Ensayo ganador de mención honorífica “Certamen de Ensayo los 100 de Jesús Reyes Heroles” convocado por la Revista Praxis y la Universidad Veracruzana
“Dedicarse a la historia, no es vivir en el ayer, hacer necrología; sino encontrar en el pasado acicates para transformar y modificar el mundo en que se actúa”
—Jesús Reyes Heroles—
“Las luchas fáciles no son luchas, son trampas mortales para ingenuos […].”[1]
Jesús Reyes Heroles (1921-1985) nacido en Tuxpan Veracruz, ha sido principalmente reconocido por sus labores al interior de la política, así como en la academia de México y España. Sin embargo, poco se habla acerca de su innegable papel en la cultura del país donde nació, por lo que, a través del presente ensayo, escudriñaré su rol al interior de la cultura mexicana.
Cabe mencionar que su padre, Jesús Reyes Heroles, llegó a México como refugiado español. Es necesario contextualizar la época en que Reyes Heroles se desarrolló, pues la situación de cambios sociales posrevolucionarios en los que estaba inmerso, dio pie a que el estudioso básicamente sentara los antecedentes del Partido de la Revolución Mexicana (PRM) con menos de 20 años de edad. Con José López Portillo y Luis Echeverría compartió cursos durante sus estudios. Posteriormente, en la Secretaría del Trabajo colaboró con Manuel Ávila Camacho; fue asesor de Adolfo Ruiz Cortínez; en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) trabajó con Adolfo López Mateos; en Petróleos Mexicanos (PEMEX), con Gustavo Díaz Ordaz,[2] donde incluso asumió de 1964 a 1970 la dirección general, siendo ésta la empresa más importante de México.
Este currículum vitae de impecable recorrido político y gerencial, se conjuga con la ascendencia española y cosmopolita, por un lado, y con la cultura tuxpeña, innegablemente cargada de un folclor cultural destellante; factores que, al momento de ser fusionados, dan como resultado a una mente prodigiosa, interseccional y plurivalente; repleta de ideas en torno a la concepción de la población mexicana como entidad diversa que merece rescatar sus orígenes artísticos primigenios, a la par de un gobierno liberal alejado de maniqueísmos y dictaduras perpetuas.
“Quienes no conservan algo del pasado, difícilmente construyen algo para el futuro.”[3]
Me gustaría comenzar por mencionar algunas acciones notables desempeñadas a lo largo de su vida, pues el liderazgo que lo identifica, así como su papel como defensor de la democracia laica y pluralista, fungieron como motor para comprometerse con la cultura mexicana.
Reyes Heroles se sumergió en los anales de la historia utilizando como principales herramientas ideológicas: la ciencia Política, la Historia y el Derecho, con el propósito de recuperar principalmente el liberalismo del siglo decimonónico, de esta manera, afianzarlo y aplicarlo a la realidad mexicana de la segunda mitad del siglo XX. Fue un intelectual de talante comprometido, incluso, obstinado con sus ideales, sin embargo, incomprendido en un inicio. Como acertadamente mencionó Carlos Monsiváis:
Extraño destino, un hombre profundamente inteligente, obsesionado con la importancia de las ideas y de la vida de la república que, de hecho, creció de interlocutores políticos y que en su propio medio fue muy oído y escasamente entendido, que fue admirado y escasamente analizado.[4]
Posiblemente si sus compañeros al interior de la política le hubieran prestado una escucha activa, si se hubiera verdaderamente analizado su discurso, la política en México tendría una cosmovisión distinta, más competente.
