Paola Carola: “La diversidad de lecturas es clave para hacer la literatura más accesible”

La escritora y editora habló sobre su libro “El mar está lleno de medusas”, así como de los clubes de lectura y de cómo la literatura debe ser cada vez más accesible a todo tipo de públicos

La literatura es uno de los materiales imprescindibles para que las personas aprendan y conozcan, no solo conocimientos formales, sino todo aquello que ofrece el mundo: lugares distintos, experiencias, nuevas palabras, incluso canciones y películas u otros autores literarios. Sobre todo, se conocen las experiencias y vivencias de otros, que, de hecho, pueden ser muy similares a las que experimenta el lector.

Un poco, o más bien mucho, de todo esto es lo que comparte Paola Carola en su libro El mar está lleno de medusas, que aunque fue publicado en digital y en formato de audio en 2022, ahora se encuentra en formato físico para llegar a nuevas audiencias o para reconectar con sus primeros lectores. Y aun cuando se trata de una historia personal, sobre la ruptura de un amor de varios años que nunca se imaginó con un final, la autora considera que se vuelve una emoción colectiva al hablar sobre los sentimientos que muchos han experimentado: el amor intenso y el quiebre de una relación.

Pero es precisamente esta colectividad desde los sentimientos universales que hacen a esta lectura accesible y atractiva para un amplio espectro de lectores. Y es que, en palabras de la también editora, la literatura debe bajar del pedestal intelectual y entenderse como sanadora, como entretenimiento, como elegir incluso una canción o una película.

Diversidad de historias

Carola consideró que es importante dejar de ver a la literatura como algo exclusivo de la academia, de personas que ya tienen un hábito y que recomiendan solo libros y autores “avanzados”, pues si bien leer es una herramienta de aprendizaje en un primer momento, la lectura puede ser un pasatiempo y un entretenimiento para cualquier edad, siempre y cuando esta se desmitifique.

La autora de El mar está lleno de medusas comentó en la entrevista con Infobae que, de hecho, cuando alguien verdaderamente está interesado y apasionado por conocer nuevas historias, lee hasta “hilos de Twitter”, en los que reconoce el potencial de verdaderas novelas o cuentos.

“Yo me considero lectora y leo en donde quiera. Sin importar si es digital o un libro físico, y en realidad siento que es algo que realmente tenemos a los que nos gustan las historias. Donde sea las vamos a terminar leyendo en el formato o plataforma que sea”, destacó.

La autora también agregó que es importante saber que no a todas las personas les gustan los mismos autores, pues mientras que para unos es sencillo o agradable leer un género literario o un autor, para otros puede causar distancia de la lectura al ser algo que simplemente no está dentro del espectro de sus gustos o que, si es un lector inicial, sea demasiado abrumador.

Paola enfatizó la importancia del crecimiento como lectores, que debería comenzar desde la infancia. La literatura juvenil permite a los adolescentes encontrar temas relevantes para su etapa de vida. “Forzar a un joven a leer obras difíciles sin las herramientas necesarias puede alejarlo de la lectura para siempre”, adviertió

El desarrollo lector se compara con aprender a caminar y correr. Se comienza con libros simples, se avanza a la literatura juvenil y, eventualmente, se llega a lecturas más complejas. La democratización de la lectura no solo implica un acceso económico, sino también una adaptación a las necesidades y contextos individuales de cada lector.

Los libros deben ser accesibles para todo público

A pesar de los debates sobre el formato de los libros (si es físico, digital o en audiolibro), Paola Carola subrayó en la conversación que la lectura no se limita a los ojos, sino que puede incluir el escuchar o leer con el tacto, beneficiando a personas con discapacidades auditivas o visuales, quienes deben tener esa accesibilidad a la diversidad de textos, autores e historias.

El cerebro, expresó Carola, se activa de formas similares al leer una historia, ver una película o escuchar un audiolibro. Para ella, el formato adecuado depende del contexto: “si ando en la calle, escucho un audiolibro; si tengo tiempo, leo un libro físico; si estoy en una fila, leo en el celular”. La cuestión esencial es cómo integrar la lectura en nuestra vida cotidiana.

