“Es una misión noble
PLINIO EL JOVEN.
rescatar del olvido a los que
merecen ser recordados”
“Sólo aquí nadie llora.
MARGARITA PAZ PAREDES
¿Acaso los cobardes tienen lágrimas?
Los asesinos huyen o se ocultan
en las esquinas pálidas del odio”
Tratando de la tradición literaria creada por autores nacidos en Tuxpan Veracruz, uno de sus exponentes más destacados fue César Enrique Garizurieta Ehrenzweig, quien nació el 19 de Julio de 1904. Noveno hijo del matrimonio entre el destacado educador José Luis Garizurieta y la señora Guadalupe Ehrenzweig. Sus abuelos paternos, José Garizurieta y Bernarda Madrera, eran de nacionalidad mexicana, mientras que sus abuelos maternos, Enrique Ehrenzweig y Genoveva Montero, eran origen austriaco-germano. Las instalaciones de la Escuela Cantonal Miguel Lerdo de Tejada, ubicada en la calle Genaro Rodríguez, fungieron como residencia familiar y, posteriormente como su colegio educativo, en el que fue alumno de su padre.
El escritor veracruzano anticipó en su novela autobiográfica Recuerdos de un niño de pantalón largo[1] que los biógrafos interesados en conseguir su acta de nacimiento se romperían la cabeza en el intento, ya que dicho documento quedó anulado y posteriormente se tramitó uno nuevo; su padre no firmó el acta de su primer registro civil, lo que valió una multa en su segundo registro legal.[2] En las primeras páginas de dicha novela, el autor añade una copia de la información incluida en su acta de nacimiento, ayudando a esclarecer las erratas al respecto. No es sorpresa que los datos recopilados por los biógrafos acerca de su vida personal sean erróneos; la mayoría de los críticos literarios, como es el caso de Luis Leal[3], se equivocan desde la fecha de nacimiento.
Gracias a la condición socioeconómica de su familia, apoyada de una pensión que el gobierno de su ciudad le otorgó, pudo desempeñar sus estudios hasta el nivel universitario. El nivel básico lo estudió en la Escuela Cantonal Miguel Lerdo de Tejada; la primera escuela de nivel básico que se construyó en la ciudad bajo la tutela de su padre José Luis Garizurieta. Temporada a principios del siglo veinte en la que compartiría vivencias con el proclamador del movimiento estridentista Manuel Maples Arce. Las familias de ambos eran unidas; Maples Arce, originario de Papantla, fue trasladado al puerto de Tuxpan para cursar sus estudios primarios durante dos años, lugar al que dedicaría algunas líneas en su publicación autobiográfica A orillas de este rio.[4]
Asociar el sobrenombre “el Tlacuache”, atribuido a César Garizurieta[5], es lo más recurrente al momento de indagar en algún aspecto del autor. este mote lo proclamó en la literatura uno de sus amigos más cercanos, el escritor Efrén Hernández, en su cuento emblemático titulado “Tachas”[6]; una amistad que se forjó durante los pocos meses de estudio que Efrén Hernández cursó en las aulas de la universidad. Sin embargo, Garizurieta también creó una carrera profesional al ser magistrado del Tribunal Superior de Justicia, consejero de la Presidencia de la República, Diputado al Congreso de la Unión en dos ocasiones, y ser Embajador en Haití y Honduras.
La poética en las obras de César Garizurieta
Tanto a Maples Arce como al Tlacuache Garizurieta el desarrollo de su infancia en convivencia con el relieve de la zona de la huasteca baja les fue elemental; se pueden apreciar dentro de la literatura de Garizurieta tópicos referentes a la flora, fauna y costumbrismos de los paisajes de la huasteca, tal es el caso del cuento “El río se va al mar”[7]:
Los ríos tienen marcada influencia en los individuos que habitan en su cercanía; pero, sobre todo, en su psicología: sus pensamientos fluyen como una corriente fluvial que se precipita a un mar irreal; aquellos nunca más vuelven a surgir en la vida de los hombres.