“La libertad se forma de libertades.”[5]
Fue también defensor de los estudiantes durante el trágico evento que marcó un parteaguas en la historia de México, ocurrido en Tlatelolco en el año de 1968. Junto a Jorge de la Vega Domínguez, formó parte del “Grupo de las palomas”,[6] abriendo un espacio de diálogo con los diferentes grupos estudiantiles. En su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Historia, frente al presidente Díaz Ordaz y Agustín Yáñez —entonces secretario de Educación Pública—, leído el siete de agosto de 1968, apuntó: “aprender de aquellos a quien pretendemos enseñar”.[7]
Al llegar en 1972 al Partido Revolucionario Institucional (PRI), asumiendo la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, otorgó al partido una poderosa capa ideológica que, al igual que en el grupo del ámbito estudiantil, Reyes Heroles supo utilizar durante esos tres años de liderazgo la sapiencia que lo caracterizó a lo largo de su vida, en este caso, para abrir diálogos con los grupos políticos opositores, por ejemplo, con el Partido Comunista. El hecho de que Luis Echeverría lo hubiera invitado a formar parte de su gabinete, a pesar de haber sido miembro del “Grupo de las palomas”, significa que reconocía en él un talento indudable que traería beneficios al partido. Asimismo, Reyes Heroles intentó mediar el diálogo entre líderes estudiantiles y funcionarios públicos. Semanas antes de la catástrofe del 2 de octubre, cita Patricia Rosas Lopátegui a Rogelio Rodríguez:
…ya estaba formado el cuerpo dirigente de la organización: el presidente sería Jesús Reyes Heroles; el secretario general, Manuel García Ordóñez, y entre otros miembros estaban Gilberto Loyo, Rojo Gómez, Luis Octavio Porte Petit, Elena Garro y César del Ángel.[8]
El liderazgo nimbado del académico iluminó el sector público, privado y hasta revolucionario. Fue una constante a lo largo de su vida, sin ser los acontecimientos del ´68 la excepción.
“La oscuridad de una sola idea o la falta de ideas produce ofuscación; la luz del enfrentamiento de ideas, de su lucha, no deslumbra, ilumina.”[9]
Como cabeza de la gestión educativa, el historiador en sus últimos años impulsó la repartición de incentivos económicos destinados exclusivamente para la investigación académica —considerando que fue el 26 de julio de 1984 cuando la Secretaría de Educación Pública inauguró el Sistema Nacional de Investigadores, institución hasta el día de hoy vigente—, así como para la utilización de recursos del erario público para fines prolíficos en materia de historia y difusión cultural. Al mismo tiempo, redujo otros recursos que le eran otorgados a instituciones educativas que consideraba fútiles e innecesarias, seleccionando con avidez sólo aquellas que realmente merecían apoyo económico del gobierno.
Era considerado como un político intelectual, misma figura que él escudriñó y estudió a lo largo de su vida. Este concepto lo consideraba necesario en la política mexicana. Estaba en contra de la idea de políticos e intelectuales como agentes dicotómicos. Para el académico, estas dos figuras no debían existir por separado, sino debían fusionarse para hacer asequible la efectividad de los cargos públicos en beneficio del pueblo.
El político confiaba en la población joven, que con tanta frecuencia es menospreciada, considerada intelectualmente inferior, carente de lógica y sentido en su actuar. Reyes Heroles desmontó con ahínco estas falacias mediante sus acciones: él confió plenamente en la renovación, en las ideas revolucionarias que necesitaban de un cambio de mentalidad, la frescura de ideas siempre lo acompañó. Utilizó precisamente a la Historia como su principal herramienta para reformar: política, cultura y educación; ejerciendo cambios necesarios, calculadamente basados en sus conocimientos de historia.
“A quienes esgrimen ideas, combatámoslos con ideas.”[10]
Como secretario de Educación Pública (1982-1985), se dedicó de lleno a la erradicación del analfabetismo, defendió rigurosamente el laicismo e implementó cambios en las escuelas normales para que los docentes pudieran ser considerados profesionales de la educación.[11] A pesar del poco tiempo que permaneció en este cargo, Reyes Heroles transformó radicalmente la educación. Promovió, al igual que Jaime Torres Bodet, una serie de libros impresos a bajo costo con la finalidad de que la lectura fuera accesible para la población —posiblemente Paco Ignacio Taibo II haya sido influenciado por Reyes Heroles ahora que está ejerciendo esta magnífica labor como dirigente del Fondo de Cultura Económica, editorial que, por cierto, tiene gran parte de la obra publicada del pensador. Tenía plena convicción de que la revolución del pensamiento proviene de la literatura, que la lectura fomenta el pensamiento crítico, el pensamiento que vuelve a la gente pensante.
Promovió fervientemente la educación desde el laicismo. Fiel a este pilar, Reyes Heroles leyó un discurso en el que expresó su rechazo ante las manifestaciones clericales del gobierno; no simpatizó con las caravanas del entonces presidente José López Portillo al recibir en 1979 al clérigo polaco Karol Józef Wojtyła, mejor conocido como el papa Juan Pablo II.
