La huasteca veracruzana renace, las voces de sus pueblos originarios se escuchan más claras y fuertes, retumban sus recuerdos, sus crónicas, sus cuentos y sus leyendas a través de 127 páginas que componen el libro “Voces de la Huasteca”, que adentran a la memoria viva de 12 municipios de esta región emblemática del estado.

La obra escrita por el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, es un viaje cultural por la cosmovisión que encierra la huasteca veracruzana. Con sus historias, los lectores descubrirán la riqueza de cada lugar, contadas desde la voz de cada uno de los informantes de los pueblos participantes, esto le da valor y credibilidad especial por ser una autentica suma de voces de la huasteca que presumen la riqueza de su entorno.

El atrio de la imponente Iglesia de Santiago Apóstol, cuya construcción data probablemente del año 1540, ubicada en la histórica y heroica comunidad de Temapache de Gutiérrez Zamora, que luchó por la libertad y la soberanía de México en la guerra de Independencia y en la intervención francesa de 1862, y la réplica de la escultura de la Señora Gobernante de Amajac, fueron testigos de la presentación del texto donde se dieron cita presidentes municipales, funcionarios estatales y los habitantes de la localidad.

El actual Ayuntamiento de Álamo Temapache le ha dado un gran impulso a la cultura y a sus tradiciones, convirtiéndose en uno de los municipios con mayor movimiento cultural de la huasteca, y su presidenta municipal Lilia Arrieta como anfitriona, agradeció al titular de la Secretaría de Gobierno de Veracruz la distinción para presentar aquí su libro y el hermanamiento que originó entre los pueblos huastecos.

Cisneros Burgos en “Voces de la Huasteca” plasma historias que se han heredado, se narran y escuchan en Pánuco, Álamo Tempache, Pueblo Viejo, Ozuluama, Tempoal, El Higo, Tamiahua, Platón Sánchez, Tlachichilco, Zacualpan, Zontecomatlán y Huayacocotla. Se retrata, se rescata la vida e identidad de sus pueblos para que las nuevas generaciones las conozcan.

“Queda claro que la diversidad cultural enriquece y fortalece nuestra identidad, aquí en la huasteca hay magia en la comida, en la música, en los colores, en la danza y en el pensamiento, sobre todo hay fiesta, en una fiesta se hace ver lo mejor de lo que cada quien es, así es la vida misma, la fiesta en la que probamos nuestra mejor capacidad para cumplir con los demás”, destacó el autor.

“Voces de la Huasteca” es un deseo de rescate y preservación cultural, que nació con la edición de “Voces del Sotavento” cuyas ganancias de este, fueron donadas íntegramente a la asociación civil Consejo Pro Lenguas Originarias de Veracruz, orientada a conservar y difundir las lenguas indígenas del estado.

El nuevo libro presentado el pasado sábado 15 de octubre, se sumará al mismo propósito, en este caso, para promover escuelas que rescaten o mantengan las lenguas originarias de esta región: náhuatl, tének, tepehua, totonaca y hñahñú-otomí.

“Estamos haciendo sonar nuestras lenguas indígenas que merecen seguir vivas para que trasciendan, también sus historias en este Veracruz que nos llena de orgullo. Es tiempo de la huasteca, de hacerla sentir en un Veracruz completo, unido y fortalecido en nuestra identidad, la huasteca veracruzana se hace viva desde el alma de un pueblo que sabe ser parte de un solo universo”, concluyó su participación Eric Cisneros.  

Las voces de cronistas, historiadores, versadores y pobladores unidas en esta obra inician con Pánuco, una región sembrada por sus hijos con la semilla de vida para que crezcan las milpas, los brujos viejos hacen rituales, acompañados por los abuelos y abuelas herederos de la tierra, juntos elevan cantos mezclados con el sonido de las flautas de carrizo, el golpeteo del tamborcillo y el ulular de los caracoles. Así se narra las ceremonias para que la cosecha de maíz sea abundante y duradera.

Además, se registra que los aztecas intentaron someter a los huastecos para extender su imperio.  Se cuenta su defensa, la fundación hace 500 años de la Villa de Santiesteban del Puerto y la leyenda de Lino Maury, el bandido más intrépido de la región.

Un relato espeluznante llegó a Álamo Temapache, con alguno de los ecos que resuenan sobre el “guerrero de la joven de Amajac” en la comunidad de Hidalgo Amajac, después de que el 1 de enero de 2021 pobladores descubrieron que una enorme piedra caliza era un monolito prehispánico. Los especialistas la nombraron la joven gobernante de Amajac, según sus versiones representa a una doncella de la clase alta de la cultura tének.

Los orígenes del zacahuil, los rituales Chicomexóchitl o Siete Flores y el Lavamanos, así como los inicios de la comunidad de Temapache y su centenaria iglesia de Santiago Apóstol, son protagonistas en el apartado destinado a la capital de la naranja.

La leyenda del Cristo de Tampico es un ritual de fe, una de las historias más antiguas de los pobladores de Pueblo Viejo y las Tepas de la Fuente, son relatos que recobran vida en “Voces de la Huasteca”, y que esta última ha servido como una forma de transmitir y aplicar el aprendizaje y cuidado de los mayores.

La huasteca está llena de danzas, ejemplo de una de ellas es la que se expone en las páginas sobre Ozuluama, con el nombre de Chul refiere a un pajarito negro de ojos rojos que revolotea en el aire como si bailara. La palabra xul en náhuatl significa “pájaro que baila”, además, se describen las historias de la fundación de este municipio que su nombre viene del huasteco pazuum “tigre” y chuc “árbol”; tigre sobre un higuerón.

