“I’d rather be hated for who I am than loved for who I’m not”(prefiero ser odiado por lo que soy que amado por lo que no soy)
-KURT COBAIN
Soy de la generación X, esa generación en la que se tiene que haber nacido entre 1965 y 1980 para pertenecer a ella. Somos la generación entre los baby boomers (1946 a 1964) y los millenials (1981-1996). Ambos nos sobrepasan en número de nacimientos y por mucho, así que somos algo especial. Dicen por ahí que de lo bueno poco. La idea detrás de la “X” supuestamente es porque no sabíamos ni que queríamos, ni quienes éramos, ¿ya lo sabremos?
También se nos ha llamado la generación de “los niños de la llave”. Así se les llama a los niños que regresan de la escuela a una casa vacía, sin supervisión, porque los padres tienen que trabajar. Esto fue el resultado del cambio de valores sociales en los 70 y 80 por el incremento de divorcios. Fuimos la primera generación en la que los adolescentes experimentaron el nacimiento de los videos musicales y por eso se nos ha llamado también “la generación MTV” (en alusión al canal norteamericano de música que comenzó a transmitirse en México en 1982).
Cada generación tiene su propia banda sonora que marca las memorias y la vida de cada persona. La generación del silencio (los nacidos entre 1928 y 1945) tuvieron a las grandes bandas y el swing; los baby boomers, al classic rock y al soul; pero la generación X tuvo un cambio en la música que nos definió: la transición del hard rock o glam rock al grunge. Lo importante es que no fue una transición cualquiera, se dio en un tiempo récord de tres meses y marcó a toda una generación. No se ha vuelto a ver algo de esa magnitud desde entonces.
Tengo la fortuna de tener un progenitor al cual le apasiona la música. Fue así como aprendí de los mejores. Desde Los Locos del Ritmo y los Teen Tops, hasta los Rolling Stones, Jimmy Hendrix, Benny Goodman, Ray Charles, los Beatles, Otis Readding, Elvis… jazz, rock, soul, pop, etc. Hasta que, por ley de vida, comencé mi propia búsqueda de identidad. Eran los finales de los ochenta cuando me mudé a vivir a un nuevo lugar, en donde había un grupo grande de gente de mi edad, de entre 14 y 18 años, que sabían mucho de música. En esa época lo más popular era el hard rock, el cual se caracterizaba por largos y distorsionados solos de guitarra, bajos, baterías, excesos de alcohol, drogas, mujeres, pantalones de piel ajustados, spray de pelo y delineador. Comencé a escuchar a Guns N’ Roses, Poison, Motley Crue, Metallica (aunque ellos no usaban spray de pelo ni delineador) Def Leppard, Bon Jovi y Skid Row; pero también escuchábamos precursores como ZZtop, Led Zeppelin, Twisted Sister, Scorpions, Kiss, Iron Maiden y AC-DC al mismo tiempo que algo de new wave como The Cure, Depeche Mode, OMD, New Order, INXS, Pet Shop Boys y algo de rock progresivo como Pink Floyd y Peter Gabriel. En ese entonces los discos de acetato y casettes eran lo normal, así que intercambiándolos compartíamos valiosa información musical. Esos años fueron una maestría en música y esta música estaba dominando el mercado.
A finales de los 80 el hard rock había llegado ya a su punto de inflexión. La música y los excesos de las bandas empezaban a aburrir. Trataron de mantenerse a flote cambiando un poco su estrategia, que fue comenzando a tocar baladas románticas como “Is this love” de White Snake o peor aún, dicho por Dee Snider de Twisted Sister “comenzaron a desconectarse”, es decir a tocar baladas acústicas como “More than words” de Extreme o “Just to be the next to be with you” de Mr. Big. ¿Que tiene eso de metal? preguntó Snider en una entrevista para VH1. Él culpa a esa estrategia y a las bandas de Heavy Metal que la siguieron por el abrupto desenlace que tuvieron en 1991. Mientras tanto, bajo los suelos de Seattle, en el noroeste del pacifico, algo se cocinaba desde hacía algunos años.
Tres jóvenes con un grupo llamado Nirvana, llevaban ya algún tiempo tratando de establecerse. Pero fue hasta que la productora de discos llamada Sub Pop decidió sacar una canción de ellos en 1988, que la banda comenzó a darse a conocer por esos lares. En enero de 1989 Nirvana grabó su primer disco llamado “Bleach” por el cual les pagaron 600 dólares. Era una mezcla entre punk, metal e indie rock. Esto dio como resultado un tipo de música llamado grunge.
No eran los únicos haciendo este tipo de música en Seattle, había muchas otras bandas como Pearl Jam, Soundgarden, Mudhoney, Alice in chains y los Melvins. Todos ellos eran parte de este movimiento grunge de finales de los 80.
