La rebelión de Antonio del Conde “el Cuate” y el “Granma”

“El Cuate" puso a la revolución cubana en marcha, con toda la trascendencia social, económica, ideológica, política, cultural y filosófica que esta tuvo para el mundo.


“El Cuate” puso a la revolución cubana en marcha, con toda la trascendencia social, económica, ideológica, política, cultural y filosófica que esta tuvo para el mundo.


Contra un sistema marcado por proceso de explotación económica, caracterizado por la depredación de lo humano y natural, por el despliegue de angustia y la miseria impuestos desgarrando, invadiendo, sometiendo, se rebeló Antonio del Conde y Pontones, un joven armero de la Ciudad de México a mediados del siglo pasado.

Los tiempos en los que Cuba era gobernada por una más de las dictaduras militares que asolaron y aterraron Latinoamérica, presagiando el momento de la ruptura que vendría después.

La antilla mayor era presa de un régimen asesino, la sangre de los crímenes políticos que se cometían brotaban por todas partes, la Habana convertida en un burdel con vista al mar, en un país donde la corrupción se enseñoreo, donde mujeres, niñas y hasta hombres fueron violados, donde el costo de la vida, solo los ricos lo podían sortear, detalló Antonio del Conde en sus memorias.

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Es en ese contexto en el que el dueño del yate “Granma” conoce a Fidel Castro Ruz y se forma en el movimiento revolucionario cubano, donde cobraría una decisiva importancia en la logística, en el armamento de los rebeldes, en su entrenamiento y en su transporte a Cuba.

Tras ser descubierto el movimiento revolucionario en México, los esbirros de la dictadura batististiana les seguían los pasos muy cerca. Delaciones de integrantes del movimiento rebelde obligó a anticipar la partida, un día más podría significar, más que la cárcel nuevamente, la muerte.

Si el Cuate no me falla y salimos (en el Granma) llegamos, y si llegamos, triunfamos, sentenció Fidel, al anunciar a los revolucionarios, la inminente partida.

Resulta que cuando Fidel Castro Ruz abrió la puerta para entrar a la armería del Conde de la Ciudad de México, para encontrarse con Antonio del Conde, estaba abriendo la puerta para regresar a Cuba en el 56 como lo había prometido, cuando dijo que ese año o serían héroes o mártires, enfrente tuvo a la persona que sería el hombre clave en México para los principales aspectos para materializar  lo que todavía era un sueño, porque estaba en un país extranjero y con el espionaje batististiano siguiéndole los pasos, con complicidades policiales en México.

“El Cuate” consiguió armas, centros de entrenamiento, propaganda, y un barco para la partida de la expedición, un barco de recreo para 12 personas, donde acomodó personalmente a los 82 expedicionarios.

Del Conde casi reconstruyó el yate blanco, carpinteros, calafateros, motoristas,  mecánicos, eléctricos, y el mismo reacondicionando los tanques de agua y combustible, pusieron el barco insignia de la revolución cubana en el agua, listo para la hazaña histórica.

El ” Cuate” con Marco Medina y Ramón Rodríguez

“El Cuate” puso a la revolución cubana en marcha, con toda la trascendencia social, económica, ideológica, política, cultural y filosófica que esta tuvo para el mundo.

Antonio del Conde además de su gran aportación a la gestación de la revolución cubana ,junto al “Che” Guevara en el ministerio de industria y economía, sería también determinante para el rescate y restauración de la industria cubana, que los empresarios aliados de Batista habían dejado desmantelada antes de huir del país.

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“El Cuate” recorrería Europa del Este en busca de las refacciones y los aparatos necesarios para reactivar a través de la nueva industria del estado, la economía cubana, todos los días a la una de la madrugada acordaba con el Comandante Guevara y a las tres con Fidel Castro Ruz.

La honestidad, la lealtad y la gran capacidad de trabajo del “Cuate” Conde, además de Fidel, la conocía muy bien Guevara de la Serna, por ello, el “Che” lo quería con él, en su guerrilla en Bolivia, por ello, lo incluyó en una lista de apoyos que necesitaba el “Guerrillero Heroico” para extender la revolución en Sudamérica, aventura en la que fue asesinado, este dato histórico es parte de documentos desclasificados del Consejo Estado Cubano, no hechos públicos todavía oficialmente, pero que René González Barrios historiador mayor de Cuba y Director del Centro “Fidel Castro” lo consigna en un artículo periodístico.

Escultura en el Museo de la Hermandad México Cuba

Información que muestra, que confirma lo que sabíamos siempre los que conocimos al Cuate Conde, fue un ser humano de convicciones revolucionarias a prueba de fuego, de los que seguimos soñando que las utopías se pueden volver realidad, de que el mundo no puede seguir en su degradación civilizatoria, de que nuevas fórmulas dentro de un Estado Democrático Social de Derecho es posible, de que los pobres no pueden seguir siendo privados de los derechos que como seres humanos les corresponden en busca de la felicidad plena en esta vida.

En los últimos 30 años, Antonio del Conde viajó continuamente a Tuxpan, Veracruz, fue una oportunidad para estrechar mi relación de amistad con un gran ser humano, de aprender y revalorar el testimonio histórico por voz de uno de los protagonistas de la gesta revolucionaría cubana, hombre comprometido hasta el final de su vida con los ideales de Fidel Castro y los expedición del “Granma”. No obstante alcanzar casi el siglo, el “Cuate” nunca perdió sus convicciones como tampoco su sentido del humor, ni su interés por mantener de pie el museo de la amistad México-Cuba de Santiago de la Peña.

Poco antes de la pandemia nos reunimos junto con Marco Medina, diputado federal tuxpeño para proyectar la construcción de una réplica del yate” Granma”, la pandemia impidió cristalizar la propuesta y el anhelo del “Cuate”.

65 años del inicio del viaje que cambió la historia de Cuba para siempre

Antonio del Conde sobrevivió a la nueva “peste”, pero ya no a la post pandemia, murió  en el mes de marzo del 2023 a los 97 años, pero “el Cuate” puede descansar en paz, porque a los 67 de la partida de su emblemático yate blanco, el “Granma” sigue navegando. La semilla sembrada por expedicionarios de esta icónica embarcación, sigue germinando.

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