Los Huastecos o Cuextecas

Los huastecos se llamaban a sí mismos “chanes” o serpientes, y a su región “tének-bichou”. (Cfr. “Huasteca Veracruzana”, J. Meade). A Cuextécatl se le define como “tierra de cúes o adoratorios”.

Existe la teoría de que hubo dos grandes migraciones en América del Norte: la primera, asiática, que penetró por el Estrecho de Behring a fines del Pleistoceno, compuesta de tribus nómadas de tipo dolicocéfalo (cabeza alargada); y la segunda, que llegó en navíos en migraciones posteriores hacia el noreste de México, de tipo braquicéfalo (cabeza achatada), y de cultura más avanzada, Dice fray Bernardino de Sahagún: “…Ha años sin cuento que llegaron los primeros pobladores de esta parte de la Nueva España, que es casi otro mundo, y viniendo con navíos por la mar, aportaron al puerto que está hacia el Norte, y poque ahí desembarcaron se llamó Panutla casi Panoaia, “lugar donde llegaron los que vinieron por la mar […] Y fuéronse hacia Panutla, que al presente se dice Pantlan y los españoles le dicen Pánuco […] “  En los códices Boturini, Aubin, Xólotl, y el jeroglífico de Sigüenza aparece una isla y luego una barca que atraviesa un brazo de agua, (¿Acaso Cabo Rojo y la laguna de Tamiahua?). Decían los indios de Texcoco “…Dicen que cuando venían, pasaron un brazo de mar, que podría ser el tercero estrecho”. Se piensa que la Huasteca fue el legendario Tamoanchán donde llegaron los primeros pobladores civilizados, tuvo efecto la confederación y donde después vino la dispersión a Tulancingo y la fundación de Tula.

   Los huastecos se llamaban a sí mismos “chanes” o serpientes, y a su región “tének-bichou”. (Cfr. “Huasteca Veracruzana”, J. Meade). A Cuextécatl se le define como “tierra de cúes o adoratorios”. Lingüísticamente, los huastecos forman parte de la gran familia maya-quiché, cuyas tribus ocupan al presente el Sureste de nuestra república y Guatemala. La separación de los mayas del Norte o huastecos de los mayas del Sur debe haberse efectuado en el Preclásico, al iniciarse el horizonte olmeca, o poco después. Destruida Tula en 1168, partió Xólotl para allá de donde habían venido, con su esposa, la reina Tomiyauh (Tamiahua), señora de los cuextecas, y seis señores vasallos, en el Horizonte Postclásico, que al presente se dice Pantlan y los españoles le dicen Pánuco, y no pudieron marcharse, por lo que allí poblaron. 

Tomiyauh

   Los huastecos se aliaron con los totonacas para conservar su independencia, pero fueron conquistados por los mexicas en tiempos de Moctezuma Ilhuicamina, y reyes posteriores, hasta 1506, en que fueron completamente derrotados, tributando mercancías y esclavos para los sacrificios de México-Tenochtitlan. Fueron sumamente aguerridos y belicosos, como lo probaron en 1522 a la llegada de Francisco de Garay y de Hernán Cortés. Su caída debilitó la resistencia contra los chichimecas del norte, a quienes mantenían a raya. 

   No practicaban sacrificios humanos, pero en la guerra cortaban las cabezas de los muertos, poniéndolas sobre estacas como trofeos de guerra. Entre sus armas se contaban: el arco, la flecha, el “atlatl” y la porra. Sus utensilios eran: las hachas, cinceles, cuchillos y navajas de obsidiana, puntas de flecha, pulidoras para hacer papel, puntas y agujas de hueso, cascabeles de madera, metal y cerámica para las orlas de las corazas, espaldas y pies, Las sonajas y espejos eran instrumentos mágicos. Los guerreros llevaban los cabellos largos, usaban nariguera y orejas, un pectoral de jade y penacho de plumas, joyas de oro, jade y turquesas o chalchihuites- El gorro era cónico cuando danzaban; sus instrumentos musicales: flautas, silbatos, sonajas y cascabeles, tambores de cuero y teponaxtles de madera. Usaban anillos y pipas para fumar.   Acostumbraban a andar desnudos, y sólo algunos se cubrían con el “maxtle” o taparrabo.

Moctezuma Ilhuicamina

   Aparte del culto a sus dioses practicaban la magia para las curaciones; eran supersticiosos y agoreros. Sus danzas eran de carácter religioso. Antiguamente sembraban el algodón, tejían en telares con malacates, y usaban una seda que obtenían de gusanos del monte. Eran muy supersticiosos: si salían de noche, llevaban tizones encendidos para espantar las ánimas que pululan por las veredas. Y si un enfermo escucha el canto del tecolote, da por cierto su fallecimiento: “Cuando el tecolote canta, el indio muere”. Le tiran tizones encendidos y le dicen que “cierre su picote”. 

María Luisa Herrera Casasús
María Luisa Herrera Casasús
Licenciada en historia de arte. Historiadora y escritora de los libros “Entorno mágico de la Huasteca”, “Raíces africanas en la población de Tamaulipas”, “Intento de colonización en la Sierra de Malinchen del actual territorio de Tamaulipas por don Benito Antonio de Castañeda, alcalde mayor de Pánuco y Tampico”, “Presencia y esclavitud del negro en la Huasteca” y “La colonización del noreste: Indios y encomenderos del siglo XVII”. Cronista de Tampico Alto. Colaboradora del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Desde 1980 es investigadora de la historia de la Huasteca durante la Colonia. En mayo de 2019 recibió la medalla Capitán Alonso de León en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.
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