El también reconocido aforista estaba al tanto de las carencias económicas de su país —recordemos que en la década de 1980 se suscitó una de las depresiones económicas más fuertes del país—, mismas que impidieron los cambios que a él le hubiera gustado reflejar. No obstante, siendo un voraz lector, promovió como dirigente de la SEP la instauración de bibliotecas públicas a lo largo del territorio nacional. Sabía que mucha gente se veía obligada a abandonar sus estudios básicos para poder subsistir, por lo que acrecentó la presencia de bibliotecas más del 70% a nivel nacional (el aumento fue de 300 a 2500 bibliotecas ubicadas en todos los municipios de la república).[12]
Sin duda alguna, uno de sus mayores aportes a la cultura fue el Plan de Actividades Culturales de Apoyo a la Educación Primaria (PACAEP), fundado en 1983, el cual pretendía abordar la relación e inmersión con la cultura desde una perspectiva de conciencia social, utilizando herramientas como la autopercepción del infante como ente social que ocupa un lugar en la economía y en la realidad nacional, haciéndolos conscientes de que sus acciones tendrían un impacto en el futuro; libertad de expresión creativa a través de las artes; pensamiento crítico y analítico aplicado a las ciencias y a la tecnología. Todos estos planes tenían como propósito la erradicación del analfabetismo. Para la Pedagogía Comunitaria contemporánea, estos planes siguen utilizándose.
Esta aportación se torna todavía más importante al considerar que en aquella época las poblaciones rurales e indígenas, sumamente marginadas, requerían apoyos educativos como éste; por lo cual dichas poblaciones adoptaron el PACAEP como pilar para su posterior desarrollo, aun cuando, años después, dicho plan fue eliminado por la SEP en la capital.
“No se obtiene lo óptimo, sino lo posible, para algún día llegar a alcanzar lo óptimo.”[13]
Como secretario de Educación Pública, también impulsó la difusión de las artes en las zonas más apartadas del centro mediante el Programa Cultural de las Fronteras,[14] el cual se centró en rescatar las artesanías realizadas al norte y sur del país. Si hay alguien que ha sabido aprovechar el legado de la historia aplicándola en beneficio del vestigio cultural, es precisamente Reyes Heroles, a quien se debiera tomar como ejemplo para proporcionar apoyo al norte y, principalmente, al sur del país: la zona más olvidada de toda la república. Curiosamente, el sur es la población poseedora de un legado cultural incalculable, de artesanías de belleza y calidad inigualables, hechas por manos mixtecas, mixes, triquis, mayas, zapotecas… Me imagino todo lo que don Jesús hubiera podido hacer por estas poblaciones de habernos regalado unos años más en la difusión cultural.
Si acaso pudiera equipararse, tanto en formación como en ideas, a su coetáneo, ideólogo y pensador: Vicente Lombardo Toledano. No obstante, me atrevo a decir que el último pensador, político intelectual, junto a Griselda Álvarez, fue precisamente Jesús Reyes Heroles. Su agudeza crítica no se ha repetido en el presente siglo.
Como secretario de Gobernación en la década de 1970, a Griselda Álvarez, primera gobernadora de México, le dijo: “usted sí está preparada, pero los hombres de Colima no, ése es el problema”.[15] Un comentario lamentablemente realista y afortunadamente desacertado, pues la inagotable perseverancia de la también escritora Griselda Álvarez fue tan sobresaliente, que dio cuenta de la satisfacción de la población colimense frente al gobierno de la poeta. Entre ellos dos había también una similitud bastante acentuada —tal vez más que con Lombardo Toledano—, principalmente, por sus fervientes inclinaciones a la literatura y, en particular, a la poesía.
