Lo desconocido es algo que nos aterra, estamos en una época en la que nunca habíamos tenido que lidiar con algo de esta magnitud. Nos sentimos seres evolucionados, siempre y cuando todo siga funcionando dentro de la normalidad, pero ¿qué pasa cuando el juego cambia y empezamos a sentir que no tenemos el control del timón? Nos damos cuenta de la falta de información que existe sobre la pandemia y la poca que hay, resulta confusa. La gente está perdiendo sus trabajos, nos preocupa la gente que queremos, el aislamiento social es algo nuevo y sin fecha de caducidad; la preocupación por la falta de víveres nos causa intranquilidad.
Algunas personas lo están tomando con calma y filosofía; otras están en shock; muchas más prefieren ignorar la situación y hacer como si no pasara nada; otras comienzan a sentirse perdidas al no poder seguir con sus rutinas cotidianas. La mayoría de nosotros nunca habíamos experimentado una crisis de este tipo y entre más sabemos, más ansiedad sentimos.
El estoicismo, escuela filosófica fundada por Zeno de Citium en la Atenas del siglo 3 AC, es una herramienta que nos puede ayudar a mantener la calma en la adversidad y a darnos un armazón ético para tiempos como éstos. Algunos estoicos famosos fueron el emperador Marco Aurelio y los filósofos Seneca y Epicteto.
Los estoicos pensaban que la mejor indicación de que una persona había alcanzado la sabiduría era no tanto lo que decía, sino cómo se comportaba o si era emocionalmente resiliente a la desgracia. Los estoicos recibían con los brazos abiertos los momentos difíciles; veían su vida como un entrenamiento para ese tipo de situaciones. Por mal que vayan las cosas, el estoico nada teme, pues ha alcanzado la ataraxia. Ésta es una tradición que consiste en demostrar equilibrio en las emociones a través de la ausencia de turbación, objetivo final de los estoicos. De la misma manera, el budista persigue la iluminación, o lo que Nietzsche llamaba Amor Fati: la entusiasta aceptación de lo que pasa en nuestra vida, sea bueno o malo. De este modo, el Estoico logra vivir en completa paz conforme a su naturaleza y se preocupa sólo por vivir de manera virtuosa, centrado en su vida interior.
Epicteto decía “Entre más grande sea la dificultad, mayor será la gloria de conquistarla. Los pilotos habilidosos ganan su reputación en las tormentas y tempestades”. Él veía las crisis como la mejor manera de desenmascarar quiénes somos: “Las circunstancias no hacen al hombre, solo le revelan quién es.” Por eso nos desagrada ver gente capaz de comprar 5 paquetes de papel de baño sin pensar en los demás, o 17,000 botellas de gel antibacterial para venderlas a mayor precio cuando el producto se agotara. Esto es real, sucedió recientemente en Tennessee y el responsable terminó expulsado de la lista de vendedores de Amazon y es investigado por especulación de precios, a pesar de que terminó donando el producto a una iglesia local.
Cuando declararon cuarentena en Italia y la gente lo tomó a la ligera, el virus se propago por todo el país. Ahora están sufriendo las consecuencias. Desde el 20 de marzo, el Coronavirus ha matado a más de 4,825 italianos —más de las muertes registradas en China— y hay 53,500 contagiados, con hasta 793 personas fallecidas en las ultimas 24 horas. Ahora son los militares quienes cuidan que la gente no salga de sus casas. Cuando el virus se comenzó a propagar, a principios de marzo, Italia pidió ayuda a la Unión Europea a través de un mecanismo de Protección Civil, pero ningún miembro respondió. De hecho, Francia y AIemania impusieron la prohibición de exportar mascarillas médicas. Muchos italianos se sintieron traicionados y humillados por sus aliados europeos.
Beijing respondió mandando 30 toneladas de suministros médicos a Roma. El Ministro de Relaciones Exteriores de Italia Luigi Di Magio posteó un video en su página de Facebook para mostrar la llegada del avión con la ayuda. Alemania subsecuentemente prometió mandar mascarillas a Italia, pero ya era demasiado tarde. La Unión Europea había abandonado a Italia y China hizo lo que un Estoico haría: ayudar al prójimo.
Una de las compañías chinas que ayudó a Italia fue Productos Electrónicos Xiaomi, que donó miles de máscaras FFP3. Cuando el cargamento llegó, las cajas tenían una etiqueta en la que se leía una cita de Seneca: “Somos olas del mismo mar, hojas del mismo árbol, flores del mismo jardín.”
