Se han encadenado tres sucesos en la zona: el 19 de mayo la muerte del presidente Raisi de Irán y su canciller; al día siguiente la solicitud del Fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan de que se expidan órdenes de aprehensión contra tres líderes de Hamas y contra el premier y el ministro de defensa israelíes. El día 22, España, Irlanda y Noruega anunciaron su reconocimiento bilateral al Estado palestino.
El considerado accidente en helicóptero del liderazgo iraní da lugar a dos versiones dadas las extrañas circunstancias: 1) negligencia combinada con condiciones climáticas adversas o 2) atentado interno o externo. El helicóptero presidencial, un aparato estadounidense de los años setenta (¡!) viajaba acompañado por otros dos y regresaba de un encuentro bilateral con el presidente de Azerbaiyán. Como bien respondió Estados Unidos sería responsabilidad del gobierno iraní haber utilizado un equipo en presuntas condiciones obsoletas que voló en semejantes condiciones meteorológicas de niebla. El helicóptero accidentado, que resultó ilocalizable durante más de 15 horas, fue encontrado por equipo sofisticado turco. El gobierno turco señaló que resultaba inexplicable que el vehículo careciera o tuviera apagado el instrumento de localización electrónica (transpondedor). Igualmente, que los otros dos helicópteros –que llegaron sin problemas a su destino-, no se percataran de su desaparición o lo abandonaran a su suerte. Más sospechoso resulta que un país que exporta drones militares altamente eficientes a Rusia en su guerra con Ucrania, a los hutíes y a Hizbollah y cuenta con misiles hipersónicos, que alcanzaron ya bases militares israelíes, no pudiera proporcionar un helicóptero moderno y seguro, al menos de fabricación rusa, a su primer mandatario.
La hipótesis de un sabotaje o ataque externo cabría dadas las precarias condiciones citadas y la sospecha evidente recae en servicios de inteligencia occidentales o israelíes. Cabe recordar que, durante años, Israel ha eliminado exitosamente a altos mandos militares iraníes, a científicos nucleares clave y ha atentado contra instalaciones estratégicas de infraestructura dentro de Irán.
Un atentado interno también cabría dados las cuentas pendientes del líder iraní por la masiva represión interna, aún antes de ser presidente, en otras funciones judiciales previas y por el irredentismo latente en la provincia iraní donde ocurrió el accidente, el Azerbaiyán Oriental, que ha buscado en el pasado unirse a la República de Azerbaiyán. El ISIS y el grupo Moyahiddin, opositor al régimen islámico, también cuenta con un récord de colaboración con la inteligencia occidental e israelí.
De menor credibilidad resulta la sospecha de que el atentado fuera motivado por las pugnas de poder internas. La República Islámica de Irán, fundada por la revolución islámica del Imam Khomeini en 1979, es la única teocracia en el mundo junto con el Vaticano. Al igual que El Vaticano, Irán cuenta con una especie de “Cónclave” (Consejo de Jurisconsultos) interno formado por “ el alto clero” o ayatollahs –comparables con nuestros cardenales-, que no solo elegirán al sucesor del actual “Líder Supremo” o Imam –equiparable al Papa-, sino que es la misma que dará su visto bueno al que será el próximo presidente iraní, surgido de las propias filas clericales y luego sometido a una elección popular, democrática. El presidente Raisi se perfilaba como sucesor del Líder Supremo y a su vez el canciller muerto como posible futuro presidente. Ambos habían sobresalido por su habilísima política externa en su acercamiento a Arabia Saudita, su ingreso al BRICS y su alineamiento estratégico y comercial a Rusia, China e India.
Irán no está en peligro de desestabilización pero sí en la posibilidad de que las facciones más radicales del gobierno impongan su punto de vista de que la única salvaguarda para el país es contar con armas nucleares. Si es que no las tienen ya, Irán cuenta con un arsenal misilístico sofisticado capaz de devastar a Israel con todo y su cacareado domo de hierro. Sus aliados, las milicias en Irak, Hizbollah y los Hutíes cuentan con un constante flujo de armas –aunque no las más letales-, y financiamiento y estratégicamente tienen sitiado a Israel.
Como suelen decir los estadounidenses, esta es una situación de “Mexican-standoff” en el que los enemigos se tienen frente a frente a punta de pistola a ver cuál dispara primero con tino o cual baja el arma para evitar la destrucción mutua.
Dr. León Rodríguez Zahar, internacionalista, escritor, especialista en el Oriente Medio autor del libro La revolución islámica-clerical de Irán 1979-1989 (Colmex, 2011).