Homenaje a Aureliano Hernández Palacios Por Maestra Gloria Sánchez Hernández

Rendimos homenaje en el marco del día del maestro a la memoria de un grande y distinguido veracruzano: el Profesor Normalista, Doctor en Derecho y tantos méritos más que aquí escucharemos: AURELIANO HERNÁNDEZ PALACIOS. 

Tengo el honor de dirigirme a ustedes gracias a la generosa invitación del Señor Director de nuestra Alma Mater, Gerardo Gómez Salas, para expresar hoy aquí, un breve testimonio de mi experiencia al haber sido discípula del Maestro Aureliano, durante mi formación como Profesora de Educación Primaria durante los años 1961 a 1963 como integrante de la Generación “Diamantes”, nombre que obedece a que en 1961, año de nuestro ingreso, la institución de Rébsamen, Carrillo y Gutiérrez, fundada en 1886 por el histórico Gobernador liberal General Juan de la Luz Enríquez, formadora de docentes de primaria y de Jardín de Niños, estaba cumpliendo setenta y cinco años de vida académica ininterrumpida,  institución que en este 2025 otorga ya cinco licenciaturas y un área de posgrado… 137 años de vida luminosa por lo que lleva hoy el honroso calificativo de Benemérita y Centenaria… 

         Por supuesto que los planes de estudios han ido cambiando de acuerdo con los diferentes momentos históricos del país, desde la Reforma Educativa que llega como consecuencia del triunfo del pensamiento liberal encabezado por el Presidente Benito Juárez con la separación de la Iglesia del Estado y, por lo tanto, de la Iglesia y la Educación, establecidos en las Leyes de Reforma y que implanta la educación pública, laica, científica y la enseñanza de los métodos pedagógicos más avanzados que la nueva sociedad requiere para abatir los castigos, la memorización y lograr la alfabetización y la educación básica urgentes para todo el pueblo… Nuestra Escuela también vive la etapa de la Revolución Mexicana de 1910-1917, aportando muchos de sus hijos como “maestros de tropa” para acabar con la dictadura porfirista y asumir una verdadera educación liberadora, con énfasis en la Escuela Rural, cuyos principios y objetivos quedan plasmados en el Artículo 3º de la Constitución de 1917; maestros normalistas que estudian y adoptan los principios necesarios para construir una nueva sociedad inspirada en el nacionalismo, la justicia social y la soberanía que encarna el General Lázaro Cárdenas, en cuyo mandato presidencial establece la Educación Socialista, para la cual requiere maestros preparados con ese enfoque especial; es entonces cuando se genera precisamente en Veracruz un nuevo Plan de Estudios, antecedente de dicho enfoque, con la participación de la Comisión Técnico Pedagógica creada por el gran pedagogo y diplomático veracruzano, don Gabriel Lucio, quien entonces fungía como Director General de Educación e invitara al maestro Aureliano Hernández Palacios a formar parte de la misma. Comisión conocida también en la historia de la educación en nuestro estado como Congreso Pedagógico, al que asistieron destacados maestros de todo el país como invitados y sentó las bases de la educación moderna en el estado y posteriormente del país. El maestro Aureliano fue nombrado Secretario de Actas. 

Aureliano Hernández Palacios

¿Será por eso que su Tesis recepcional lleva el título de “Influencia Social de la Escuela”, publicada en 1931 por la Dirección General de Educación? 

Pues bien, el maestro Aureliano llegó desde la Villa de Tequila, su lugar natal, enclavada en la Sierra de Zongolica, en la década de los años 20 a 30; entonces sólo se requería como antecedente la primaria concluida; con el fin de formarse como Profesor de Primaria; pero él, como muchos normalistas de entonces, al concluir la formación profesional, continuamos estudiando carreras universitarias, ese es su caso, quien al llegar a darnos clase en 1962, ya tenía en su haber la Licenciatura en Derecho y la fama muy bien ganada de ex rector de la Universidad Veracruzana, además de ser miembro de la Real Academia de la Lengua Española y muchos otros cargos de relevancia universitaria y pública que aquí conoceremos.  