Bleach salió a la luz el 15 de junio de 1989 y recibió buenas críticas. La banda se fue de tour por primera vez y vendió más de 40,000 copias, algo bueno para un grupo que empezaba. Después se fueron a Wisconsin a seguir grabando y, en la primavera de 1991, ya estaba listo su segundo álbum “Nevermind”, el cual cambiaría el escenario de la música para siempre. El 24 de septiembre de 1991 debutó el primer sencillo en la radio “Smells like teen spirit”. El álbum se agotó rápidamente, lo cual fue una sorpresa para los productores y para los integrantes del grupo, Kurt Cobain, Dave Grohl y Krist Novoselic. La generación X, que ya estaba cansada de los excesos de los 80, finalmente encontraba una música cruda en la que las letras hablaban de problemas sociales incomprensión, algo de depresión y rebeldía. Letras que al mismo tiempo nos ayudaban a navegar por la angustia y confusión de la adolescencia. No solo era la música o las letras lo que hacian la diferencia, el grunge demostró que no era necesario tanto disfraz y pirotecnia. Tocaban música que los adolescentes podíamos aprender a tocar, usaban la misma ropa que todos usábamos y no se tomaban la fama tan en serio.
Esto hizo que el éxito los alcanzara de la noche a la mañana, algo nunca antes visto. Comenzaron a vender 100,000 copias cada semana. Para enero de 1992 desbancaron a Michel Jackson del lugar número uno de las listas de popularidad.
En tan solo tres meses las bandas metaleras habían desaparecido. Los sellos discográficos se dieron cuenta de la dirección que había tomado la música y comenzaron, como desesperados, a terminar contratos o dejar a un lado el apoyo para los grupos anteriores y comenzaron a firmar a grupos que sonaran como Nirvana o fueran de Seattle. Nirvana había abierto el paso para todos esos grupos que llevaban años existiendo en un universo paralelo queriendo salir a la luz.
Los 60 habían traído la era hippie de la paz, el amor y la esperanza en el futuro. Que quede muy claro que los 90 y la era del rock alternativo fue igual de poderosa y más de veinte años después, la influencia de estos músicos se sigue escuchando. Layne Staley, Eddie Vedder y Chris Cornell le hablaron a toda una generación, pero nadie como esa primera vez lo hizo Kurt Cobain. Para la generación X, Nirvana fue nuestro Beatles.
Pero desafortunadamente todo tiene su lado oscuro y el grunge no fue la excepción. Tres de los cuatro principales personajes de este episodio de la música se fueron demasiado pronto. El primero fue Kurt Cobain en 1994 por suicidio; el segundo fue Layne Staley en el 2002 por sobredosis; y el tercero, Chris Cornell en el 2015 por suicidio también. El único sobreviviente de este gran movimiento fue Eddie Vedder, de Pearl Jam, quien quedó muy afectado por la muerte de aquél que era su amigo. Las letras de sus canciones dejaban ver muchos de los demonios contra los que luchaban estos personajes. Como dijo Kurt en la letra de la canción que lo lanzó a la fama…”With the lights out, it’s less dangerous” (con las luces apagadas, es menos peligroso).
Algunas bandas metaleras como Metallica, Bon Jovi y Guns N’ Roses sobrevivieron al apocalipsis grunge debido a que no eran vistas como un chiste y hasta la fecha siguen dando conciertos y llenando estadios, aunque ya no usen spray de pelo ni delineador. Pearl Jam sigue dando conciertos a sus fans leales y a nuevas generaciones.
La industria musical cometió algunos errores en los años 2000. No supieron cómo reaccionar al mundo digital y terminaron firmando a muchas bandas que sólo tuvieron uno o dos hits, regresando a la música de los 90 por veinte años. Nadie ha vuelto a tener el efecto que tuvo Nirvana cuando comenzó.
Un evento virtual llevado a cabo el 24 de octubre del 2020 confirmó que el rock alternativo de los 90 se ha convertido en parte de la conversación de aquellos que eran demasiado pequeños para experimentarlo de primera mano. El cantante Post Malone, nacido un año después del suicidio de Cobain, se paró frente a una cámara con una guitarra y cantó covers de Nirvana por más de una hora, en tributo a la banda, con el objetivo de juntar fondos para la Organización Mundial de la Salud (OMS) en contra del COVID-19. Fue uno de los primeros eventos experimentales de este tipo al principio del encierro y resultó de lo más exitoso, recaudando más de 7 millones de dólares.
No sólo sigue vigente este tipo de música, sino también su look. Con la necesidad de trabajar desde casa, la gente ha tenido que buscar una apariencia casual, sin ser fachosa, para las video-llamadas de oficina y la combinación perfecta para esta temporada ha sido el look de la escena grunge de Seattle: pantalones de mezclilla, playera y suéter tipo cárdigan. Justo el estilo Cobain. La única diferencia es que él compraba sus suéteres en tiendas de ropa de segunda mano por unos cuantos dólares y ahora, por estar de moda, este tipo de suéteres se encuentran en las tiendas mas exclusivas por casi 300 dólares.
Mientras tanto, los que nos enfocamos más en la música que en la moda, seguimos esperando a que aparezca ese nuevo sonido que debe estar cocinándose en algún lugar del subsuelo y vendrá a salvarnos del reggaeton.