Seneca también decía: “Donde sea que haya un ser humano, hay un acto de nobleza que podemos hacer”
Más de un millón de mascarillas llegarán a España el lunes 23 de marzo enviadas por el Presidente de Huawei, Ren Zhengfei. En el pallet que contiene el material médico se lee una etiqueta: “Aunque los océanos nos separen, nos une la misma luna.” Otra muestra de estoicismo.
Lo único que se propaga más rápido que el virus es la desinformación. No es la primera vez en la historia que ocurre una pandemia: del año 165 al 180 DC existió la Peste Antonina, una pandemia global con porcentajes de mortalidad del 2 a 3% y que comenzó con síntomas de influenza hasta convertirse en una enfermedad dolorosa y mortal. Entre 10 y 18 millones de personas fueron infectadas y eventualmente fallecieron. En algún punto de esta plaga, Marco Aurelio escribió en su diario: “Hay que tener en cuenta que todo esto ha pasado anteriormente… y pasará una vez más, sólo con gente diferente. Sucedió también con la influenza española de 1918 o la epidemia de cólera de finales del siglo 19. Hoy la historia se repite.
Séneca tuvo que lidiar con el poder y la opresión de Calígula y Nero, quienes eventualmente ordenaron su muerte. Después de sufrir la muerte de su único hijo, fue enviado al exilio; pero él usó ese tiempo para escribir, disfrutar de la naturaleza y pensar en su vida. También le enseño que un poco de privación de algunas cosas era una excelente manera de corregir ciertos excesos. Se mantenía tranquilo, enfocado y enfrentado a sus pruebas. “Usualmente sentimos más miedo que dolor; y sufrimos más en la imaginación que en la realidad”, dijo.
Una de las principales enseñanzas de los estoicos es enfocarse en las cosas que podemos controlar y evitar preocuparnos por las que no. Pero ¿qué está en nuestro control? La habilidad de pensar clara y racionalmente; dejar de preocuparnos por las opiniones de los otros. Los estoicos apreciaban el pensamiento racional: actuar en base a buena información y contemplar bien la situación antes de actuar. Los tornados, terremotos, tsunamis, lo mismo que las pandemias, están hasta cierto punto fuera de nuestro control.
Marco Aurelio evitaba que sus pensamientos fueran negativos “El universo es cambio; nuestra vida es lo que nuestros pensamientos hacen de ella.” Por lo mismo, recomendaba ser muy cuidadosos con el tipo de información que compartimos durante momentos como éste. Epicteto también decía: “Los puntos de vista de otras personas pueden ser contagiosos, no te sabotees a ti mismo adoptando actitudes negativas al asociarte con otras personas.”
Lo mejor que podemos hacer en este momento es seguir los lineamientos de los países que empezaron antes con el contagio. Es nuestra responsabilidad buscar información confiable y no minimizar lo que está pasando. No lo podemos controlar, pero sí podemos poner de nuestra parte para que tenga el menor impacto posible.
Practicar hábitos de salud es parte de la ética del estoicismo. Sigamos las sugerencias dadas por la Organización Mundial de la Salud:
- Lávese las manos con frecuencia o use un desinfectante para manos a base de alcohol. Siempre lávese con agua y jabón cuando las manos estén visiblemente sucias.
- Absténgase de tocarse la nariz o la boca, que son vías comunes de contagio.
- Evite las multitudes y limite sus visitas a espacios cerrados con personas.
- Evite el apretón de manos y otras formas de contacto físico.
- Mantenga una distancia de al menos 2 metros (6 mies) de cualquier persona.
Si tiene síntomas como tos, estornudos o dificultad para respirar, las recomendaciones son:
- Use una mascarilla facial, si existe la posibilidad de estar infectado, para evitar la propagación de la enfermedad.
- Si no usa una mascarilla, pero tose y estornuda, cúbrase la nariz y la boca con el codo flexionado o con un pañuelo de papel; luego deséchelo y lávese las manos.
- Recuerde que usted puede portar el virus, sin sufrir los síntomas, y aun así contribuir a su propagación.
www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-coronaviruses
Los antiguos estoicos reconocían a los humanos como seres sociales que encuentran el significado de su vida en la comunidad. Su filosofía reflejaba una profunda interconexión humana. Conforme comenzamos a aislarnos del coronavirus, empezaremos a sentir ansiedad por no saber hasta cuándo pueda durar; pero debemos recordar a los estoicos, que fueron exiliados por dictadores y estuvieron años en situaciones que no habían escogido para, aun así, mantener la serenidad. Si seguimos los lineamientos y nos ponemos en cuarentena, habremos realizado un esfuerzo por servir al prójimo, a nosotros mismos y al mundo.