Asimismo, Carola reconoció que el costo es un factor determinante. El precio de los libros ha aumentado debido al costo del papel y otros insumos necesarios para su producción. “Esto no es solo culpa de los autores; las editoriales buscan mantener sus ganancias”, agregó y dijo que si bien algunas editoriales han optado por libros de bolsillo para reducir costos, la diferencia sigue siendo mínima.

La colectividad de lo íntimo

El viaje de su libro desde una publicación digital en Bookmate hasta su edición física por Penguin Random House es una prueba de la demanda por historias que resuenan con el público. Después de que se publicara de manera digital, cientos de lectoras se acercaron a Paola contando cómo se sintieron con el libro, qué había causado en ellas sentir esta identificación al leer El mar está lleno de medusas, lo cual solo resaltó cómo el texto encontró su propio camino al éxito.

Carola recalcó que aunque se cuenten las historias propias, existe una universalidad en la experiencia de las rupturas y los corazones rotos. “Hay algo también muy sistémico en cómo nos relacionamos con las personas. Aunque hay muchos rasgos íntimos y muy personales de quienes escribimos las historias, en realidad todas y todes navegamos un poco en este camino de corazones rotos, de caernos y volvernos a levantar”.

“Y es que lo íntimo va muy ligado con lo cotidiano. La cotidianidad se parece mucho entre todas las personas, aun cuando haya cuestiones que nos hacen diferentes; siento que hay ciertas cosas que como humanos nos atraviesan, como despertarnos e iniciar el día, desayunar, tomarnos un café. No importa la taza o el vaso en el que te lo estés tomando, es parte de un ritual. (…) La cotidianidad tiene un factor muy íntimo que en realidad nos une a muchas personas”, señaló y resaltó que es esta universalidad facilita que las historias íntimas se conviertan en colectivas, permitiendo que muchas personas se identifiquen con ellas.

Incluso esta colectividad puede surgir de elementos “extra”. En el libro de Paola Carola, las películas y canciones a las que hace referencia en el texto hacen que la audiencia conecte de una forma distinta con el texto, ya que, al incluir una playlist al inicio, se coloca un prólogo emocional para decir de qué va toda esta lectura y poner al lector en un estado de ánimo específico que logra enriquecer la lectura.

Un club de lectura para conectar

Paola Carola también dirige un club de lectura que ha logrado leer más de 40 libros en conjunto. Si bien consideró que cualquier persona puede iniciar un club de lectura, hay un poco más de herramientas cuando está moderado o regulado por alguien que ha estudiado sobre literatura, y puede ser una herramienta clave para mejorar la comprensión lectora tanto en estudiantes como en adultos.

Las estadísticas indican que tanto los jóvenes como los adultos presentan déficits en la comprensión de textos, a pesar de saber leer y escribir; en ese sentido, un club de lectura puede intervenir en esta problemática ofreciendo herramientas para una mejor comprensión de las historias y sus contextos, señaló Carola. Destacó que no se trata solo de entender mejor, sino de apreciar la literatura y desmitificarla. Explicó que su club de lectura no se limita a un tipo específico de lecturas. Aunque se enfoca en literatura escrita por mujeres, no se restringen a obras exclusivas de ciertas temáticas feministas. Carola explicó que su interés en autoras femeninas surgió de su propia experiencia y gusto personal, pero adaptan las lecturas a los intereses del grupo. Así, se realiza una curaduría similar a la línea editorial que manejaba en su época de editora, buscando un balance entre las novedades editoriales y los clásicos de autoras latinoamericanas.

Carola mencionó que muchas personas tienen prejuicios sobre la lectura, pensando que es una actividad exclusiva de personas “inteligentes” o de quienes se dedican profesionalmente a los libros. En su club, esta noción se combate al promover un ambiente de aprendizaje colaborativo y generoso. La idea es que el conocimiento se comparte, no se guarda celosamente, comentó la editora. Carola también ha observado cómo las integrantes de su club, al adquirir confianza en sus habilidades lectoras y críticas, comienzan a iniciar sus propios clubes de lectura.

Su club de lectura no solo proporciona a sus miembros herramientas para decodificar y comprender mejor los textos, sino que también crea un espacio de intercambio de ideas y apoyo mutuo. En un momento en que la falta de comprensión lectora es un problema creciente, espacios como el que se abre con el club de lectura son cruciales para fomentar una cultura lectora.

Contenido obtenido de: Infobae

Editorial Praxis
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Revista de Cultura y Medio Ambiente.
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