Todas las costumbres y realidades que vivió trató de reflejarlas con su particular sentido del humor, la picaresca y el basto conocimiento de la cultura del que siempre se interesó. A Garizurieta se le conocía por su gran ingenio para contar el cúmulo de historia que lo acompañaron durante su vida personal y litigante. Su gran habilidad para contar era, en su buen sentido, su modus vivendi. Críticos literarios como Ermilo Abreu Gómez y Octavo Novaro afirman que su personaje más novelesco fue el mismo Garizurieta, “el mismo cuento que se auto cuenta”.
El Tlacuache fue un ejemplo digno de la máxima “en arte el mejor estilo es aquel que menos se deja ver”, ya que la aparente sencillez en los elementos que componen sus narraciones no busca demostrar ser un experto en la materia literaria, su finalidad se trazaba por el mismo deseo de narrar, de exponer su crítica ante las situaciones de la época por las que atravesaba su patria con el fino humor que tanto lo caracterizaba. Pero ese humor que prevaleció desde sus primeros textos no era para tratar de hacer reír, sino el resultado de una postura seria, y a mayor seriedad mayor desahogo del humor, y que tiene como origen su profundo sentido humano (E.A. Gómez, César Garizurieta, Revista Política, 1961). La mayor parte de las creaciones de sus cuentos no son sino close-ups de determinados estados mentales o situaciones reales del autor (Novaro, 1940). En él, lo novelístico no es una postura ni premeditada demostración de talento.
El corpus literario César Garizurieta, en orden cronológico, se compone por:
1931 – Política Agraria. México: Dialéctica.(Ensayo)
1937 – Singladura, Singladura. Grabados de Julio Prieto. México: Ángel Chápero.(Nouvelle)
1938 – Realidades del ejido. México: Dialéctica.(Ensayo)
1939 – Resaca. México: Dialéctica.(Novela)
1940 – El apóstol del ocio. Pról. Octavio Novaro. Grabados de Julio Prieto. México: Editorial Nuevo Mundo. (Cuentos)
1942 – Un trompo baila en el cielo. México: Ediciones Botas. (Cuentos)
1946 – Catarsis del mexicano. “Libros del hijo pródigo”. México: Letras de México. (Ensayo)
1947 – El diablo, el cura y otros engaños. México: Editorial Stylo. (Cuentos)
1947 –Nueva teoría de los colores. Pról. Octavio G. Barreda. México: Editorial B. Costa-Amic. (Ensayo)
1949 – Realidades mexicanas. México: SEP.(Ensayo)
1952 – Isagoge sobre lo mexicano. “México y lo Mexicano”, (8). México: Porrúa y Obregón, S.A.(Ensayos)
1952 – Recuerdos de un niño de pantalón largo. “Temas mexicanos”, (15). México: Editorial Ruta. (Autobiografía)
1955 – Juanita “La Lloviznita”. (38). México: Los Presentes. (Cuentos)
A pesar de que la crítica literaria prestó atención a la narrativa producida por Garizurieta, se le suele recordar como el famoso Tlacuache mencionado por el escritor Efrén Hernández al final de su cuento “Tachas”: “Todos rieron, menos el Tlacuache y yo, que no somos de este mundo” (Hernández, 2004). Algunos antologadores de cuentos añadieron la obra de César Garizurieta dentro de recopilaciones de narrativa veracruzana. Además, la poeta Margarita Paz Paredes dedicó una elegía posterior a la fecha de muerte del autor. Con todo y las críticas que recibieron sus obras durante las etapas de sus publicaciones, quedó empantanado en ciénegas del olvido colectivo; uno de los factores que influyó fue la inclinación del narrador por continuar su carrera política, tuvo un periodo de inactividad en publicación de libros y sólo se mantuvo como columnista. Su última obra narrativa, Juanita “La Lloviznita”, fue publicada —por Los Presentes, proyecto editorial que encabezó Juan José Arreola— durante la década de 1950.