Cuando nosotros ingresamos, se requería contar con certificado de Secundaria y después cursar tres años de profesional; porque en planes anteriores, muchos de nuestros maestros cursaron la secundaria en la propia Normal para concluir la carrera en tres años más, presentando tesis y examen profesional para obtener el título.  

A los “Diamantes” nos tocó un buen Plan de Estudios, porque además del área psicopedagógica, didáctica, tecnológica y artística, cursamos tres materias básicas con elementos de filosofía: Lógica, Ética y Estética; conducidos por excelentes catedráticos: en Lógica el profesor normalista y abogado Josué Mario Montero, Ética el maestro y jurista Aureliano Hernández Palacios y Estética el Profesor Normalista y titulado con una especialidad en la Normal Superior de México: José Acosta Lucero, quien por cierto, fue el Primer Director en este edificio, con un nuevo Plan de Estudios correspondiente a otra Reforma.  

Hago estas referencias a nuestra Escuela, porque el Maestro Aureliano fue uno de los catedráticos que más influyó, con su ejemplo de docente y de jurisconsulto en nosotros, formándonos de manera amable y sencilla, a base de ejemplos y cuestionamientos, una conciencia profesional responsable, fundamentada en la importante labor social que puede y debe desarrollar un maestro, no solamente bien preparado en lo técnico-pedagógico, sino en lo ético personal y profesionalmente, practicando conductas acordes con los principios básicos de convivencia social que en el hogar recibimos de nuestros padres, pero ahora, como resultado del conocimiento científico y filosófico del “ser” y el “deber ser”, como individuos al servicio de la sociedad a la que pertenecemos, urgida de guías honestos, preparados, con iniciativas de mejora no sólo para nuestros alumnos, sino para los padres y madres de familia en cuyas comunidades, sobre todo rurales, en las que el maestro y sólo el maestro es quien puede adentrarse para conocer sus condiciones socioeconómicas, materiales y organizativas, con el fin de  contribuir a la superación permanente de la colectividad… Sí, decir siempre la verdad, actuar responsablemente, coadyuvar a la organización y establecimiento de una sociedad participativa, sana y en permanente superación. 

Maestra Gloria Sánchez Hernández

Su vida plena en tantas ramas del saber, habla de una personalidad polifacética, ávida de conocimientos y realizaciones en bien de los demás. 

Abro un paréntesis para recomendar a todos la lectura de esta hermosa hoja de vida de nuestro homenajeado, escrita por  la Doctora Esther Hernández Palacios que relata con detalle desde el nacimiento hasta la referencia de toda su obra escrita. Documento que entrego al señor Director de  nuestra Escuela para su difusión en la comunidad normalista y para consulta en nuestra biblioteca; cierro el paréntesis.  

Cuando evoco a mi maestro, recuerdo mucho a mi padre, pues tenían casi la misma edad, eran amigos, mi papá daba clases de encuadernación también en la Normal y considero que muchos libros de la biblioteca del maestro Aureliano fueron encuadernados en piel y rotulados en el lomo con letra de laminados dorados por mi papá, el maestro Alberto Sánchez Macías. 

La vida me permitió conocer también a su señora esposa, maestra egresada de la Normal, a sus hijos: Esther, distinguida investigadora y catedrática universitaria, Doctora en Letras Modernas, poeta, ensayista y narradora, con quien compartimos afectos y preocupaciones muy sentidas, sobre cómo acabar con la corrupción, el crimen y la impunidad… que en paz descanse; a su hermano Fernando, Actuario, compañero de actividades partidarias buscando la transformación del país, al igual que a uno de sus nietos, también de nombre Aureliano, en las mismas lides. 

Pero a Luis Rafael que hoy nos acompaña, aunque sabía de su limpia trayectoria académica, de su trabajo extraordinario en Chile y otros méritos como jurista, tuve la enorme oportunidad de escucharlo en público en el Homenaje rendido a su padre, al depositar sus cenizas en el Mausoleo de los Veracruzanos Ilustres, ubicado en la cúspide del Cerro Macuiltépec, donde reposa apacible junto a los grandes agraristas revolucionarios de Veracruz: Adalberto Tejeda, Úrsulo Galván, José Cardel, Cándido Aguilar, José María Caracas y Carolino Anaya entre otros, así como el memorable dramaturgo cordobés, Emilio Carballido. 

