conexión entre las ideas sociales y la dignidad humana. Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, afirma que no puede haber dignidad humana sin la eliminación principalmente de la miseria, sí es posible soñar despierto y trabajar para que las utopías se puedan realizar y el ser humano pueda dejar de vivir en un constante estado de necesidad, que le ata y no le permite el ejercicio de su autonomía y verdadera libertad.

La pasada votación nos ha dejado muchas lecciones, al buscar persuadir, por diferentes medios, se ha tratado de imponer, no buscar resultados a través de un diálogo dialéctico entre dos, sino como lo consignó Sócrates imponiendo opiniones, no buscando la verdad del contexto, sino al imponer, ejercer violencia al persuadir (doxa).

En los medios de comunicación hay una responsabilidad ética, pero también social, no con los actores políticos o intereses particulares operando proselitistamente en un proceso electoral, sino con los lectores, el lado más importante en el proceso de comunicación, a los que los mass media le tienen que llevar información, esto es formación cultural, educación, a través de la verdad cognoscitiva, no verdades o realidades fabricadas.

Los políticos deben saber que ya de circo no vive el hombre, ha quedado demostrado. Pero no todo huele mal en Dinamarca, hay todavía en Veracruz periodistas éticos, muy profesionales que como Regina Martínez, emblemática reportera asesinada por informar la verdad, se juegan la vida diariamente en su quehacer periodístico, buscando la verdad donde se encuentre, no fabricándola.

Porque como bien lo afirma Victoria Camps la búsqueda de la verdad no puede proceder como lo hace el mercado, aplicando la ley de la oferta y la demanda, donde explica predomina el ruido y los mensajes compiten por captar la atención y anular a los demás, profundizando la filósofa “el consenso mediático generalizado, no siempre es prueba de que se progresa hacia la verdad”.

El reciente proceso electoral fue una cátedra de ciencia política, más allá de los resultados, Veracruz tiene las dimensiones territoriales y demográficas de cualquier país del mundo, su población sabe ya distinguir entre lo que le es más conveniente y lo que no, la verdad de la mentira en la información que recibe, también distinguir dentro de la política, los lobos con piel de oveja, sin embargo, todavía tenemos que seguir avanzando en el desarrollo democrático de Veracruz, para que la política sea un logro superior de la políteya, la ciudad, se dignifique y sea, como lo fue para los griegos, la más noble de las actividades, donde las pasiones políticas se atemperen con el logos y no nos hagan retroceder a nuestra animalidad natural, de manera que sea la arete la piedra fundamental del dominio común de la ciudad, de nuestra sociedad.

El triunfo de Rocío Nahle es una muestra de que la sociedad, nuestro pueblo le apuesta a la transformación no solo social, en todos los órdenes de la vida colectiva, que le apostó por avanzar como sociedad, por el bienestar general, no por retroceder.

La participación de los medios de comunicación en esta nueva etapa de la vida de Veracruz, en la profundización de las transformaciones, será necesaria, sobre todo recuperando el ethos, claro sin perder la crítica que sirve para corregir y perfeccionar, no la que va por consigna para destruir.


Bibliografía

  • Manuel Atienza “Sobre la dignidad humana”.
  • Miguel Basáñez “¿Quién manda en México?”.
  • Fernando Vallespín “El futuro de la política”.
  • John Keane “La vida pública y el capitalismo tardío”.
  • Gonzalo Abril “Teoría general de la información”.
  • M. de Moragas “Sociología de la comunicación de masas”.
  • Martha C. Nussbaum y Amartya Sen “Calidad de vida”.