El rescate de la obra cuentística de César Garizurieta se editó en 2011, con el tiraje de la colección “Deuda saldada” que el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM publicó bajo la dirección de Lourdes Franco Bagnouls. El quinto número de esta colección corresponde a Un trompo baila en el cielo y otros relatos; libro que recopila catorce de los veintisiete cuentos que conforman el corpus cuentístico completo del autor. Una labor importante al fijar una nueva versión de los textos, considerando que nueve de los veintisiete cuentos que conocieron varias ediciones, además de mencionar posibles líneas de análisis sobre las obras (Mosqueda, 2011).
Como bien mencionó Octavo Novaro: “su mejor cuento habrá de ser, sin duda, La vida del ingenioso licenciado César Garizurieta”. El Tlacuache Garizurieta fue más que un personaje de la política, diplomacia y del ámbito artístico. Mantuvo el amor por su patria y siempre le supo agradecer con acciones que muy pocos conocen y que en palabras de su hijo, César Vega, quedan bien enmarcadas:
[…] Pocos… muy pocos saben que hoy en México existe una excelente variedad de plátano llamado “Valery” gracias a mi padre: Hace algún tiempo, los Estados Unidos intentaron comprar los territorios plataneros de Tabasco. México prefirió normalizar la venta. Después apareció el Chamusco o Mal de Panamá y el plátano casi se acabó en el país. Por aquel entonces estaba en Honduras como embajador mi padre, un científico norteamericano, había desarrollado una variedad de plátano inmune al chamusco (por coincidencia desde luego). Garizurieta logró granjearse la amistad de los militares hondureños que custodiaban los plantíos y apoderarse de varias toneladas de este plátano, para que fueran sembradas en México. Gracias a ello este país tiene la variedad de plátano Valery, pero los Estados Unidos no lo perdonaron y México no lo defendió.
Perseguido, se suicidó en México el 3 de abril de 1961.
A pesar de su obra literaria. A pesar de su defensa al derecho de asilo. A pesar de que el país le debe la existencia de una industria agrícola platanera, no hay en la ciudad de México ni en su natal Tuxpan una calle que lleve su nombre.
Sin embargo no por tardío es menos digno de mi agradecimiento este homenaje”. [8]
César Garizurieta fue uno de esos escritores que lo puso todo en su obra. A pesar que sus textos tienden a ser desiguales, el tuétano en el que están concebidos es su mayor valor. Es por ello que vale la pena crear una recopilación completa de sus cuentos; merece que su obra sea tomada, revisada, enderezar su sintaxis errónea y así dejar lucir su calidad entrañable.
[1] Garizurieta, César. (1952). Recuerdos de un niño de pantalón largo. “Temas mexicanos”, (15). México: Editorial Ruta.
[2]El 16 de diciembre de 1921 fue su segundo registro como ciudadano ante la ley.
[3] Leal, Luis. (1966). El cuento veracruzano. Antología. César Garizurieta (1905-1961). “Águila o Sol”. (1). Xalapa, México: UV. (pp. 98-99).
[4] Maples Arce, Manuel, A orillas de este rio, Editorial Plenitud, Madrid, España, 1964
[5] El fallecido hermano mayor de César Garizurieta, José Milcíades, era a quien pertenecía el mote.
[6] Hernández, Efrén. (2004). Tachas y otros cuentos. México: FCE.
[7] Garizurieta, César. (1942). El río se va al mar. Un trompo baila en el cielo. México: Ediciones Botas. (pp. 19-31)
[8] Zamora, O. (2013). El escritor y diplomático César Garizurieta Ehrenzweig. Tuxpan las crónicas de su ciudad y puerto. (cap. 46). México. (pp. 358 – 362).