Doctor Gerardo Gomez Salas, Director de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enríque C. Rébsamen”, Doctor Luis Rafael Hernandez Palacios Miró n ( hijo del Profesor Normalista y Doctor en Derecho AURELIANO HERNANDEZ PALACIOS, Profesora Gloria Sanchez Hernández,discípula del homenajeado en 1962 y Licenciado Vicente Espino Jara, Cronista de la Ciudad de Xalapa-Enríquez, capital de estado de Veracruz.

El discurso pronunciado por el Doctor Hernández Palacios Mirón en tan solemne ceremonia, su gran parecido físico con el maestro, la gesticulación de su cara y el movimiento de sus manos al dirigirse al público, trajeron a mi mente la imagen amable, educada, docta y cordial de mi maestro, dejando en los normalistas que acudimos a acompañarlo, el recuerdo fresco de quienes como él, nunca mueren en nuestro afecto y sentimientos de gratitud.  

Después, con las últimas transformaciones de nuestro país, mi condición de representante de los veracruzanos ante el Congreso de la Unión, me llevó a tratar con el entonces Procurador Agrario del Primer Gobierno de la Cuarta Transformación, diversos y complejos asuntos de campesinos urgidos de una atención respetuosa y de la orientación correcta de la autoridad para regularizar sus tierras, muchas veces ejidales con problemas por abuso de voraces terratenientes y autoridades corruptas… Luis, con ese don de gentes heredado de sus padres, así como la respuesta correcta para indicar el camino que la ley y el derecho les otorga, siempre brindó apoyo a quienes no habían sido escuchados por mucho mucho tiempo, por lo cual, expreso aquí mi mayor afecto y reconocimiento a este digno hijo de Veracruz a quien ahora escucharemos con suma atención en esta Casa de Estudios que también enriqueció el inolvidable maestro Aureliano Hernández Palacios.  Muchas gracias. 

(Mensaje pronunciado por la Maestra Gloria Sánchez Hernández en el homenaje al profesor normalista y Doctor en derecho Aureliano Hernández Palacios en el auditorio de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana el 28 de mayo del 2025 en Xalapa Veracruz)

Gloria Sánchez Hernández
Gloria Sánchez Hernández
Es egresada de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”. Es originaria de Xalapa y egresada de la Universidad Veracruzana, de la Facultad de Pedagogía, Filosofía y Letras, donde obtuvo la licenciatura en Lengua Inglesa. Docente en escuelas primarias, secundarias, preparatorias y en la propia Normal Veracruzana, donde fue fundadora de cátedra y Presidenta de Academia. Cofundadora del Sindicato de Trabajadores de la Escuela Normal Veracruzana y primera mujer electa Secretaria General del mismo, con logros relevantes durante su gestión. Cofundadora y militante del Partido Mexicano de los Trabajadores, siglas con las que participó como la primera mujer candidata a Gobernadora por esta entidad en 1986; cofundadora también del Partido Mexicano Socialista, del Partido de la Revolución Democrática y de Morena. Diputada Federal en la LVI Legislatura. Cofundadora del Instituto de Relaciones Culturales Mexicano Cubanas “Flores Magón-Mella” e integrante de su directiva en 1974 a la fecha; institución que cuenta con el reconocimiento del ICAP y que actúa coordinadamente con el Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba. Formó parte del Grupo Parlamentario de Morena en el Senado de la República, Secretaria de la Comisión de Recursos Hidráulicos e integrante de la comisiones de Energía, Marina, Relaciones Exteriores de América latina y el Caribe, Derechos Humanos y Cultura. Recibió la Medalla de la Amistad otorgada por el Consejo de Estado de manos del Excelentísimo Embajador de la República de Cuba en nuestro país en el salón “Octavio Paz” del Senado de la República. La Maestra Sánchez Gloria fue un elemento protagónico en la Escuela Normal y de otros más que acontecieron después pues prosiguió su sendero de lucha reivindicatoria, siempre con profunda vocación democrática.
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