“La vida misma es inconcebible sin la libertad, pues únicamente vive lo que es libre.”[16]
¿Qué diría don Jesús si de pronto resucitara y viera el México de hoy, abarrotado de empresas irremediablemente invadidas por el outsourcing que explotan a sus jóvenes trabajadores? —porque los mayores ya ni siquiera están presentes para el sector privado, pues son considerados “una carga”, too expensive para el sector privado, salvo contados ejecutivos—, ¿qué métodos habría propuesto para hacer frente a la educación a distancia, considerando que dentro de su plan educativo en la década de los ´80, estaba incluida la tecnología como uno de los principales aspectos a desarrollar en materia educativa? Y eso que la supremacía computacional apenas estaba por llegar a su cúspide. Seguramente con un líder como él al frente de la SEP, los alcances hubieran sido encomiables. ¿Qué decir del lugar que ocuparía la difusión cultural, la visibilidad de artesanos y la recuperación de las artes indígenas con un líder consciente de las necesidades del pueblo, de las comunidades rurales tan exquisitamente creativas como severamente afectadas por la globalización y la imperante discriminación? —teniendo como defensor de la cultura mexicana a Reyes Heroles: un hombre fruto de las letras y, probablemente, fruto también de algún níspero tuxpeño. ¿Qué papel hubiera desempeñado un hombre de su tamaño, por ejemplo, frente a las atrocidades acometidas contra los desaparecidos normalistas de Ayotzinapa, a quienes aún no se les ha hecho justicia?
Queda claro que ocuparía un rol activo, justo y representativo, mediante los ideales de libertad a los que tanto se afianzó, alejado del conformismo. Tal y como en su discurso poético mencionado en marzo de 1973 a los estudiantes, palabras que se fundieron con los deseos de ver proliferar un futuro próspero para la juventud:
Jóvenes
Se es joven cuando se ve la vida como
un deber y no como un placer, cuando
nunca se admite la obra acabada,
cumplida, cuando nunca se cree estar
ante algo perfecto.
Se es joven si se está lejos de la
docilidad y el servilismo, si se cree en la
solidaridad y en la fraternidad.
Se es joven cuando se quiere
transformar y no conservar,
cuando se tiene la voluntad de hacer y
no de poseer; cuando se sabe vivir al
día, para el mañana; cuando se ve
siempre hacia adelante,
cuando la rebeldía frente a lo
indeseable no ha terminado,
cuando se mantiene el anhelo por el
futuro y se cree todo posible.
Cuando todo esto se posee, se pueden
tener mil años y ser joven.[17]
Referencias
[1] Enríquez Perea, A. (1 de mayo de 2006). Aforismos políticos de Jesús Reyes Heroles. Nexos. Recuperado de: https://www.nexos.com.mx/?p=11879
[2] Cadena Política. (26 de julio de 2019). Cultura en la red – Jesús Reyes Heroles. [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=V4aWANH8L8A
[3] Op. Cit., Enríquez Perea, A.
[4] Ibid.
[5] Op. Cit., Enríquez Perea, A.
[6] Canal del Congreso México. (s.f.). Caminos de Libertad: Jesús Reyes Heroles [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=KWp6_FLbHqo
[7] Op. Cit. Fondo de Cultura Económica.
[8] Rosas Lopátegui, P. (2020). Diálogos con Elena Garro. Entrevistas y otros textos. México:Gedisa., p. 373. (Fragmento de Hernández Rodríguez, R. La formación del político mexicano. El caso de Carlos A. Madrazo. El Colegio de México-Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. 1977., p. 196-197).
[9] Op. Cit., Enríquez Perea, A.
[10] Ibid.
[11] Ornelas, C. (25 de marzo de 2018). Jesús Reyes Heroles, secretario de Educación Pública. Excelsior. Recuperado de: https://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/2018/03/25/1228454
[12] Medina Peña, L., Pantoja Morán, D., Serrano Migallón, F., González Pedrero, E., Meyer, E., Moya López, L. A., Ávila Solís, R., Loaeza, S., Blancarte, R., Arnaut Salgado, A. (2011). Homenaje a Jesús Reyes Heroles. México: Colegio de México., p. 10.
[13] Op. Cit., Enríquez Perea, A.
[14] Ibid., p. 12.
[15] Cárdenas, D. (7 de diciembre de 2019). Griselda Álvarez Ponce de León, primera gobernadora en México. El Sol de Hidalgo. Recuperado de: https://www.elsoldehidalgo.com.mx/analisis/griselda-alvarez-ponce-de-leon-primera-gobernadora-en-mexico-4552344.html
[16] Op. Cit., Enríquez Perea, A.
[17] Sin autor. (26 de junio de 2017). Poema para integrantes de la Corriente Crítica del PRI. Formato Sie7e. Recuperado de: https://formato7.com/2017/06/26/poema-para-integrantes-de-la-corriente-critica-del-pri/