En los sucesos que dan identidad a Tempoal, se destaca la celebración a la vida y a la muerte con la Viejada como parte de Xantolo en la Huasteca y se deja registro de Salomé Reyes López, mujer que, con su energía, su entrega y su vida hizo los nudos más sólidos de la sociedad de esta municipalidad.

En El Higo, se da un vistazo a las versiones del descubrimiento y significado del “mono de la plaza”, monolito tallado en piedra arenisca de aproximadamente 2 metros de altura. Estudios arqueológicos realizados por el INAH arrojan una temporalidad aproximada de 2 mil a 2 mil 500 años de antigüedad y sugiere que representa a un personaje con un estatus de gran relevancia social, como podría ser un gobernante, jerarca o un gran sacerdote de la región, al igual se cuentan los inicios de este municipio que es relativamente joven, ya que no tiene más de 144 años.

Desde Tamiahua “Lugar de mucha agua” en huasteco, Tam-yan-ja y del náhuatl Tla-miahua-c: “Tierra de las Flores de Maíz”; Tla-lli (tierra), Miahua-tl (flor de maíz) y Can (lugar), se detalla el nacimiento de la sirena como un castigo ejemplar, al no cuidar sus costumbres y rituales que como buen cristiano en Semana Santa se deben realizar sin replicar.

Las fiestas de muertos son protagonistas en “Voces de la Huasteca”, en Platón Sánchez, y todas las que rodean a la región, han influido para que estas celebraciones cobren un sentido único y especial, aquí, de igual forma, se cuentan los inicios y avances de este municipio que lleva el nombre de Rafael Platón Sánchez Meráz, un nativo del área quien combatió en la Batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862 y después sentenció a muerte al emperador Maximiliano y sus generales Miguel Miramón y Tomás Mejía por el escuadrón del fuego en Santiago de Querétaro el 19 de junio de 1867.

El viaje literario sigue por Tlachichilco, tierra colorada e indígena, donde tepehuas, otomíes y nahuas comparten sus creencias, su ancestral sabiduría y sus aspiraciones que aquí se exponen, al igual que la leyenda de antaño, sobre las “sombras” o “espíritus” del cazador y su compadre atrapados en un cerro de un pequeño pueblo llamado Amaxac.

Los recuerdos, sueños e ilusiones de la infancia se heredan a las nuevas generaciones con emoción y amor, así se ilustran los tradicionales carnavales de Zacualpan, de la mano de otros cuentos misteriosos sobre las apariciones de duendes que solo en este lugar tienen su peculiaridad.

La lectura entre otras cosas, permite escapar de la realidad y echar a volar la imaginación, y los retratos vivos del pueblo de Zontecomatlán llevan a conocerlo a través de las líneas escritas en “Voces de la Huasteca”, en este también se escuchan y guardan sus tradiciones de Día de Muertos, pero quien las desoye, siempre recibirá un castigo, a veces tarde, pero casi nunca temprano.

Los 3 mil ejemplares que se imprimieron en agosto de este año, culminan con los festejos tradicionales de Huayacocotla; su fiesta patronal en honor a San Pedro Apóstol, donde se realizan procesiones, se celebran misas, se encienden los castillos, hay bailes populares y danzas acompañadas de sones tradicionales con instrumentos de cuerda de violín, jarana y huapanguera, y su famoso carnaval, considerado como el más alegre y bullanguero de la región. 

En la presentación de este libro participaron como comentaristas el maestro y poeta náhuatl, Juan Hernández Hernández de la comunidad de Colatlán, Ixhuatlán de Madero y el periodista e investigador de Álamo Temapache, Alejandro Castañeda Fernández.  Ambos coincidieron que “Voces de la Huasteca” visibiliza, apoya y rescata a los pueblos originarios.

Hernández Hernández inició su intervención recitando en náhuatl el poema más importante de Nezahualcóyotl, señor de Texcoco durante 40 años, quien se destacó como gobernante por su aguda inteligencia, su pasión por el estudio del hombre y la naturaleza, por su compromiso con la cultura y la poesía a tal punto que logró convertir su ciudad en el foco cultural más importante del México antiguo:


“Amo el canto del cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces. Amo el color del jade, y el enervante perfume de las flores. Pero amo más a mi hermano: el hombre”.


“Aunado a la infraestructura, hay algo que no debemos olvidar, la alimentación al espíritu, hombre que no lee, que no sabe su historia, hombre que no sabe quién es, nosotros tenemos una historia que quizá muchos de los pueblos del mundo no la tienen. Nuestro país cuenta con 68 lenguas con más 300 variantes, nosotros somos los que componemos la identidad de este México”, enfatizó Hernández Hernández, al tiempo de admirar y reconocer la convocatoria de escritores por parte del Secretario de Gobierno de Veracruz, que vendrán dijo, a abonar a nuestro acervo cultural en un pueblo que ya no está leyendo.

Alejandro Castañeda Fernández, calificó a “Voces de la Huasteca” cuya ilustración de su portada estuvo a cargo de Carlos Augusto Arellano Vázquez, como una obra trascendente, que viene a recuperar la memoria histórica de los huastecos, a edificar un camino cultural que despierte de la modorra intelectual y a dignificar a las etnias.

El evento transcurrió entre expresiones y representaciones culturales de diversos grupos artísticos del municipio sede y de la región.

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